Tras y sobre lo redondo

miércoles, 16 de julio de 2014 · 18:10
MÉXICO, D.F. (apro).- ¿Quién como servidor, estimados lectores de la presente? No hay forma comparable que pueda competir con la de él, por ello está orondo… en los dos significados del término… por la rotunda redondez de su figura y estar satisfecho al extremo de sí mismo, pues no hay ninguna otra que pueda comparársela y competir con ella en lo que se refiere al simbolismo, al significado en y para sus vidas de bípedos implumes. Lo redondo, lo esférico, debido a su forma, corresponde, en el espacio tridimensional, a otra figura también considerada perfecta: al círculo en el mundo de la línea. El globo, la esfera, digo, debido a su superficie curva, cuyos puntos están equidistantes de otro llamado centro, lo que le da homogeneidad, o sea, que es una figura cuyas partes tienen igual naturaleza, fue causa de que los antiguos filósofos de la Grecia clásica, los presocráticos, consideraran y atribuyeran a todo contorno redondo diversas cualidades. Para ellos, por las características ya señaladas, todo lo esférico equivalía al infinito, a la unicidad, a la totalidad, a la eternidad y, por su parecido con los cuerpos celestes… sol, luna, planetas… tomaron a lo redondo, a la esfera como emblema central del mundo, como manera de ser de la naturaleza. Como dato curioso, recordemos que en el Banquete, Platón, al referirse al hombre en estado paradisiaco, antes de la caída, lo juzga andrógino, con los dos sexos… y esférico… por ser la esfera o globo imagen de la totalidad y de la perfección. Estudiosos de arte hay que opinan que tengan ese sentido las esferas transparentes que contienen a las parejas de amantes en el Jardín de las delicias, obra del Bosco. Por lo expuesto, no puede sorprender que una deidad o un rey o emperador se los represente sosteniendo un globo o esfera, para indicar poder; que a las virtudes, diosas alegóricas, se las pintase o fueran esculpidas cargando un globo, como señal de su significado universal; y a la fortuna, por su parte, igualmente de pie sobre un globo, como atributo de su falta de constancia. Como es natural, lo hasta aquí escrito hace que servidor se sienta complacido e incluso orgulloso, pero más se siente así al ver y comprobar el hecho de que todas las semanas, en todos los rincones del mundo, once seres de la especie humana, contra otros once, se disputen la posesión de servidor, lo persigan y le den de patadas intentando meterme en la portería de los contrincantes, provocando con eso las más diversas y controvertidas pasiones en millones de corazones humanos. ¡Ah!, pero cuando el placer y el orgullo de servidor se subliman, es cada cuatro años, cuando en esa globalidad en que viven, diversos grupos de esos perseguidores y pateadores de servidor, que representan a distintas naciones del planeta Tierra, se dan cita en determinado país para aclarar quien es lo mejor de ellos en ese juego en el que servidor es el protagonista, pues sin mí no sería posible nada de lo anterior. ¡Ah, qué días!, pues mientras duran los encuentros, el mundo entero está pendiente de los incidentes y resultados de los mismos, ya que son noticia de primera plana de multitud de diarios del mundo y de programas especiales en radio y, sobre todo, de televisión, por lo que millones de personas, en esos días, se entregan y son víctimas de las pasiones más primitivas; a que durante los días de un mes, millones de bípedos implumes, en las más diversas naciones, vivan más instintivamente que de manera racional, al menos por unas horas; horas de las que no escapan ni los políticos ni los más ilustres representantes de la cultura y las artes. Respetados humanos: dígame si con todos esos hechos tuve o no razón el iniciar la presente con “¿Quién como servidor?”, ¿pues quién como servidor puede hacer sentir a tantos tantas intensas y hasta violentas pasiones de amor y odio, de esperanzas, placer, desengaños etcétera?... bueno, incluso a este servidor de ustedes le admira y confunde que tantos de los suyos del común, así como a los más y mejor informados, ricos o pobres, políticos y hasta sesudos estudiosos de las artes y de las ciencias, cada 4 años, por un mes, tengan tantos días, o al menos tantos momentos de tan intensas vivencias, que desborden y apasionado amor, de virulentos odios o de agudos desencantos, según se cumplan o no sus deseos… ¿cómo explicarse todo eso, ese cúmulo de pasiones contradictorias provocadas por simples juegos montados por una sociedad, la FIFA, que es más bien un negocio… ¡también redondo!... y no libre de sospechas, de manipulaciones e incluso de corrupción en su burocracia administrativa… ¿qué pensar ante todo esto, que decir? De ustedes redondamente servidor de ustedes. EL BALÓN

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