Charla-homenaje por el centenario del natalicio de Mathias Goeritz

sábado, 16 de mayo de 2015 · 18:59
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Mathias Goeritz, artista plástico, arquitecto e historiador, creador de la Ruta de la amistad y las Torres de Satélite de esta ciudad, será objeto de una charla-homenaje este lunes en el Palacio de Bellas Artes con motivo del centenario de su nacimiento. El arquitecto Felipe Leal y Lily Kassner, doctora en historia del arte y especialista en Goeritz, comentarán en torno a la figura de Werner Mathias Goeritz Brunner, quien nació en Danzig, Alemania en abril de 1915 (actualmente Gdansk, Polonia) y falleció en el Distrito Federal en agosto de 1990, la plática será este 18 de mayo a las 19 horas en la Sala Manuel M. Ponce del máximo recinto cultural del país, según anunció el Instituto Nacional de Bellas Artes. Goeritz en algún momento comentó sobre sus raíces artísticas: “Por parte de mi madre provengo de una familia de pintores, pero mi verdadera inspiración fue mi padre. A través de él entré en contacto con muchos artistas de Berlin, porque siempre estaba relacionado de alguna forma con las artes plásticas. Mi padre murió cuando tenía 16 años, pero de alguna, manera me dejó eso, e insistía en que era importante que nosotros los niños fuéramos al museo, y aunque, y aunque yo no entendía mucho de eso, algo se me fue quedando: la alegría de algún detalle, un buen concierto. Y el embrollo que finalmente salió de ahí, soy yo”, según se lee en un documento de investigación publicado por Lily Kassner en la Universidad Nacional Autónoma de México, titulado “Mathias Goeritz en la arquitectura”. Estudió medicina pero desertó de la carrera a la que su madre había incentivado, y en su lugar estudió en la Escuela de Artes y Oficios (Kintsgewerberhule) de Berlín-Charlottenurg (1937-1939) y la Universidad Friederich Wilhelm (1934-1940), y se doctoró en historia del arte y arqueología, en nuestro país aterrizó en 1949 con grandes inquietudes artísticas, en ese momento México gozaba de un intenso trabajo cultural a diferencia de Europa que venía de la posguerra. Ejemplo de su experimentación y creatividad es el Museo Experimental el Eco de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), una de sus obras más significativas en México, considerada una obra crucial en la historia del arte moderno nacional. Un año después dio a conocer su manifiesto de Arquitectura Emocional, donde criticó “la arquitectura únicamente utilitaria destinada a la industria, vivienda, hospitales; él buscaba la parte espiritual que tiene sus orígenes en los actos rituales”, señaló Felipe Leal según se lee en un comunicado del Instituto Nacional de Bellas Artes. En 1957 Goeritz colaboró con el arquitecto mexicano Luis Barragán y el pintor Jesús Reyes Ferreira para dar vida a una de sus creaciones: las Torres de Satélite, emblema de Ciudad Satélite, inauguradas en marzo de 1958, que en ese entonces se erigía como símbolo del proyecto de modernización nacional más relevante, fue en ese proyecto por el cual tuvo un pleito con Barragán; a propósito del mismo el arquitecto mexicano Ricardo Legorreta recordó en una entrevista publicada en el libro El verdadero lujo está en el espacio (2012), editado por la revista Arquine, sobre el inicio de ese pleito: “Los invité a los dos de viaje, a Mathias para buscar artistas y a Luis por argu?endero, y nos fuimos a Nueva York, los tres grandotes. Llegamos a Nueva York y Mathias tenía ya organizados cocteles por todos lados y citas con tal o cual persona, y en la galería de tal. Al tercer día, Luis me dijo: Mira, no soy tan pendejo, no hablo inglés, pero me doy cuenta que Mathias ya se adjudicó las torres, así es que yo ya me voy de regreso… En México empezó una lucha pasional y el motivo había sido aquel viaje. “Entonces yo les insistía: Por favor, eso ya lo hicieron ustedes hace veinte años, ¿cómo van a romper una amistad como la suya? Se los dije desde un principio: si se quieren adjudicar el Camino Real, adjudíquenselo, en veinte años yo espero estar haciendo otras cosas. Mathias Goeritz era un manipulador impresionante, entonces, estando Calder en México, nos echamos unos tequilas en el despacho los tres, como cinco tequilas, y fuimos a ver el salón del Camino Real donde apenas iban a colar la losa. Estaba lleno de andamios y Calder me dice: El presupuesto es para hacer esto, tú me dices que querías hacer un espacio en el que pudieras caminar y sin embargo que estuviera vacío, tienes el ejemplo de los polines, yo te voy a hacer algo así… Ahí me di cuenta que te podía corregir un artista, cambiar radicalmente para bien, y ya después lo fui confirmando”. Paralelo a las torres también creó las Torres de Temixco en el Estado de Morelos, y los vitrales de la Capilla de San Lorenzo Mártir en el Distrito Federal, en 1959 realizó las  obras bidimensionales Mensajes dorados, la escultura de la Estrella de David  en 1964, las torres y los vitrales de la sinagoga Maguen David, y en 1967 la celosía del Hotel Camino Real de esta ciudad. La Ruta de la amistad es sin duda otra de sus obras de gran  renombre en nuestro país, realizada con motivo de los Juegos Olímpicos de 1968, Goeritz promovió la creación del circuito escultórico urbano en el anillo periférico de la Ciudad de México, proyecto que incluyó el trabajo de más de una decena de escultores extranjeros que representaron a varios países. De 1978 a 1980 realizó una pieza colectiva en el Espacio escultórico en colaboración con los artistas Helen Escobedo, Manuel Felguérez, Hersúa, Sebastián y Federico Silva, dentro de uno de los terrenos de Ciudad Universitaria. Entre sus trabajos en el extranjero destacan El laberinto de Jerusalén (1974), ubicado en un centro comunitario al este de Talpiot, en Israel,  un diseño circular de un laberinto que en el centro tiene el escudo de David, una cruz francisca y una media luna, símbolos de las tres religiones de la llamada Ciudad Santa. De ese laberinto llegó a decir “de todas mis invasiones en el campo de arquitectura, ésta ha sido la más compleja y la más interesante. Llegó a convertirse a veces en una especie de laberinto del cual no sabía cómo salir…”. En 1988 construyó la torre de la Fundación Miguel Alemán de la Ciudad de México, y en 1990 se terminó su obra Monograma AMT en Jerusalén, después de su fallecimiento el 4 de agosto del mismo año. De manera reciente  el Museo Centro de Arte Reina Sofía, de España, exhibió hasta el mes pasado una muestra de recorrido por la obra de Goeritz: El retorno de la serpiente. Mathias Goeritz y la invención de la arquitectura emocional, la cual se espera que llegue próximamente a México acordé a anuncios previos.

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