Hotel de Paso, ganadora en el Festival de Cine Documental Zanate 2015
COLIMA, Col. (apro).- La película Hotel de paso, de Karla Paulina Sánchez, fue la ganadora del Gran Premio del Festival de Cine Documental Mexicano Zanate 2015, que concluyó en el Teatro Hidalgo de esta ciudad.
El largometraje laureado aborda los mecanismos de sobrevivencia de los migrantes deportados de Estados Unidos a México por la ciudad de Mexicali, Baja California, donde son recibidos en un albergue habilitado en un inmueble que antes fue hotel de paso.
Elaborado durante un periodo de cinco años de trabajo, Hotel de paso es la ópera prima de su realizadora, quien es además fotógrafa y profesora universitaria.
El jurado, integrado por los realizadores Cristian Calónico y Ricardo del Conde, así como por la curadora y productora de cine Garmiñe Ortega, consideró que la ganadora es una película “muy valiente y comprometida que trabaja con una realidad social extrema desde un punto de vista innovador”.
En nombre del jurado, Calónico dijo que por la gran calidad de los documentales, en los aspectos formal, narrativo y técnico, resultó muy difícil tomar la decisión, por lo que en algunas de las categorías además del premio se entregaron menciones especiales.
La primera mención del Gran Premio Zanate fue otorgada a Sunú, de Teresa Camou, trabajo que aborda la problemática del maíz en México, “un tema muy actual que tiene que ver no sólo con una cuestión ambiental y agrícola, sino con asuntos culturales y de identidad”.
Los reyes del pueblo que no existe, de Betzabé García, obtuvo la segunda mención, pues según el jurado es “una película de factura impecable, que retrata con mucha humanidad diferentes problemáticas que vive nuestro país en un microcosmos muy particular”.
Entre otras películas que compitieron por el Gran Premio Zanate se encuentran Llévate mis amores, de Arturo González Villaseñor; Navajazo, de Ricardo Silva; Tiempo suspendido, de Natalia Bruschtein, y El silencio de la princesa, de Manuel Cañibe.
En la categoría Premio Zanate Colima la ganadora fue la película Retrovisor, de Roxana Anaya, que “retrata con mucha delicadeza cuestiones de género y transgénero, historias marginales que suceden en la zona de tolerancia de la entidad y que la realizadora trata con una gran sensibilidad”.
El Premio Zanate Universitario fue obtenido por La ausencia, de Arturo Baltazar, luego de que el jurado consideró que es “un trabajo sutil, muy bien narrado y muy coherente con su temática que trata sobre la vejez y la soledad”.
En esta misma categoría se otorgó una mención especial a Hoy no es mañana, de Misael Alva, documental que “con mucho compromiso refleja una problemática generalizada de las comunidades indígenas de México”.
Puntos suspensivos, de Paola Ovalle y Alfonso Díaz, se llevó el galardón Zanate de Cortometraje y Mediometraje, pues “con una narrativa original habla de uno de los grandes horrores que afectan a nuestro país: los desaparecidos”.
Además, el Premio del Público fue para Los reyes del pueblo que no existe, de Betzabé García, y el Reto Zanate, con un cortometraje de 10 minutos de duración realizado en 100 horas mientras se desarrollaba el festival, fue ganado por Dicen que yo no lo sé, de Isis Ahumada.
Carlos Cárdenas Aguilar, fundador y director del Festival Zanate, se mostró satisfecho con los resultados de esta octava edición en la que se amplió a 24 el número de películas participantes y se desarrollaron otras actividades como conversatorios, cursos y la implementación por primera vez del rally de producción Reto Zanate.
El de este año, dijo, fue “un festival recargado, con más actividades, que tuvo más oferta, aunque no nos interesa crecer: somos un festival pequeño, eso nos gusta, somos un festival muy íntimo, casi familiar y creo que más bien lo que creció fue la calidad de la oferta”.
De acuerdo con Cárdenas Aguilar, con el paso del tiempo el Festival Zanate se ha hecho de un nombre:
“Los realizadores quieren venir a Zanate porque es un foro donde la gente llena salas y al final de cada función el público interactúa con los realizadores, un público cálido pero a la vez crítico.”
Después de ocho ediciones del festival, dijo su fundador, “la experiencia nos ha ayudado a afinar algunas cosas, sabemos lo que queremos hacer, tenemos un compromiso con la exhibición de cine documental mexicano y el compromiso es crecer en calidad”.
--¿El festival es ahora lo que había usted visualizado al principio?
--Cuando empezamos no habíamos visualizado ni siquiera una segunda edición, entonces cada nueva edición es un extra, pero creo que hemos logrado una estabilidad en los últimos años para poder pensar a largo plazo y dejar de pensar sólo en el año que viene; ya Zanate es actualmente un proyecto a mediano plazo, a futuro, que ya corre solito, que ya pagó derecho de piso, como se dice.
En relación con el público del festival, Cárdenas consideró que ha sido muy fiel, pese a que “ir a ver cine mexicano es difícil, y en Colima la gente ya lo ve, lo disfruta y es participativa; nos da mucho gusto de que exista un público que año con año a veces ni siquiera ve las sinopsis, que va a Zanate porque sabe que lo que ofrece la programación es una película extraordinaria”.
A partir de 2016, abundó, el festival pondrá en marcha el proyecto de Caravanas Zanate, con el propósito de llevar la exhibición de cintas a espacios de diversos municipios de la entidad.
El Gran Premio Zanate, además del reconocimiento, este año incluyó un estímulo de 40 mil pesos aportados por la Secretaría de Cultura del gobierno de Colima; el premio de Cortometraje y Mediometraje es de 15 mil pesos aportados por el Conaculta, y el del Público fue de poco más de 11 mil aportados por la Cervecería Colima, extraídos del consumo de los asistentes a la fiesta. El resto de las categorías sólo consiste en un reconocimiento.