"¿Qué pensar?"

lunes, 27 de julio de 2015 · 22:48
MÉXICO, D.F. (apro).- En verdad que servidor no sabe si llorar o reír por lo expuesto en carta a este buzón firmada por Pimpinela Escarlata; y eso se debe a que no es de los que creen que se nos debe felicitar por la libertad y el individualismo reinante en la globalidad en que vivimos, sobre todo cuando se señala que eso es el resultado… positivo… a los avances y afirmación de las ideas del final de las ideologías y el final de la historia, pues a ellas se debe, en gran medida, que se les haya despojado “del dorado y brillante prestigio e influencia” que disfrutaba la palabra utopía, así como al apasionado y comprometido entusiasmo que, en décadas pasadas, llevó a tantos a revoluciones que pretendían realizar la utopía de la igualdad, gracias a ese hecho, insiste, la libertad se ha extendido y, con la misma, el papel protagónico del individuo… por lo que estamos mucho mejor según él, Pimpinela Escarlata. No sé si a usted, respetado lector de la presente, pero al que la suscribe se la hace difícil comulgar con esa idea que censura y condena a la utopía a los que se entusiasmaron… o sigan entusiasmándose… con ella al punto de intentar, con revoluciones, hacer realidad la igualdad, elemento determinante de la misma utopía. ¿Es válida esta visión? ¿Se justifica por si misma? Para juzgarla, buenas serían algunas reflexiones previas. De inicio, se quiera o no se quiera reconocer, una razón evidente es que el humano ha llegado a ser lo que es, porque, en esencia, es social por naturaleza… y ha socializado, este es, ha hecho un bien común, en otros, precisamente a uno de las más… si no es el que más… lo humaniza. Insisto: ha socializado, ha hecho común a todos un bien decisivo para su humanización… los conocimientos adquiridos en su caminar en la historia… dejándolos de herencia a la generaciones siguientes. Un hecho que demuestra que la interacción social, el convivir con sus semejantes es esencial y determinante para el ser humano, es el conocido caso de los niños lobos, los cuales, al ser descubiertos, tenían más características de animales que de humanos. Por eso, considera servidor, que el tema Robinson Crusoe y Tarzán, que a veces se nos presentan como referentes de la importancia e incluso como triunfal demostración del individualismo… o sea, de la ideología que pone al individuo por encima de la sociedad y de los intereses colectivos (…). No son válidos por la sencilla razón de que… ¿por ignorancia, olvido, o qué?... los mismos no tienen en cuenta que si Robinson logró sobrevivir en una isla desierta fue, en gran medida, a que era el heredero de conocimientos legados por generaciones y generaciones de otros humanos anteriores… igual ocurre con el ejemplo del mítico Tarzán… ¿Pues cuando comenzó a ser verdaderamente hombre?... en el momento en que encontró libros ilustrados en la derruida cabaña de sus difuntos padres; libros que poco a poco le fueron informando que era diferente de los monos que le criaron y con los que vivía, que era humano… y ahí mismo se apoderó de un cuchillo, el cual le sirvió para adquirir poder sobre los animales de la selva. A lo que hay que añadir que la globalidad en la respiramos no deja bien parado al individualismo ni a sus defensores, pues la misma, vertebrada y regida en defensa y función del individuo y la propiedad privada a ultranza, así como la competencia y el libre mercado, no puede mostrar y demostrar con sus hechos que todos estamos mucho mejor… ya que a pesar que propague que es democrática, es profundamente clasista… dígalo si no es así el que los ricos… una minoría ínfima… sean cada vez más ricos, pues la riqueza cada vez más se está concentrando en menos manos… manos que por ello… por ser de ricos… tienen el poder de tomar decisiones que en poco o nada perjudiquen a sus intereses y privilegios… si servidor no ignora que la globalidad es respetuosa de la minorías… sobre todo y principalmente de la minoría de los ricos… díganlo si no es así las reformas laborales que con su flexibilidad están abaratando los salarios y los despidos de los trabajadores, o los recortes a los gastos sociales y las medidas de austeridad impuestas a los ciudadanos del común… a los más débiles en lo económico… mientras protege a esta minoría ínfima… a los individuos ricos que manejan el dinero que decide… con rescates de bancos, carreteras, etcétera… rescates que tendrán que pagar por décadas, con más austeridad… esto es, con más aumento de su pobreza… los más débiles económicamente. Un ejemplo para pensarlo, el de Grecia en estos días que corren. Nada más con estos hechos, pues hay muchos otros que harían interminable esta carta, ¿qué pensar de los que, como Pimpinela Escarlata, celebran el final de la utopía y defienden a muerte el individualismo y dicen que gracias a él estamos mucho mejor? Usted, paciente lector que ha seguido hasta aquí, ¿qué piensa? Que es esta tormentosa globalidad Dios le guarde, como sinceramente deseo. JUAN RECUERDA

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