Fallece el escritor Eduardo Galeano

lunes, 13 de abril de 2015 · 09:13
MÉXICO, D.F. (apro).- Uruguay amaneció con la noticia de la muerte del escritor y periodista Eduardo Galeano, y los medios electrónicos se encargaron de esparcir su deceso por el mundo como autor de Las venas abiertas de América Latina, pero también como amante del futbol (publicó en 2003 Futbol, a sol y sombra). El deceso del escritor de 74 años a causa de cáncer de pulmón la dio a conocer su familia alrededor de las 10 de la mañana de Montevideo, la capital de la República Oriental del Uruguay, luego de que estuviera varios días hospitalizado en el Centro de Asistencia del Sindicato Médico de esa ciudad a causa de la última etapa de esa enfermedad, misma que le fue diagnosticada en 2007. Instituciones alrededor del mundo lamentaron su deceso, como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay, la editorial Siglo XXI de España, y los principales medios de ese país; en México el titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Rafael Tovar y de Teresa (a través de su cuenta Twitter), la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes y La Casa del Lago fueron de las primeras en mostrar un pesar por su partida. Galeano publicó durante su carrera alrededor de 40 títulos y recibió numerosos reconocimientos, como el doctorado Honoris Causa por la Universidad de la Habana (2001), el Salvador (2005), la Nacional de Cuyo de Argentina (2008), y en nuestro país por la Universidad Veracruzana (2007) y la de Guadalajara (2013). También recibió el Premio Casa de las Américas (2011), y el Premio Stig Dagerman (2010). La muerte de Galeano se da en unos años donde la relación de Estados Unidos (EU) con América Latina ha empezado a replantearse, en especial porque los países latinoamericanos hablan cada vez más sobre su inconformidad y el intervencionismo de EU, como lo dejó claro el mandatario boliviano Evo Morales durante la pasada VII Cumbre de las Américas que se realizó el 10 y 11 de abril en Panamá: “Latinoamérica ya no es obediente”. Fue durante esa misma cumbre que Obama se reunió con el presidente de Cuba, Raúl Castro, luego de que en diciembre del año pasado –y más de 50 años de bloqueo económico por parte de Estados Unidos–, se anunciara el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países. También en la cumbre el presidente venezolano Nicolás Maduro habló sobre el reciente decreto estadunidense de tachar a Venezuela como una “amenaza de seguridad”, y durante una de esas intervenciones que Obama dijo: “No creemos que Venezuela sea una amenaza para Estados Unidos, y Estados Unidos no es una amenaza para el gobierno de Venezuela”. La presidenta argentina Cristina Kichner había manifestado que le parecía ridículo que para EU Venezuela fuera considerado “una amenaza”. Vía su cuenta Twitter, Maduro publicó: “Logramos que el presidente Obama reconociera de palabra que Venezuela no es una amenaza (#ObamaDerogaElDecretoYa”. Junto a este mensaje estaba una imagen de una bandera venezolana ondeando con la frase “Venezuela no es una amenaza, somos esperanza”. Fue sobre este tema que Galeano realizó la que fuera su última intervención en la política; el pasado 7 de abril sumó su firma a un manifiesto de apoyo a Venezuela, el cual el propio Nicolás Maduro, criticado por el encarcelamiento de opositores, mostró en televisión, mencionando que Galeano siempre fue un referente para Hugo Chávez. El referente más claro sucedió justamente el 19 de abril de 2009 durante la primera Cumbre de las Américas, cuando Chávez le regaló a Obama el libro Las venas abiertas de América Latina. La foto de ambos mandatarios con el libro de por medio le dio la vuelta al mundo y el volumen batió récord de ventas. Más tarde, entrevistado sobre ese episodio y con un poco de ironía, el escritor dijo: “Ni Obama y ni Chávez entenderían el texto… Él se lo entregó a Obama con la mejor intención del mundo, pero le regaló a Obama un libro en un idioma que él no conoce. Entonces, fue un gesto generoso, pero un poco cruel”.

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