"Fabulas y realidades de Maracaibo"

miércoles, 3 de septiembre de 2014 · 15:22
MÉXICO, D.F. (apro).- Un Bolívar sonoro, musical, íntimo, tocó hondo mi despertar tras leer de Silvia Martínez Fábulas y realidades de Maracaibo, evocadora travesía por aquella zona lacustre venezolana que apareció en la página 7 del quincenario Orbe, editado por Prensa Latina para distribución como suplemento del diario La Jornada (año 12, número 275, 23 de agosto al 5 de septiembre), que enfila al final: “No son pocos los homenajes musicales conferidos a Maracaibo que incluye al cantautor francés de origen español Manu Chao en su canción ‘Lágrimas de oro’ del álbum Clandestino (1998).”
Tú no tienes la culpa, mi amor, que el mundo sea tan feo. Tú no tienes la culpa, mi amor, de tanto tiroteo. Vas por la calle llorando lágrimas de oro... Llegó el Cancodrilo y Super Chango y toda la vaina de Maracaibo. En este mundo hay mucha confusión, suenan los tambores de la rebelión. suena mi pueblo, suena la razón, suena el guaguancón tú no tienes la culpa mi amor. lágrimas de oro...
Mucho antes, afina la periodista en Orbe, “Mi son Maracaibo”, “popularizada por el cubano Benny Moré (1919-1963), conocido como El bárbaro del ritmo, con su peculiar y contagioso estilo musical propagó también por el mundo el nombre de la capital zuliana y del antológico lago”. El relámpago de Catatumbo Silvia Martínez principia su escritura hablando precisamente sobre la ubicación de Maracaibo en Venezuela: “El nombre Maracaibo le viene a la ciudad capital del estado de Zulia y al lago más grande de Latinoamérica del aguerrido cacique Mara. Nacional de la isla de Providencia, el líder cayó mortalmente herido en una batalla contra los colonizadores españoles y un soldado exclamó: ‘¡Mara cayó, Mara cayó! ’ “Mara es parte de la historia de Zulia, nombre que lleva el estado venezolano que corresponde a la esposa de Mara que en lengua nativa significa la divinidad del amor y de la guerra.” Más adelante, un par de versiones más sobre la fuente semántica del vocablo se añaden en Orbe: “Maracaibo también se le atribuye por venir de la palabra maaria-iwo, que en lengua indígena representa el lugar donde abunda la serpiente de cascabel. Otra fábula le imputa el origen del nombre a la expresión maare kare, que para los pueblos de estos lares quería decir lugar frente al mar. “El Lago Maracaibo también es considerado un mar, pues está conectado a través de un estrecho ‘llamado de igual modo’ de 54 kilómetros al Golfo de Venezuela y este del Mar Caribe y al Océano Atlántico. Tiene la peculiaridad de ser el único lago de agua dulce del mundo con enlace directo y natural con el mar… Al sureste de la cuenca del Lago Maracaibo aparece el singular fenómeno de sucesivas tormentas eléctricas silentes conocido como Relámpago de Catatumbo, el cual desde lejos semeja un haz de luz… récord mundial por la organización internacional Guinness.” Única Sonora Maracaibo La brevedad del espacio para su texto en el quincenal Orbe seguramente no le permitió a la periodista Silvia Martínez (quien escribe desde Ecuador) incluir más datos acerca de la música en torno a Maracaibo, pero una es el joropo “Mi Maracaibo querido”, grabado por Las Estrellas de Zulia de 1967. La segunda es de la misma banda, pero ya al calor del ambiente político del año 2010 bajo la égida del exdirigente Hugo Chávez, como vemos en esta pieza en vivo “Maracaibo, pueblo esperanzado”, con alusiones a la explotación petrolera. Otra curiosa omisión es la reconocida orquesta mexicana Sonora Maracaibo, “una de las agrupaciones más sobresalientes y famosas de la música tropical que ha surgido en la historia de la música mexicana y se ha consolidado popularmente mediante un estilo único y original influenciado principalmente por el bolero, el chachachá, la guaracha, la cumbia, la rumba y el mambo, asimismo canciones que han sido parte de la historia musical de México”. La Sonora Maracaibo hoy lleva el nombre de La Única e Internacional Sonora Maracaibo, “la más romántica de América”; pero tornando a Silvia Martínez, Fábulas y realidades de Maracaibo culmina con “José Antonio Castañeda Echeverría fue el autor de la pieza musical en realidad llamada ‘Maracaibo Oriental’, y por ella el Benny (Moré) apodó al compositor del changüí ‘Maracaibo’”.
Maracaibo, pa’que tú lo goces, Maracaibo, pa’que tú lo baile’… Pongan atención, señores, ésta es la inspiración que sale del corazón y yo se los doy con amor…
A decir del catalán Manuel Bermúdez Romero (http://contextos.blogia.com/2006/081001-pequena-historia.php), el título de “Maracaibo Oriental” no está directamente relacionado con la ciudad venezolana, sino con el autor de la canción, José Artemio Castañeda Echeverría, a quien Moré apodó Maracaibo precisamente como derivación del nombre de este son, “manifestación musical mejor conocida como changüi en Guantánamo, al oriente de la isla de Cuba. Liga al artículo Maracaibo is not only a city (Maracaibo no sólo es una ciudad) “correspondiente a un reportaje escrito por Gabriel Molina para el diario Granma Internacional http://www.cubanosmanitoba.5u.com/CulturaCubana_eng.html)”. En otras palabras: Maracaibo trataría entonces de un músico octogenario de Santiago de Cuba que ayudó a los jóvenes asaltantes al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, poniendo su guitarra al servicio de la noble causa (http://www.radiociudadhabana.icrt.cu/ix.php/noticias/politica/1793-maracaibo-un-musico-que-ayudo-a-los-jovenes-del-moncada). Y por cierto, de los pocos compositores de allá fue Adolfo de Pool (Maracaibo, 11 de enero 1882-Caracas, 16 de abril 1971), autor de innumerables valses, himnos, marchas, canciones populares y música sacra. In memoriam Martín Quiroz Una explicación a los lectores de canto rodado sobre esta nota de Maracaibo. Por arte del sincrodestino, se presentó ante mi alma bolivariana el artículo de Orbe luego de la enorme pena de enterarnos en Casa Ponce de la noticia sobre del adiós de Martín Quiroz, desde nuestra “otra familia” de Venezuela. Martincico, adorado amigo de mi hermano Armando Ponce vive con nosotros por sus valores de convivencia y tolerancia más allá de formas de pensamiento político extrapoladas, por su generosidad universal y simpatía a prueba del dolor en alguien tan chévere nacido en el Lago Maracaibo. Por Martín Quiroz (“¿pero vos está demente?” era una de sus frases irónicas) aprendí las glorias del cacique Arachuna y los joropos del inigualable Gualberto Ibarreto, como el que dice...

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