Novela de "El rey mono" en el plantón de los 43

miércoles, 2 de marzo de 2016 · 12:31
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- A través de los ojos de un niño de la calle apodado El Topito, en recorrido imaginario por Paseo de la Reforma en la Ciudad de México, el exiliado político mexicano Benjamín Santamaría Ochoa narra en su reciente novela El color de la calle cómo los pueblos del continente han sido masacrados desde la conquista europea del siglo XVI, hasta las alianzas oscuras de gobiernos latinoamericanos con la CIA y el capitalismo salvaje. Radicado en Toronto, Canadá, a partir de amenazas de muerte por Maximiliano Silerio Esparza, gobernador de Durango entre 1992 y 1998, Santamaría Ochoa (Ciudad de México, 6 de agosto 1955), presentará el libro este miércoles 2 de marzo en el plantón de apoyo a padres de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, frente a la PGR (Procuraduría General de la República), “cerca del Monumento a la Madre, al aire libre”, a las 19 horas. “Ayotzinapa es ni más ni menos la gota que derrama la cruel verdad donde se concretiza toda esta ideología de masacre y exterminio llamada colonialismo, primero agarrando forma en el nazismo, ultraderecha, capitalismo rapaz y demás. El crisol más perverso y abominable del sistema represor se llama Ayotzinapa”, dice Santamaría, apodado a su vez El rey mono. Y añade: “Anteriormente hice una presentación en la escuela Isidro Burgos de Ayotzinapa, con apoyos del comité estudiantil y de las familias de los 43 jóvenes, lo cual marca un hito muy importante pues El color de la calle se relaciona con las causas y los orígenes de esta violencia desatada por el capitalismo en contra de las clases más desfavorecidas. “La segunda parte de mi novela podrá inquietar más a los lectores, porque muestra una serie de evidencias de los crímenes que ha cometido el gobierno de los Estados Unidos en contra de los pueblos de nuestro continente desde 1847, cuando invadieron México. Lo más importante serían las propuestas de esperanza y resistencia de nuestros pueblos en la tercera parte, para enfrentar esta violencia que, insisto: deliberadamente ha sido organizada por el gobierno de los Estados Unidos protegiendo su gran negocio del narcotráfico, entre otros, conforme incluso lo ha declarado el doctor Alberto Montoya Martín del Campo, una eminencia de la Universidad Iberoamericana (UIA).” Otra presentación del libro será el siguiente miércoles, 9 de marzo, en el auditorio de las oficinas del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE), Belisario Domínguez 32, también a las siete de la noche. “La PGR y el SNTE son sitios emblemáticos, allí acudirán personas del Frente Amplio Social Unitario (FASU) y muchos grupos solidarios cuya lucha es por un México mejor, para decirlo de manera sencilla pero real.” –Por qué el título El color de la calle? –El Topito posee la extraña capacidad de recordar la verdadera historia de nuestros pueblos en el continente, desde Canadá a Tierra de Fuego. Su mirada revela una verdad aterradora para los mexicanos, aunque muchos finjan demencia: que México fue invadido en 1956 por el gobierno de los Estados Unidos cuando establecieron aquí la Estación México City de la CIA. “El expresidente Gustavo Díaz Ordaz se convertiría en el primer agente de la CIA al servicio de EU. Es una penetración al priismo que continúa con Enrique Peña Nieto, la anuencia de los partidos políticos y las televisoras comerciales, comparsa principal del sistema político y judicial mexicano.” El protagonista de El color de la calle existió, aclara: “Era un niño de ocho años de Oaxaca, que yo conocí hace más de 20 en la colonia Roma Sur durante un programa para niños de la calle que impartí en la Delegación Cuauhtémoc. Les daba talleres de teatro en una vecindad, por 1992. Después, el delegado priista les echó a los granaderos, fuimos desalojados con lujo de violencia por la policía y ese fue el final del proyecto; pero yo seguí teniendo amistad con esa chaviza. Las ilustraciones de mi novela donde El Topito es torturado por la policía, en acuarela, son mías, una por cada capítulo. Suman 43 para las 250 páginas de El color de la calle.” Su mote de El Rey Mono surgió durante las lecturas de la leyenda china homónima en aquellos talleres: “como El Rey Mono aboga por los monitos más chicos, indefensos, los chavos me obsequiaron el apodo: ‘Tú también nos has defendido, entonces tú serás El Rey Mono nuestro’, y se me quedó”. Primer ombudsman de la niñez mexicana, el también autor de No se olvida México ’68 (Plaza & Janés), y Ponle color a tus derechos (Trillas) concluye: “Mi intención es revelar todas las crueldades y engaños que nos trajeron los europeos y que la CIA ha impuesto en América Latina. El Topito ve cómo le clava Hernán Cortés una espada a Cuauhtémoc entre las piernas, tras quemarle los pies… Pero es una novela social y familiar, no para intelectuales, pues como decía mi santa abuela, es para el sufrido pueblo. Puede leerla un estudiante de segundo de secundaria y aquel quien desee conocer la auténtica historia de América Latina, no esa borrada en los libros de texto oficiales y oculta por las mentiras de las televisoras comerciales, al servicio de los nefastos intereses capitalistas del Fondo Monetario Internacional.”

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