MÉXICO, DF (apro).- El largometraje ‘El club’, del chileno Pablo Larraín, obtuvo los galardones Fénix más importantes de la segunda entrega del Premio Iberoamericano de Cine: Mejor Película de Ficción, Mejor Director, Mejor Guión y Mejor Actuación Masculina (Alfredo Castro). Desde París, donde trabaja con su nuevo filme ‘Neruda’, protagonizado por Luis Gnecco y Gael García Bernal, Larraín envió un video en el que agradece las distinciones a El club, que representará a Chile en la ceremonia de los Óscar en 2016, y el próximo 3 de diciembre inaugurará el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano en La Habana, Cuba, donde también competirá en la sección oficial. La película, que además ganó el Oso de Plata en la Berlinale pasada, trata sobre un grupo de curas pederastas que se esconde en una casa de un pueblo costero, adonde fueron enviados por las autoridades eclesiásticas. Bajo el cuidado de una monja, los religiosos purgan sus pecados, pero la pasan muy bien, hasta que una de sus víctimas los encuentra y cambia por completo sus vidas de gozo. Inclusive llega al lugar incluso otro sacerdote que les recuerda el oscuro pasado que creían haber dejado atrás. Después de exponer las injusticias del régimen de Augusto Pinochet con tres trabajos anteriores –No, Post mortem y Tony Manero– el director chileno, nacido en 1976 en Santiago, exhibe ahora a la Iglesia católica en un guión que escribió junto con Guillermo Calderón y Daniel Villalobos. En Berlín, cuando recibió el Oso de Plata, en febrero pasado, Larraín declaró que en los colegios conoció a varios colectivos de sacerdotes: “unos santos, otros delincuentes en mitad de procesos judiciales y unos terceros que nadie sabe dónde están porque la Iglesia católica los esconde”. En poco más 15 días el chileno rodó ‘El Club’, película para la cual el cineasta tomó parte del argumento de una de sus obras de teatro, ‘Exceso’, y lo adaptó al guión. Además de Alfredo Castro, en el filme participan: Marcelo Alonso, Roberto Farías, Alejandro Goic, Francisco Reyes, Alejandro Sieveking, José Soza, Jaime Vadell y Antonia Zegers. En la segunda edición de los premios Fénix realizada la noche de ayer en el Teatro de la Ciudad, el cine mexicano no obtuvo reconocimientos, pero cuando Jorge Ayala Blanco recibió el Fénix al Trabajo Crítico, compartió su presea con las mejores películas mexicanas del año que, dijo, están “insuficientemente representadas aquí”. “Con la ficción ‘Carmín tropical’, de Rigoberto Perezcano, por atreverse a realizar un soberbio antithriller sobre la sensualidad y el erotismo transexual, y con dos documentales sobre el mismo tema candente, de Rafael Rangel, ‘Un día en Ayotzinapa’, por plantear su difícil asunto desde una perspectiva de vida cotidiana, y de Temoris Grecko, ‘Mirar morir. El Ejército en la noche de Iguala’, por hacer gran cine de periodismo y de investigación sobre el papel que jugó el Ejército Mexicano en la desaparición de los 43 normalistas.”