Corto chihuahuense 'El árbol de los números” es aceptado en festival de Beijing
Chihuahua. Chih. (apro).- El cortometraje El árbol de los números, realizado en el poblado de Cusihuiriachi por el equipo Secuencia Fi, fue aceptado en la tercera edición del Festival de Cine de Mujeres de Beijing.
Para la directora del cortometraje, Isis Kiwen, es trascendente para ellos porque China es un mercado difícil de satisfacer por cultura tan diferente al mundo americano. De mil 254 películas que recibió el comité organizador del festival asiático de 98 países, seleccionaron cien que están en espera de conocer a las premiadas.
Es un festival que busca producciones de películas cuya temática sea las mujeres y promueve a las mujeres cineastas que están en la competencia internacional de ficción, documentales y cortometrajes.
La directora y guionista de El árbol de los números, explica que el trabajo que lograron tiene una carga psicológica y emocional, producto de unos 30 años de su vida, porque su inspiración fue la vida de su madre.
“Para mí es interesante ver cómo aceptan el corto. Crecí viendo a mi madre que a su vez creció en una familia muy difícil. Ella estudió hasta primaria, fue completamente abandonada por sus padres, andaba descalza… de alguna manera se encontró gente que le ayudó a salir adelante. Yo no entendía cómo una mujer que sufrió todo esto, pudiera ver películas que no cualquiera podía ver. Creciendo con ella me di cuenta que ella resolvía viendo películas, precisamente es lo que yo crecí viendo, el corto es un trabajo de aproximadamente 30 años de mi vida”, recuerda Isis Kiwen.
La guionista escudriñó hasta encontrar la manera de decirle “a alguien”, que toda la violencia, en general, está mal.
En los diferentes espacios que ha sido proyectado El árbol de los números, ha generado discusión sobre la violencia.
Por ejemplo, refiere Kiwen, la Asociación Americana de Psicología les dio comentarios favorables sobre el tratamiento de la violencia, “son detalles porque no es un corto comercial que se vaya a exponer en una plataforma grande, pero es la satisfacción que da el tema que trabajamos aquí a nivel social, se puede discutir con intelectuales y se visualizan otras maneras de proponer temas contra la violencia en general”.
“La asociación de psicología nos dijo que es el más favorable de este año porque aporta algo positivo sobre violencia sin violencia, sin morbo, hace entender al espectador que hay agresión sin que se vea algo físico. Los niños se imaginan de más, porque está hecho para eso. Cada vez que se vea el corto, verán algo distinto”.
Los niños que lo han visto, lo entienden de inmediato, explica la directora de la obra cinematográfica. “Nos han invitado para exhibirlo en escuelas, igual que El dibujar del idioma, ha sido interesante porque es de una época que ese público de niños no ha visto, sobre todo en escuelas de paga, no han visto la pobreza ni a niños jugar entre las piedras. Cuando colocamos El árbol de los números, luego se levanta la discusión como pequeños intelectuales discutiendo sobre violencia”.
Isis Kiwen explicó que es interesante ver a los niños que se asustan en el momento que se deben asustar, “sé que lo estoy haciendo con intención y yo lo puedo ver. Soy afortunada porque no cualquier cineasta puede ver la reacción de los espectadores”.
Compartió que la Navidad pasada su mamá vio el cortometraje inspirado en ella. “No creí que ella fuera a reaccionar en la manera que reaccionó, pensé que no lo iba a entender. Coloqué el corto y la animó mucho. Estábamos en el Estado de México, donde ella creció. En los momentos que sabía que iba a llorar, lloró, esa fue la mejor satisfacción. No encontraba la manera de decir a mi mamá ‘yo te entiendo’, a partir de ahí cambió su manera de dirigirse a mí. Es una mujer que como no tuvo padres no es afectiva, expresiva, ahora sí se involucra más en mi carrera, en mi vida, me dice ‘te quiero mucho’. Estoy contenta, mi vida cambió mucho con este cortometraje”.
Sobre el cortometraje, Isis Kiwen dijo que lo que “atora” a ese tipo de trabajos en el país, es la distribución, porque hay producción e interés en realizarlos, pero se caen en la etapa de distribución, aunque recientemente se han creado plataformas en las que puede ser más fácil colocarlos.
El festival será del 21 al 29 de mayo y el pasado 6 de febrero, Isis Kiwen recibió la noticia de Juan Jiang, director del comité organizador del Festival de Mujeres de China, quien le informó que su cortometraje fue aceptado por el festival que organiza la universidad de Beijing, la número uno en comunicación, cine y televisión.
El propósito del festival es contribuir a la cultura y la diversidad cinematográfica en las producciones de mujeres y lo dedican a la exploración de creaciones de mujeres cineastas.
El árbol de los números (The tree of numbers) es protagonizado por habitantes de Cusihuiriachi, un pueblo minero del estado de Chihuahua que casi se convirtió en un pueblo fantasma y fue producido por Jairo Sifuentes.
En quince minutos, el equipo de Secuencia Fi logra llevar al espectador al mundo onírico de la niña protagonista, Vera (Jocelyn Olague), a través de técnicas de segunda y tercera dimensión.
La historia gira alrededor de Vera, una niña estudiante de primaria que vive en Cusihuiriachi y asiste a la única primaria del pueblo. En clases opta por recrear sus sueños en búsqueda de su madre muerta, lo que le genera problemas con el maestro y con su padre por la falta de atención en clases.
El profesor (David Pérez), la reprende constantemente y la castiga con orejas de burro, situación que le genera la burla de los niños de su salón.
La niña vive sólo con su padre (Miguel Serna), quien también la regaña por las quejas del maestro cuando la encuentra dibujando en lugar de estudiar.
Es una fusión de dos historias a través de imágenes reales y de ficción, se desprende el viaje de Ada y Ramón, dos personajes imaginarios que durante una noche son perseguidos y atrapados por una bruja, a quien atacan y vencen.
La historia real cuenta un episodio de la vida de Vera con el maestro cuando es reprendida, luego el papá también la regaña por no poner atención a la escuela. Sus compañeros se burlan cuando le colocan las orejas de burro, ella sale corriendo del salón para montar un asno. El lenguaje de Vera es en todo momento gráfico, no verbal.
Vera encuentra a su mamá a través de su imaginación, en un árbol grabado con números, donde el papá encuentra a Vera después de buscarla con la gente del pueblo.
El año pasado, este cortometraje fue seleccionado para participar en el Short Film Corner del Festival de Cannes en Francia.