Resaltan aportación de 'Un ingenioso hidalgo en América”, de Bakalov y Máynez

viernes, 7 de octubre de 2016 · 18:11
ALCALÁ DE HENARES (apro).- La gran aportación de la obra “Un ingenioso hidalgo en América”, de Luis Bakalov y Samuel Máynez, presentada en 2005 en el Festival Internacional Cervantino, es “la amalgama de la imaginación” para “deslocalizar al Quijote, llevarlo a América y adaptarlo a los referentes culturales de ese continente; es una relectura del Quijote según esos referentes”. Es la conclusión de Jesús Ferrer Cayón, doctor en historiador, músico y crítico quien presentó este viernes 7 una ponencia sobre la obra de Bakalov y Máynez presentada en el marco del congreso internacional “La recepción de Cervantes en los siglos XX y XXI. Mitos y leyendas”, como parte de los actos por el 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes, organizado en el rectorado de la Universidad de Alcalá. “Creo que esta obra amalgama toda esa imaginación de manera muy acertada, primero con la deslocalización del personaje de Cervantes, con guiños evidentes a una de las aportaciones culturales de la América contemporánea, como es el realismo mágico de Gabriel García Márquez”. Y esto lo pudieron lograr Bacalov, como compositor, y Máynez como libretista, por su origen, el primero ítalo-argentino reconocido mundialmente por su banda sonora de la película “Il Postino”, y el segundo mexicano (músico y periodista colaborador de Proceso), y a partir de ahí trató de seguir la pista de la obra. Ferrer sostiene que “deslocalización” del Quijote parte del hecho de que Miguel de Cervantes no consiguió viajar a América, como era su deseo. Recordó que Cervantes envió cartas al rey, en 1580 y en 1592, en las que solicitaba ir a América para ocupar alguna de las vacantes de los funcionarios que habían dejado América, pero nunca le fue concedido el permiso. “Y como él arrastró esa frustración, por tanto Bacalov y Máynez decidieron que los personajes de la obra, inspirados evidentemente en el Quijote, viajaran en algunas ocasiones a América”. Esto lleva a otra clave de la obra, que es un “desarrollo tremendo de imaginación” que, sin ese elemento, no se podría concebir esta obra, “porque evidentemente el Quijote no se desarrolló en América”. El especialista, autor del libro “Instrumentalización política de la cultura en el franquismo”, considera en su estudio sobre la obra de Bacalov y Máynez que la “clave utópica” es otra de las piezas fundamentales, porque el entorno geográfico y la naturaleza de América estimulan más esa creación “Esto también me lleva a lo que considero la clave que es el guiño a la cultura latinoamericana contemporánea, que es el realismo mágico, que queda reflejado al final de esta cantata, que se titula ‘El arrepentimiento del patriarca’, que si bien es un personaje que Bacalov y Máynez determinan que esté al final, pero yo lo interpreto como un guiño al ‘Otoño del patriarca’ (de García Márquez, 1975), una obra en la que el escritor colombiano acabó de confirmar el realismo mágico”. Esto es una “crítica política”, una crítica al patriarca, un dictador mayor que está muriendo, decrépito, y que representa también una crítica a los regímenes dictatoriales que padeció América en los años ochenta”, explica Ferrer. Este personaje y esa crítica, añade, es una parte que lo liga al personaje del Quijote, que si bien era considerado un loco en términos de la religión católica, es más bien un defensor de la libertad. “Es importante esta amalgama en la cantata, porque Cervantes tuvo una forma de ver el catolicismo más propio del norte de Europa, más que del sur”, dice. “Esto muestra que pese a la crítica y la oposición al imperio español, por la imposición de la religión católica y el expolio de su riqueza, en términos culturales hubo una aceptación que fusionó la cultura hispanoamericana”. Ferrer también destacó el papel de Samuel Máynez, quien aparte de libretista de la obra aparece en escena tocando el violín, pero lo hace como un personaje más que enriquece la obra musical de esta cantata.

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