Realizan homenaje póstumo a periodista chiapaneca
SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, Chis. (proceso.com.mx).- A un año de su muerte, amigos, colegas y familiares de la periodista chiapaneca Amalia Avendaño Villafuerte le realizaron un homenaje en su ciudad natal, San Cristóbal de las Casas, y develaron una fotografía que se exhibirá junto a otros personajes que han contribuido a esa localidad de Los Altos de Chiapas.
En La Casa de la Enseñanza de la Ciudad, el director Emilio Gómez Ozuna destacó la importancia de la periodista coleta (gentilicio para los oriundos de esta localidad), que con su pluma en los diarios Tiempo y La Foja Coleta, fundada por sus padres, acuñó la crítica, la denuncia y el periodismo de investigación.
Su hermano, también comunicador, Amado Avendaño, reseñó las palabras del periodista Wilbert Torre, quien la describió como “una mujer encantadora que tenía la magia de lograr que la gente se pusiera de acuerdo…”, siempre presente pero sin ser protagónica, hacía cosas por los demás sin que nadie se enterara, eso la hacía sentir bien. Amaba con profundidad, siempre buscaba un lado positivo o diferente a las personas y a las cosas, nunca se quedaba con una sola versión. Sabía escoger muy bien sus batallas.
Amado dijo que su hermana Amalia, además de periodista, era una constructora de puentes de entendimiento, alguien que por encima de polemizar trataba en cualquier circunstancia de comprender; que no se tragaba ningún cuento, ni verdades absolutas; que no creía en buenos y malos, y que gracias a eso podía establecer una conversación casi con cualquiera.
Hijos de los periodistas Amado Avendaño Figueroa y de la también destacada mujer periodista, Concepción Villafuerte Blanco, Amado dijo que Amalia fue el mejor ejemplo de una de las más preciadas herencias que les heredaron sus padres: “la vocación de servicio estrechamente vinculada a la firme convicción de negarse sistemáticamente a ser víctima, porque un periodista o un servidor por vocación, como un bombero o un socorrista, aun cuando tengan oficios de alto riesgo, fracasan en el momento en el que se convierten en las víctimas o en la nota, porque ya no pueden ayudar a nadie más”.
Agregó que la develación de esta fotografía contribuye a ello: a guardar en la memoria colectiva a una mujer inspiradora que, absolutamente despojada de egocentrismo o afanes protagónicos, se dedicó a servir sin esperar absolutamente nada a cambio. Simplemente por vocación y por convicción. Porque le daba la gana, pues.
Recordó que junto a Elio Henríquez, corresponsal de La Jornada, Amalia aprendió a ser periodista directamente del teclado de un linotipo. “Práctica y objetiva, valiente y protectora, amorosa y comprensiva, generosa y firme, conciliadora, pero digna”.
“Nos reímos a carcajadas cuando alguna vez como corresponsal de Radio Red reportó un temblor de 6 grados Centígrados en lugar de Richter; o cuando le tocó interactuar al aire con el personaje de “Anahís” de El Weso en W Radio, su último trabajo como corresponsal, aquella vez que el gobernador Manuel Velasco Coello se desmayó en Teopisca”, dijo Amado.
A nombre de las familias Avendaño Villafuerte y Henríquez Avendaño, Amado agradeció la iniciativa de la Enseñanza Casa de la Ciudad al develar la fotografía de Amalia en este Muro del Reconocimiento Ciudadano junto a otros entrañables coletos, porque también eso es un reconocimiento implícito a la trayectoria periodística y ciudadana de don Amado Avendaño Figueroa y Concepción Villafuerte y de quien fuera esposo de Amalia, Elio Henríquez.