Teatro: 'Lo que pasa es que el perro mordió”

miércoles, 1 de junio de 2016 · 12:46
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La obra Lo que pasa es que el perro mordió, que está presentándose en el foro Un Teatro Alternativa Escénica en la colonia Condesa, propone una fuerte analogía entre la domesticación de los perros y la de la conducta de los seres humanos por la cultura dominante. Esta propuesta escénica expone un selectivo catálogo de códigos para conseguir domesticar a aquellas mascotas. Los actores Valentina Martínez, Alicia Ochoa y Ramón Valera muestran los códigos uno por uno como si fueran pasos de baile. Destacan, por ejemplo, el movimiento libre del brazo del amo al lanzarle a su mascota una pelota para que vaya a buscarla, y el movimiento corto del dedo índice apuntando hacia abajo al indicarle al perro estar quieto. Este último incluye una variante que consiste en girar el mismo dedo índice cuando el dueño ordena al cuadrúpedo que ruede. Incluso, presentan una coreografía con esos códigos que resulta un baile jamás antes visto, basado en movimientos extraídos del contexto de las mascotas caninas. Y agregan una sensualidad característica de estos animales domésticos. Así, la propuesta plantea que estos códigos del catálogo de condicionamiento son esencialmente corporales, es decir, transmitidos por medio del cuerpo. Su uso permite establecer una clara relación jerárquica entre el amo y el can, donde aquel juega el rol de la autoridad y éste, por su condición de animal, no tiene de otra más que jugar el papel del oprimido. Desde tal idea de poder y control, la obra propone que la cultura dominante domestica los cuerpos de los individuos: La cultura es la que indica los tipos de comportamiento utilizando códigos de control sin libertad individual o códigos de libertad aparente, como lo hace el amo con su mascota. El grupo Colectivo Charalito, en esta ocasión dirigido por Edson Martínez, desarrolla desde enero del año corriente en Un Teatro Alternativa Escénica una residencia artística de producciones teatrales, entre las que se encuentra este trabajo escénico sobre la domesticación en varias dimensiones humanas. Curiosamente ese foro está ubicado frente al Parque España de la calle de Nuevo León (delegación Cuauhtémoc), donde es muy común tener perro como mascota. El contexto del parque permitió al director y al elenco realizar un trabajo de campo como etapa de la residencia artística, para poder elaborar el catálogo de códigos de domesticación que es interpretado dancísticamente. El recurso de la danza aplicado al teatro es la mayor aportación de esta propuesta que concluye su dramaturgia con un antivalor: No a la idea de comunidad. Se torna grinch (gruñón) dado que la libertad individual es inexistente, una fantasía, una ficción. Estará todo el mes de junio y julio los miércoles a las 20:30 horas.

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