Eduardo Matos, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua

jueves, 14 de mayo de 2015 · 23:12
MÉXICO, D.F. (apro).- En una ceremonia en el Museo Nacional de Antropología e Historia, el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, iniciador del Proyecto Templo Mayor, ingresó formalmente a la Academia Mexicana de la Lengua con el discurso “El decir de las piedras”, en el cual habló de tres monumentales esculturas de la civilización mexica: el Calendario Azteca o Piedra del Sol, la Coyolxauhqui y Tlaltecuhtli. Nacido en la Ciudad de México el 11 de diciembre de 1940, el investigador del INAH, maestro en Ciencias Antropológicas con especialidad en Arqueología por parte de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y la UNAM, fue elegido como miembro de la Academia en la sesión plenaria del jueves 26 de junio pasado. Fue propuesto por los académicos Miguel León-Portilla, quien respondió esta noche su discurso, Concepción Company y Fernando Serrano Migallón. Es desde ahora el sexto ocupante de la silla XV ocupada anteriormente por José María Vigil, Balbino Dávalos, Agustín Aragón, Daniel Huacuja y José G. Moreno de Alba, quien falleció el 2 de agosto de 2013. Cuando anunció la elección, por unanimidad, de Matos Moctezuma la Academia Mexicana de la Lengua (AML), se afirmó en un comunicado que esta institución “se enriquece con un miembro cuya labor se puede comparar al de la filología en cuanto al desciframiento de una cultura a través del lenguaje, en este caso, de la arqueología”. Tras recordar que Matos Moctezuma es también miembro honorario del Archeological Institute of America, destacó la Academia: “Ha datado los inicios de la arqueología mexicana hacia 1790, con los hallazgos de la Coatlicue y la Piedra del Sol. Una de sus aportaciones más significativas se enmarcan en la coordinación en 1978 del Proyecto Templo Mayor, cuando se emprendieron las tareas de excavación arqueológica de este recinto sagrado de la antigua Tenochtitlan, mismo que continúa vigente, además de su trabajo en Comalcalco, Tepeapulco, Bonampak, Cholula, Coacalco y Tlatelolco y coordinó los proyectos Tula y Teotihuacan.” Si bien cabe recordar que su labor en Teotihuacan fue duramente cuestionada a mediados de los noventa del siglo pasado, pues durante ese lapso se construyó la plaza comercial Jaguares, lo que ocasionó que tanto la directora del INAH, María Teresa Franco, como Matos Moctezuma, fuerandenunciados ante la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados. Respecto del tema elegido por el arqueólogo para su discurso de ingreso, se debe mencionar que éste ya fue abordado en el libro Escultura monumental mexica,escrito junto con su colega Leonardo López Luján y publicado por el Fondo de Cultura Económica, también responsable del Proyecto Templo Mayor. Los monumentales monolitos hallados en las excavaciones del Templo Mayor son para ambos especialistas “obras del mismo pueblo, el mexica. Todos pertenecen a la producción escultórica mayor del llamado periodo imperial, es decir, son piezas de grandes dimensiones que fueron talladas en rocas volcánicas dentro de un lapso que no supera los cincuenta años entre la más temprana y la más tardía. Todos, además, fueron descubiertos en lo que fue el corazón de la antigua Tenochtitlan, ya en el interior de su recinto ceremonial, ya en la plaza del mercado principal, hoy ocupada por el Zócalo de la Ciudad de México”. En la ceremonia estuvieron presentes el poeta Jaime Labastida, presidente de la Academia Mexicana de la Lengua, y el escritor Gonzalo Celorio, integrante de la misma.

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