Mural escultórico, de Felguérez: una esperanza

miércoles, 28 de mayo de 2014 · 17:30
MÉXICO, D.F. (apro).- Al rendir homenaje al pintor Manuel Felguérez el pasado 22 de mayo, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en voz de María Teresa Uriarte, coordinadora de Difusión Cultural, expresó su interés en adquirir el Mural de Hierro que el artista zacatecano realizó en 1962 para el Cine Diana. “Yo veo muy difícil que lo muevan (el mural) de aquí”, dijo la funcionaria al entregar al pintor el Reconocimiento Universitario e informó que la universidad negocia con los dueños de la cadena de salas cinematográficas Cinépolis, propietarios de la obra para pactar el monto de la compra. “Estamos en una negociación. Tenemos que reajustar el presupuesto, porque hay que dejar claro: no somos un corporativo, no somos un banco; somos una universidad pública y estamos haciendo el mayor esfuerzo. Pero yo creo que no se va.” Cabe recordar que la obra monumental, realizada con materiales industriales de desecho, fue un hito en su momento por ser el primer mural escultórico. Su creador, Felguérez, fue miembro del movimiento llamado “Ruptura” el cual justamente pretendió marcar una distancia con la Escuela Mexicana de Pintura y del muralismo nacional, representado por artistas como José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. Sin embargo, a decir de Octavio Mercado González, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, desde el momento cuando el artista nacido en la Hacienda Valparaíso, en Zacatecas, el 12 de diciembre de 1928, le llamó mural, estableció un diálogo “no con el arte contemporáneo, sino con la tradición pictórica nacional”. Durante una entrevista con la agencia Apro en octubre de 2006, el especialista subrayó la importancia nacional e internacional de aquella obra de Felguérez, pues si bien en la época en la cual se realizó varios artistas trabajaban ya con desechos, no era común la creación de esculturas metálicas: “Era una práctica novedosa en su momento Viene del cambio que promueven David Smith (Estados Unidos, 1906-1965) y Julio González (Barcelona, 1876-París, 1942) en la escultura contemporánea. Ellos afectaron a Tony Caro en la utilización de la chatarra y el ensamblaje de metal. Esto pasaba entre 1959 y 1960.” Felguérez previó que su mural podría ser visto diariamente por alrededor de 4 mil personas. Se inauguró con un happening en el cual el artista y cineasta Alejandro Jodorowsky hizo un acto “pánico efímero” y utilizó al mural como instrumento musical. Colocada entre el primer y segundo nivel del cine se convirtió en una obra emblemática. Sin embargo al paso del tiempo y con el cambio de concepto su suerte cambió. El cine Diana, que era uno de los más grandes en la Ciudad de México, fue intervenido para adecuarlo como un complejo de ocho salas cinematográficas de diversos tamaños, con lo cual la visibilidad para el mural quedó fracturada. Peor aún, poco a poco fue invadido con los anuncios publicitarios de las películas que continuamente usaban al mural no sólo como su soporte para ser recargados sino incluso colgados. Así se consignó en el semanario Proceso en julio de 2006. Felguérez dijo en aquel momento que había insistido con las autoridades del Instituto Nacional de Bellas Artes (responsables del cuidado de las obras de arte realizadas en el siglo XX), para proteger la obra, pero no recibió respuesta. “Por éste y otros asuntos parecidos, cabría preguntarse: ¿Desde cuándo está declinando el INBA de sus funciones?” Luego de la denuncia de Proceso, el mural fue despejado. Durante varios años no volvió a ocuparse como soporte de publicidad, pero la visibilidad no pudo corregirse pues estaba justo frente a la entrada de una de las salas y de un pequeño café que impedían apreciarlo en toda su dimensión a menos que fuese de alguno de sus costados, lo cual no es ideal para una obra de 30 metros de largo. Finalmente fue llevado a las instalaciones del Museo Universitario de Arte Contemporáneo de la UNAM para la exposición Desafío a la estabilidad. Procesos artísticos 1952-1967. Felguérez ha expresado su beneplácito ante la posibilidad de que el mural pase a formar parte del patrimonio universitario: “Es una satisfacción tremenda que de repente la Universidad Nacional se interesara en el mural y convenciera a la familia de que se prestara la obra para una exposición. Meche (su esposa) y yo teníamos años peleando por sacarlo del cine; la razón es muy sencilla: después de sus años de esplendor fue perdiendo vigencia.”

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