"One hit wonder", nuevo libro del tacvbo Joselo Rangel

martes, 22 de septiembre de 2015 · 18:27
MÉXICO, D.F. (apro).- De los tacvbos ha sido Joselo Rangel el que se ha arriesgado a escribir más que canciones, es así como el guitarrista de Café Tacvba publica su segunda antología de cuentos musicales: One Hit Wonder. El volumen de 184 páginas editado por Almadía reúne una serie de anécdotas y cuentos, desde “Escuela de rock” donde en un salón de clases coloca a las versiones infantiles de Paul McCartney, Ozzy Osbourne, David Byrne, Kurt Cobain y Elvis Costello; “One hit wonder”, el cual da el título al libro y que narra cómo una banda viaja en el tiempo cada vez que interpretan un éxito musical; un grupo que planea su debut en los escenarios en “La banda está lista”, hasta otros relatos como “Trenes”, “Rockstar” y “En sueños” que complementan el volumen. Y es que One hit wonder será presentado de manera oficial por el músico este jueves 24 en el Foro Shakespeare de esta ciudad a las 18:30 horas, aunque ya se puede adquirir mediante la web de Almadía. Según explicó el autor en una entrevista para su editorial, la antología reúne textos de ficción, algunos que nacieron de experiencias personales, o bien que surgieron luego de plantearse la pregunta ¿Qué pasaría si…? “Me di cuenta de que existen ideales o jóvenes intentando hacer algo, gente que no se encuentra y que tiene una crisis de identidad, supongo que una parte de mí está en ese proceso, claro yo estoy a punto de cumplir 50 años y muchos de mis personajes están en sus veintes entrando en sus treintas, yo creo que es como si estuviera viajando en el tiempo intentando resolver algo que tuve en esa etapa y no pude.” “No me gustan los libros o canciones con mensajes, dentro del rock como la literatura hay una reflexión, pero cada quien la ve a su manera”, dijo el músico para la web de Almadía. Esta edición es la segunda publicación del veracruzano José Alfredo Rangel Arroyo (Minatitlán, 1967), luego de Crocknicas marcianas (2011), una antología de anécdotas y cuentos de la columna del mismo nombre que mantiene en el diario Excélsior desde hace seis años, y que en su momento fue presentada en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, en donde explicó que para él la literatura y la música eran artes inseparables. "Esto de contar historias nació antes que tomar una guitarra. Las primeras canciones que hice eran más bien cuentos musicalizados", dijo en la FIL de 2011. Diseñador industrial de profesión por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Joselo es guitarrista de la agrupación Café Tacvba desde 1989 con la cual ha grabado unos diez discos y compuesto varios hits como “María”, “Rarotonga”, “Esa noche”, El baile y el salón”, “Cero y uno”, “Aprovéchate”, así como dos discos solitas Oso (2002) y Lejos (2006). También ha escrito reseñas y artículos para revistas como Gatopardo y Día Siete, según se lee en la página www.textosmutantes.com proyecto donde publica sus escritos y cuentos que no caben en su columna de Excélsior. A continuación se presenta un fragmento del relato “Escuela de rock”: “P-i-n-c-h-e-l-a-m-b-i-s-c-ó-n le decía Ozzy a McCartney sin emitir ningún sonido, moviendo los labios exageradamente. Macca estaba en el escritorio, donde la maestra lo había puesto antes de salir a atender un pendiente en la dirección de la escuela. Siempre que lo hacía, le pedía al jefe de grupo (obviamente McCartney) que vigilara que todos los alumnos estuvieran quietecitos. Ozzy estaba hasta allá atrás con los pendencieros del salón, puro pinche vago: Nikki Sixx y Keith. Los tres usaban sus pupitres de una manera muy extraña, se sentaban de una forma imposible, con la nalga al borde del asiento y la espalda recargada en el respaldo como si estuvieran acostados en una silla de playa. Muy distinto a otros alumnos, como por ejemplo David Byrne, que estaba derechito, derechito, en su asiento, como si la banca fuera un aparato de tortura en el que encontrara placer sentándose de esa manera. “Los geeks de hasta adelante, Mark Mothersbaugh y Costello, encorvaban la espalda cubriendo su cuaderno como si no quisieran que les copiaran la tarea. Sus lentes de pasta se les resbalaban de la nariz, tanto que tenían ganas de ponerse un elástico que se los amarrara a la cabeza, pero hasta ellos sentían que eso sería demasiado nerd. “Entre aplausos de sus compañeros malandrines, Ozzy se levantó de su silla para hacer su pase magistral, ese que todos en el salón ya sabían que iba a hacer apenas la maestra dejara el salón. Se ponía en medio de dos filas con las manos a la altura de las cabezas de sus compañeros y, en una carrera rápida, zapeaba a todos los que se encontraban en su camino. A la mitad de la fila parecía que había dos sillas vacías, pero aun así sus manos sentían algo extraño cuando cruzaba la cabeza de Lennon, que se reía con una risa fantasmagórica, pues Ozzy le caía rebién; y la de Kurt Cobain, que con la cara desfigurada por el balazo que se autoinflingió, no se sabía si reía o lloraba, o las dos cosas a la vez. –“Por favor, John Michael Osbourne, deja de estar haciendo tus payasadas, compórtate. –“Por favor, John Michael Osbourne, compórtate –imitó Ozzy a McCartney, con la voz más amariconada posible…”.

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