'El viaje interminable”

miércoles, 20 de julio de 2016 · 17:39
CIUDAD DE MEXICO (apro).- Así como el joven Emilio Sinclair de la novela Demian, del escritor alemán Hermman Hesse, se aparta del “mundo de la luz” para buscarse a sí mismo, la obra El viaje interminable, del dramaturgo y director de escena David Olguín, aborda el brío de Natalia, hija de Indra (dios antiguo de la mitología hindú) para hallar su propio ser al marcharse de la casa inmaculada de su padre. Realizada en la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT) del INBA, institución educativa que está cumpliendo 70 años de trabajo de formación de actores, escenógrafos y directores de escena, la representación narra la caída de Natalia desde las alturas celestiales a las que pertenece hasta encontrarse entre los hombres y las mujeres que viven en la actual Ciudad de México. Como factor crucial del relato, la presencia de Natalia en ese contexto no puede ser percibida por los ciudadanos en cuestión porque ella es una figura irreal, sólo Natalia es consciente de sus encuentros con ellos, y resuelve la disyuntiva existencial entre permanecer como hija de Indra o convertirse en persona, basada en el parámetro de humanidad que la ciudad más grande del mundo le ofrece. La obra, interpretada por los graduados de la ENAT que conforman un numeroso grupo de 14 nuevos actores para el país, tiene una textura de teatro escolar caracterizada, principalmente, por la representación teatral verosímil que no es falsa, misma que el director David Olguín plantea articulando 14 identidades reales de alumnos con personajes ficticios de la historia de transformación de Natalia. De esa manera, el público disfruta de las polifacéticas presencias escénicas que tiene cada uno de los 14 graduados como una gama individual de posibilidades de actuación en una sola obra. Asimismo, la representación desafía a los nuevos actores al tener que sostener una dramaturgia de casi tres horas de duración como si se tratase de un rito de paso: al pasar por esta prueba escénica el alumno en actuación se convierte en actor. Ello contribuye también a la singularidad del teatro escolar en la que el público es testigo de ese crecimiento. La ENAT fue fundada como institución académica de arte teatral en 1946. Su espíritu fundacional se atribuye al colectivo de los Contemporáneos, poetas de aquella época de mitad del siglo XX interesados en el teatro, tales como Xavier Villaurrutia y Salvador Novo, quienes junto a la actriz Clementina Otero sistematizaron la formación de actores. Antes de 1946, en México no había precedentes de un sistema escolarizado de dicha disciplina escénica, por lo que la ENAT es la primera escuela en actuación en el país. En 1949 los estudios profesionales en escenografía son incorporados a dicha escuela. Los graduados en el año corriente son en orden de reparto: Natalia Solián, Shade Ríos, Sergio Cardona, Jorge Rojas, Amy Lira, Carlos Herrera, Francisco Ibarra, Ashari Martínez, Brenda Urbina, Erika Sanz, Karen Alicia, Ana Banderas, Daniela Bustamante y Mónica Romero. Vale mucho la pena ver este teatro escolar por el dominio de la representación escénica alcanzado y el sentido ritualístico que conlleva la conclusión de los estudios. Además, el teatro escolar está formando público a su vez, el cual está constituido por padres de familia, hermanos, novios y amigos. Y es gratuito. El viaje interminable estará en temporada en el Foro Antonio López Mancera dentro de las instalaciones de la ENAT, localizada en el Centro Nacional de las Artes, hasta el 21 de agosto, de miércoles a domingo.

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