Maléfica: Cuando los malos no son tan malos
MÉXICO, D.F. (apro).- La nueva cinta de Disney es una desilusión, curiosamente, es esta situación que hace de Maléfica (Maleficent, EU-2014), estelarizada por Angelina Jolie, una cinta hermosa y refrescante dentro del universo Disney.
Si usted vio el clásico animado La bella durmiente, descubrirá que la historia no era como le habían dicho. Porque resulta que en Maléfica, los malos no son tan malos y los buenos no tan buenos.
La cinta gira en torno a la “malvada bruja” Maléfica, quien supuestamente puso un hechizo en la princesa Aurora, que la haría dormir durante toda su vida hasta que la despertara el beso amoroso de un príncipe.
En esta versión vemos que Maléfica es una hada poderosa pero buena, llena de amor y bondad hacia con sus súbditos y con el mundo; porque debemos saber que Maléfica es reina de un maravilloso páramo encantado.
Ella es feliz y gozosa hasta que conoce a un ser humano del cual termina enamorándose y conociendo el lado más oscuro de la ambición humana: su prospecto amoroso, decide traicionarla para satisfacer su ambición y la de un rey que no desea que Maléfica sea más poderosa que él.
La traición se lleva acabo y el exenamorado de Maléfica se convierte en rey. El corazón de nuestra hada se oscurece y en cuanto ve la oportunidad de hacerle daño al susodicho, no duda: A la bella heredera del nuevo rey, le cae una maldición en la que estará condenada a dormir por siempre al picarse el dedo con una rueca. Gracias a un instante de bondad que queda en su corazón, Maléfica decide que el hechizo puede romperse si, durante su letargo, la princesa recibe un verdadero beso de amor.
Buenos efectos, actuaciones decentes (Angelina Jolie, está muy bien), personajes bien desarrollados y un buen argumento hacen de Maléfica una buena película, de lo mejor de Disney en los últimos años.
Quizá, si de algo puede acusarse a la cinta, es de ser demasiado cursi, sin embargo, el argumento es interesante: darle un voto de confianza a los sospechosos comunes, a aquellos que son diferentes o que han sido estereotipados como los malos del cuento.
Si abrimos nuestro corazón y nuestra mente y nos acercamos al otro seremos capaces de entenderlo y descubrir que no es tan malo como parece ser. Y lo mejor de todo es que al hacerlo, nosotros somos mejores personas.