Trilogía terrorífica de Julio César Estrada rescata guión de Taboada

viernes, 16 de diciembre de 2016 · 11:41
Jirón de niebla, tercera película con argumento del “cineasta de culto” en las películas nacionales de horror, Carlos Enrique Taboada (1929-1997), se estrena gracias al director y productor Julio César Estrada (Ciudad de México, 1973), quien cierra así su trilogía comenzada en 2007. El género de terror ha recuperado adeptos en nuestro país, dice Estrada, al tiempo que anuncia una historia fílmica en torno al músico rupestre Rockdrigo González, fallecido en los sismos de 1985. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Atraído por el género de terror, Julio César Estrada, productor, guionista y director de la pantalla grande, se aventuró a filmar historias de Carlos Enrique Taboada (considerado uno de los representantes del cine de horror nacional) “a pesar de las críticas”, por lo que rescató del olvido esos relatos, según cuenta a Proceso. Participó como productor en Hasta el viento tiene miedo (2007), la dirigió Gustavo Moheno, y Taboada la filmó hacia 1968. Después fue productor, le hizo tratamientos al guión y dirigió El libro de piedra (2009), que el otro cineasta rodó en 1969. Con Jirón de niebla (2015), filme de Taboada que al parecer se perdió la mayor parte, igual es el productor, trabajó el guión muchos años y también estuvo al frente del rodaje, y dicho proyecto –con José Ángel Bichir, Joaquín Cosío, Alejandro Felipe, Verónica Merchant, Arcelia Ramírez, María Rojo y Gerardo Taracena– se encuentra en la cartelera cinematográfica. La cinta muestra a Daniel, quien luego de presenciar el violento suicidio de su madre, es llevado a vivir con su tía Elizabeth, una mujer ultra conservadora, soltera, de buena posición económica y reglas arbitrarias. El chico crece bajo el yugo de ella y el tormento del recuerdo del suicidio de su madre, hasta que un día Daniel decide poner punto final a su desgracia y en un ataque de ira, el joven asesina a su tía. Después intenta llevar una vida normal, hasta que recibe una carta de su tía Elizabeth diciéndole que va a regresar. ¿Será acaso alguien que fue testigo de su crimen, o el fantasma de la tía en busca de venganza? Estrada, nacido el 20 de abril de 1973 en la Ciudad de México, platica a Proceso que desde el 2006 pensó en la trilogía: “En ese año se compraron los derechos de los tres guiones. Todo empezó con el recuerdo que tenía de esos largometrajes y del deseo de filmar con poco presupuesto, escasos personajes y diminutas locaciones. Es un rescate de estos largometrajes porque realmente nadie los pelaba, en aquel entonces no era como ahora les dicen: ‘Películas de culto de Taboada’. Las valoran justo por filmar los remakes y casi me crucifican por realizarlos.” –¿Lo han criticado por crear estos remakes? –Sí, ¡muy fuerte! La verdad es que a veces es como injusto porque como ya mencioné, estas películas estaban desatendidas. Si nos ponemos estrictos, con rigor cinematográfico, esos filmes en cuestión de producción eran muy pobres; por supuesto que Taboada tenía su narrativa propia, pero hay errores… “Esa pobre producción, aunque ahora sigue siendo difícil conseguir el dinero para filmar, demerita mucho una película y para la época tampoco eran taquilleras. Es dura la crítica; pero bueno, finalmente yo cuento historias y no me importa si ya contaron el chiste mientras yo lo narre diferente, eso es lo significativo.” –¿Qué retos ha enfrentado al filmar un remake? –El libro de piedra fue un homenaje a esa película. Yo me acuerdo que de niño al terminarla de ver, era mucho el miedo y al asomarme atrás de la cortina de mi casa, decía: ‘¡Ahí va a estar el imaginario Hugo!’. Entonces, es un homenaje más que una calca, porque el lenguaje cinematográfico es distinto de finales de los sesenta que al del 2000. En ese filme, Eugenio, un hombre acaudalado y viudo, se va a vivir con su hija Silvia a una gran casa en el campo. La niña con el tiempo comienza a tener un comportamiento extraño y se hace acompañar de un amigo imaginario llamado Hugo, una estatua de piedra de quinientos años en una parte del jardín, y poco a poco se van suscitando hechos extraños. Estrada continúa: “Con Jirón de niebla, primero supe que era un guión inédito; pero dicen que se filmó, por ahí hay un documental que habla de esta cinta aunque al final no vio la luz este proyecto. Además creo que fue grabada en video home, ¡habría que verla! Pero mi película no es un remake, no se puede comparar con nada porque no se ha visto el original de Taboada. Eso es bueno porque es mi cierre de esta trilogía, y qué mejor que finalizar algo muy propio. “Aquí ya no es un homenaje a Taboada, es una versión propia; realmente lo que queda de Taboada es el nombre sobre el argumento y eso creo que lo vuelve un reto.” Agrega que trabajó mucho el texto cinematográfico en talleres, con el español Juan Esteban y con Bertha Navarro, en su proyecto de Laboratorio de Guión: “Bertha Navarro trae a gente de Estados Unidos y Europa. A mí me tocó laborar con Ron Nyswaner, guionista de Philadelphia. Entonces toma otra visión el proyecto, por eso digo que ya no queda mucho de Taboada, sino más bien predomina mi narrativa cinematográfica sobre una película de terror.” El realizador Christian Cueva, al saber que se iba a rodar “un guión inédito” de Taboada, Jirón de niebla (el de Estrada), le llamó la atención; pero “alguien” le dijo que “sí se rodó” por lo que varios meses se dedicó a buscar el largometraje. El año pasado, declaró a César Huerta de El Universal que en las bóvedas de la Filmoteca halló un segmento del largometraje original y contactó a parte del equipo de producción de ese filme e hizo el documental Jirón, de un poco más de una hora de duración. Una cinta perdida A Estrada –quien también dirigió Cañitas, presencia (2006), Sólo un instante (2010), Siempre habrá un héroe (2011), La cueva del diablo (2012) y El lado oscuro de la noche (2012)– se le pregunta cómo supo de Jirón de niebla, y relata que en 2006 cuando fue a platicar con la viuda de Taboada, Rocío Amézquita, ella le mostró una serie de guiones: “Obviamente dijimos: ‘¡Queremos todos!’ Ya sabía de Jirón de niebla; pero Rocío me expresó que no se había filmado, que era un guion inédito y eso me atrajo más. Después resultó que siempre sí la rodó… Rocío se acordó que se había hecho, pero se llevaron el material y se perdió.” Entonces, Estrada se puso a investigar. “Los actores eran Raúl Araiza y Sonia Linar; pero no había ni videos ni fotos, y pensé que hasta cierto punto sí existía cierta razón en decir que no se había hecho. Y después del documental de Cueva, resultó que hay unos rollos, pero aún es imposible juntar, o sea, creo que son 50 minutos de película no sé si esté editada, desconozco esa parte. Creo que va a ser imposible rescatarla.” –En su película Jirón de niebla, ¿qué tanto por ciento quedó del guión de Taboada y de ideas suyas? –Conservo el block que es maravilloso, y si quito el nombre de Taboada mucha gente me dice que se parece a El corazón delator, de Edgar Allan Poe, creo que finalmente Taboada se basó en este cuento. La parte de la niñez y cuando ya es adulto Daniel, los trabajé de otra manera. No sé en porcentaje cuánto; pero creo que me la puedo adjudicar como una historia propia basada en el guión de Taboada. Tanto en realización como en estructura del guión podría decir que es un 80% mío. –Llama la atención que no exagera el género con los efectos especiales, ¿fue su propósito? –El cine de terror está repuntando en México; quizá la gente ya no quiere ver dramas, sordidez, violencia y narcos. A mí me gusta contar una historia sin copiar películas japonesas o estadunidenses donde debe haber un demonio o que vuelan las cosas y se aparezca una cara blanca y ojos blancos. ¡No! Me gusta más esta estructura de jugar con los demonios a través de un personaje real y que la gente lo viva. Es decir, que se adentre en el personaje. “Creo que eso es más interesante que el azotar una puerta y decir: ‘¡buu!’, y hay a quien sí le espanta eso; pero mi narrativa es otra, lo cual no resultó en Cañitas porque el productor insistía en que se viera algo, y al final lo que sale es una momia de Guanajuato de espanto, es fallido en ese sentido.” Del elenco, cuenta: “María Rojo está increíble como la tía. Fíjate que yo quería a Geraldine Chaplin para ese personaje e insistí mucho para que estuviera, incluso ella me llamó y me dijo que quería participar en la cinta, pero no empatamos tiempos porque nosotros nos retrasamos… Un día Óscar Figueroa, el editor, me preguntó: ‘¿Ya viste a María Rojo?’, y me gustó la idea, aunque ella no había trabajado este género cuando leyó el guión me expresó: ‘¡Me encanta, quiero hacerla!’ Platicamos mucho el personaje y se ve muy bien reflejado en la pantalla. “Todos los actores leían el guion y me decían: ‘¡Yo quiero hacerla!’ Cecilia Suárez iba a ser la mamá, el papel que hace Verónica Merchant. Me comentaba: ‘A pesar de que es un papel pequeño, es muy intenso, muy agradable’, luego ya no coincidimos, y ella empezó a filmar otra película; pero todos, Joaquín Cosío, Arcelia Ramírez, etcétera, expresaron que les gustó el texto cinematográfico, el guión ayudó mucho a conformar este gran reparto.” Autoevalúa: “En Jirón de niebla se nota una madurez, es distinto a los anteriores trabajos. En cada uno de los proyectos vas aprendiendo y mejorando. Cada película te deja una retroalimentación de saber por dónde vas a trabajar en el siguiente proyecto.” –¿A qué atribuye que exista un repunte del género de terror en el cine? –La gente vive unos momentos tremendos de violencia en todos los estados, no sólo de asaltos o los narcos, también está preocupada por su situación económica, en fin. Esos filmes que abordan esos temas son premiados en festivales internacionales, pero las personas dicen: ‘Pues ganaron galardones y fueron alabados, pero prefiero reírme y que mis hijos se rían a ver algo sórdido, algo fuerte, que al encender el televisor también lo veo. “Es interesante que ahora haya más proyectos del género de terror. No puedo decir que hay películas buenas o malas sino que todas son diferentes porque a veces uno no conoce las situaciones que viven en la producción. El cine mexicano es complejo, enfrentas muchos problemas, pero hay que verlo.” –Las series sobre narcos son muy vistas y tienen éxito… –Sí, pero ahí es el morbo el que acerca al público. Vienen muchas series de personajes, nada más nos faltaría la serie de Paty Chapoy ¿no? De Taboada –quien inició su carrera en 1950 como argumentista– fue director de programas en la naciente televisión mexicana y a lo largo de su carrera participó en 54 películas como guionista o productor, y de ellas en 17 como director: “Me voy a ver muy burdo; pero si se comparan las creaciones de terror de los años ochenta con Hasta el viento tiene miedo o El libro de piedra de final de los sesenta, son mucho mejor las de Taboada. Creo que hay otros directores que crearon filmes de terror pero hicieron uno y ya. Tal vez haya que rescatar esas historias, Taboada creó thrillers de terror. Ya estaba olvidado, pero qué bueno que ya muchos lo empiezan a recordar otra vez.” El siguiente proyecto de Estrada es una comedia. “Quiero desempolvarme un poquito del terror, además, preparo también una cinta sobre la vida del músico rupestre Rodrigo Eduardo González Guzmán, conocido con el sobrenombre de Rockdrigo, y después volveré al terror”, finaliza.

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