CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El próximo domingo 12 de junio llegará a su fin la exposición El futuro me pertenece: Nikola Tesla, que para rendir homenaje al científico, ingeniero, físico e inventor de origen serbio con motivo del 160 aniversario de su natalicio, presenta desde marzo pasado el Centro Nacional de las Artes (Cenart).
Luego de haber sido vista por 200 mil visitantes (en otra versión), en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid, España, la muestra repitió su éxito en el Parque Fundidora en Monterrey, Nuevo León, y posteriormente llega a la capital del país en donde hasta hace unos días la habían visitado más de 60 mil personas.
Hay en la propuesta (dividida en siete apartados que ocupan diversas salas del Cenart, entre ellos el Centro Multimedia), una especie de acto de justicia para el inventor, al cual tanto el italiano Guglielmo Marconi --quien pretendió robarle la autoría de la invención de la radio-- como el estadunidense Thomas Alva Edison --que le negó méritos y obstruyó sus avances en el estudio de la corriente alterna--, le arrebataron sus inventos.
Marconi utilizó 17 patentes de Tesla para crear la radio y la patentó en noviembre de 1900, sólo que el serbio había registrado en 1897 el primer radiotransmisor de energía electromagnética sin cables. Se cuenta en la muestra que hubo un litigio en la Corte Suprema de Estados Unidos, que concluyó en 1943 a favor de Tesla. Sin embargo, Marconi obtuvo en 1909 el Premio Nobel tanto por la radio como por la telegrafía. En la muestra se lee un testimonio del inventor italiano:
“El signore Tesla me acusó de haberle usurpado sus patentes… ¡Falacias! La verdad es que mientras él perdía el tiempo en Dios sabe qué, yo conseguí la primera transmisión de radio inalámbrica a través del Atlántico, toda una hazaña. Simplemente fui más práctico y sensato que él, nadie puede culparme por ello. La Academia Sueca reconoció mis méritos… ¿Qué importa que el Tribunal Supremo de EE.UU. diera finalmente la razón a Tesla? El Nobel es el Nobel.”
También hay un testimonio de Edison, a cuyo taller Tesla llegó a colaborar con una carta de recomendación, hasta que despertó sus celos, pues el inventor estadunidense “sentía que los avanzados conceptos de Tesla representaban una amenaza económica para la industria”, señaló Elena Navarro, directora de Canopia, al presentar la muestra en Monterrey. Estas fueron las palabras de Edison:
“¿Tesla? Sí… Tuve un aprendiz con ese nombre hace mucho tiempo. Un europeo estirado, sin pizca de gracia. No me extraña que muriese olvidado: el pobre diablo era un desastre, incapaz de llevar sus negocios. ¿La corriente alterna? Un tema claramente sobredimensionado en mi opinión. Pregunte a cualquiera quién inventó la bombilla, todo el mundo lo sabe: ¡Edison! Pregunte qué inventó el tal Tesla. ¡Le apuesto 50 de los grandes a que nadie le da una respuesta!”
Visionario
Quizá el título de la exhibición evoque el poco crédito que Tesla recibió en su tiempo y la reivindicación que ahora se hace al genio que llegó a patentar 700 inventos. Fue tomado de una frase pronunciada por el propio científico, quien murió en 1943 completamente arruinado y solo en su habitación del Hotel New Yorker, en Nueva York, donde vivió la última década de su vida:
“El presente es de ustedes, pero el futuro por el que tanto he trabajado me pertenece.”
Ahora, según información de la Secretaría de Cultura del gobierno federal, se le reconoce “como el verdadero fundador de la tecnología moderna y padre de la civilización eléctrica”.
Dice también la instancia que participa en la organización de la muestra:
“Los documentos y planos encontrados en la habitación del New Yorker donde Nikola Tesla falleció fueron confiscados por el gobierno estadunidense por temor a que sus teorías e inventos fuera utilizados con fines militares, sería hasta años después que parte de ese archivo se liberaría y a partir de ahí pudieron utilizarse para estudiar y conocer mejor la figura del inventor y así el mundo supiera la importancia que tuvo este genio en los avances de los siglos XX y XXI.”
La exposición incluye multimedia, fotografías, documentos, así como reproducciones de los inventos principales de Tesla con base en sus planos y documentos, además de instalaciones. Hay además una seria de textos que recogen el pensamiento del inventor, quien avizoró:
“Tengo confianza en que el futuro cercano será testigo de logros revolucionarios en la producción, transformación y transmisión de energía, en el transporte y la iluminación, en la fabricación de componentes químicos, en la telegrafía y la telefonía y en otras artes e industrias.”
Recientemente se publicó en Planeta el libro Tesla y la conspiración de la luz, del escritor español Miguel Ángel Delgado, del cual da cuenta el reportero Luciano Campos Garza en la agencia Apro(http://www.proceso.com.mx/408799/nikola-tesla-el-genio-al-que-le-robaron-la-luz).
Anagrama dio a conocer a su vez, en su colección Panorama de Narrativas, el libro Relámpagos, del autor francés Jean Echenoz, reseñado por el crítico literario Jorge Munguía Espitia, en la revista Proceso, http://www.proceso.com.mx/333944/nicola-tesla-2, que relata cómo inventó la lámpara incandescente atribuida a Edison, el radar y muchos otros descubrimientos “que le fueron robados.”
El futuro me pertenece: Nikola Tesla podrá verse en las Galerías Central, Alternativo y Arte Binario del Cenart, ubicado en Río Churubusco 79, esquina Calzada de Tlalpan, colonia Country Club, de martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas. La entrada es libre.