MÉXICO, D.F. (apro).- En conmemoración de los cien años del natalicio de Federico Sescosse Lejeune (1915-2015), a quien se le debe la inscripción en 1993 del Centro Histórico de Zacatecas como Patrimonio Cultural de la Humanidad en la UNESCO, hoy se realizó un homenaje en su nombre donde se entregó a su familia una distinción por sus aportaciones. El reconocimiento fue entregado a Guadalupe Beatriz Sescosse Pesquera, hija del homenajeado, en el Museo Zacatecano, “por la invaluable labor de Federico Sescosse, quien dedicó su vida al rescate de los inmuebles y sitios históricos de Zacatecas”. Estuvieron presentes en el acto el gobernador Miguel Alonso Reyes; José Muñoz Bonilla, coordinador nacional de Centros del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); Carlos Augusto Torres Pérez, director del Centro INAH Zacatecas, y Gloria Orive Bellinger, presidenta del ICOMOS México (Comité Nacional Mexicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios), así como Rafael Sánchez, presidente de la Junta de Conservación y Proyección de Monumentos y Zonas Típicas de Zacatecas. Sobre el reconocimiento, Muñoz Bonilla expresó: “A 100 años del natalicio de Federico Sescosse Lejeune, hoy recordamos con vehemencia sus distintas facetas: en el fomento del arraigo y la conciencia de identidad entre los ciudadanos zacatecanos; en la salvaguardia del patrimonio cultural; en la gestión de leyes y organismos en favor de este patrimonio; en la preservación de los valores culturales del estado y en el enaltecimiento de los tesoros culturales de Zacatecas”, dijo. Sescosse Lejeune, primer delegado del INAH en Zacatecas en 1941, tuvo a su cargo la protección de los monumentos históricos de esa ciudad, y la conservación de las zonas arqueológicas de La Quemada, Altavista Chalchihuites y Las Ventanas en Juchipila, así como la conservación del Museo de Guadalupe en el antiguo Colegio Apostólico de Propaganda Fide. En 1965, junto con Genaro Borrego y Eugenio del Hoyo Cabrera, Sescosse creó la Sociedad de Amigos de Zacatecas AC, y redactó el proyecto de Ley de Protección y Conservación de Monumentos y Zonas Típicas del estado. Entre los trabajos que realizó destaca el rescate del antiguo templo de San Agustín, que marcó el inicio de trabajos de recuperación de tesoros virreinales y el espíritu tradicional de la ciudad, le siguieron labores con la Vecindad del Jovito, el exConvento de San Francisco de Zacatecas, el Colegio de San Luis Gonzaga, el interior de la catedral, el templo de Santo Domingo, sus retablos y la sacristía. Asimismo, restauró y puso al servicio del culto religioso la Capilla de la exHacienda de Bernárdez, así como el resto del casco de la hacienda, entre otras obras. Otro de sus aciertos fue el rescate del archivo histórico y los acervos de Zacatecas, así como la conservación de las festividades de las Morismas de Bracho y la colección Mertens de arte huichol, que actualmente se aloja en el Museo Zacatecano.