Honrar a Villa con la barbarie

martes, 12 de julio de 2016 · 20:23
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Para erigir una gigantesca estatua en honor a Francisco Villa en la plaza Juárez de la ciudad de Hidalgo del Parral, Chihuahua, el gobierno municipal demolió una casona histórica cuyos antecedentes se remontan al siglo XVIII, denunció el miércoles 6 el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). El instituto convocó a una conferencia de prensa para informar sobre el suceso, que en realidad ocurrió en la madrugada del sábado 30 de abril de este año. Diríase un modus operandi que ha ocurrido en varias ocasiones, en distintas ciudades, para demoler edificios sin autorizaciones de los institutos nacionales de Bellas Artes o del INAH. La conferencia se canceló y finalmente, a través de un comunicado, el INAH informó que el inmueble fue propiedad de la familia Arras y se encontraba en el perímetro “A” de la protección de Zona de Monumentos Históricos de la ciudad de Hidalgo del Parral, descrita en el decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación del 12 de marzo de 2001. Y describe: “La casa histórica, realizada en mampostería de adobe y que fue demolida con maquinaria pesada, tenía orígenes en el siglo XVIII y contaba con características tipológicas relevantes de la arquitectura habitacional del siglo XIX, conservaba gran parte de su sistema constructivo original y formaba parte del conjunto urbano de la plaza Juárez, lo que le otorgaba características de autenticidad e integridad.” También incica que la manzana donde se encontraba el inmueble derribado perteneció al conjunto de una de las antiguas haciendas de beneficio que conformaron el centro histórico. Destaca además que Parral conserva la fisonomía de una ciudad minera y la demolición “daña y modifica los valores patrimoniales del casco histórico”. Ampliar la plaza Juárez como se pretende altera la configuración de la traza histórica, y colocarle además una escultura monumental ecuestre de 37 metros de altura en el centro, “afecta negativamente los valores de la fisonomía histórica…”, señala el INAH. Asegura que por ello no autorizó la colocación de esa estatua y ha suspendido “de manera precautoria” las obras. El antropólogo Jorge Carrera informó a los medios en mayo pasado que se interpuso una denuncia contra quien resulte responsable por el delito de daños al patrimonio histórico de la nación. Frente a la casona demolida fue asesinado el general Villa el 20 de julio de 1923 (fecha en la cual se pretende inaugurar la estatua ecuestre). Y a las autoridades locales se les ocurre que en lugar de preservar el entorno --para que los visitantes conserven la memoria del hecho-- sea demolido para instalar una desproporcionada figura. Cabe recordar que no es el primer acto de barbarie en esta ciudad. En abril de 2012, arquitectos del INAH denunciaron también que como resultado de una “malentendida y trasnochada modernidad”, el gobierno del priista César Duarte y del entonces alcalde César Dajlala demolieron un conjunto de siete edificios dentro de la zona de monumentos, frente al palacio de Alvarado, para crear una explanada. Los arquitectos advirtieron entonces la necesidad de brindar especial protección y vigilancia para que los monumentos sobrevivientes no sufrieran alteraciones o degradaciones, y recordaron que Parral forma parte de la Ruta del Camino Real de Tierra Adentro, declarada como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Ahora se da este nuevo caso. En los medios se reporta como una “polémica” o “enfrentamiento” entre las autoridades de Chihuahua y el INAH, la negativa de éste a conceder la licencia para colocar la escultura. En el tiempo.com.mx hasta se informó: “Le niegan a Villa la entrada a Parral; prohíbe INAH mega estatua”. Y no se trata de negarle a Villa un reconocimiento en Parral. Pero vale recordar la posición de investigadores del INAH cuando en 1978 se decidió llevar a cabo el Proyecto Templo Mayor, a costa de la demolición de edificios históricos en el centro de la Ciudad de México: “Para encontrar viejas ruinas no tiene sentido hacer nuevas ruinas.” Se podría decir también que para rendirle homenaje a Villa no tiene sentido destruir los lugares que testimoniaron y guardan la memoria de su artero asesinato.

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