Las marionetas del canadiense Ronnie Burkett cumplen 30 años

domingo, 18 de diciembre de 2016 · 12:51
OTTAWA, Canadá, (apro).- The Great Canadian Theatre Company que se encuentra en la capital canadiense abarrota cada noche el inmueble con el espectáculo The Daisy Theatre, creado y actuado por Ronnie Burkett. Burkett trabaja con títeres desde los 14 años y se han vuelto ya uno mismo. Su compañía de teatro de marionetas celebra su 30 aniversario en esta temporada. La escena de esta obra está compuesta por dos manos humanas y unas tantas más de cerámica. The Daisy Theatre es un show para adultos de stand-up comedy, mezclado con una técnica guiñol impactante. El escenario es una plataforma de madera escondida tras una tela de colores con el nombre del espectáculo. Las más de 40 marionetas realistas se encuentran colgadas en las orillas, rogando ser elegidas esa tarde. La improvisación es parte fundamental de la obra. El actor introduce a los asistentes contando que no existe un libreto fijo, por lo que, tanto la duración como el desarrollo, serán definidos por su ánimo y consecuencia de las decisiones que vayan tomando. Los títeres tienen la cualidad de poder decir lo que las personas temen. Burkett ataca con particular humor a todos por igual. Sus chistes son políticamente incorrectos, pero están tan bien diseñados y acomodados que no hay forma de ofenderse. Cada persona en las butacas pasa por ser víctima y victimario de las crueles bromas, y así se crea un espacio donde “va a olvidar sus problemas por un rato”. Entre el elenco se encuentra una gran variedad de personajes de todos los estilos: Jesucristo (que pide no más regalos en su cumpleaños), la actriz más mala y vieja de Canadá (que trata de seducir a un espectador jurando que es el Romeo de Julieta), un pequeño que quiere convertirse en hada y una anciana que sólo cruza el escenario con su andadera. Las carcajadas del público no paran. El manipulador trabaja con una agilidad admirable. Es capaz de dar una personalidad particular a cada una de sus marionetas por medio de movimientos precisos y cambios radicales de voz. Cuesta pensar que puede haber tantas posibilidades dentro de un solo cuerpo. La compañía está formada por John Alcorn, a cargo de la música y del diseño sonoro; Crystal Salverda, la regidora de escena; y Burkett, la cara del espectáculo. Sin duda el teatro de títeres para adultos en México, como el que Pablo Cueto celebra en su teatro coyoacanense --en la calle Francisco Sosa--, debería estar igual de repleto. Y por supuesto, también, ojalá que Burkett y sus apegados títeres se animen y lleguen un día a México, hoy tan necesitado de risas.

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