La bailarina Gladiola Orozco escribe la historia de Ballet Teatro del Espacio

sábado, 9 de julio de 2016 · 15:37
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Una vez que cerró el Ballet Teatro del Espacio (BTE) el 23 de septiembre del 2009 porque el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) le escatimó el presupuesto, la bailarina Gladiola Orozco inició una ardua investigación y escribió la trayectoria de esta compañía de danza contemporánea del país. El resultado son tres volúmenes titulados Memoria, paradójicamente editado por las instituciones que ya no apoyaron al mismo ballet, pero entonces estaban al frente Teresa Vicencio, del INBA, y Consuelo Sáizar, del entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (ahora Secretaría de Cultura). Así que Orozo, quien fue directora (junto con Michel Descombey) del BTE, propuso dejar testimonio del trabajo realizado de 43 años de la compañía. Memoria se presentará este sábado 9 de julio a las 19 horas en la sala principal del Palacio de Bellas Artes. Orozco cuenta, en entrevista en su casa, que de pronto al desaparecer el BTE se preguntó “¿se acaba? y de una forma en que no era nada agradable”. Y sigue la narración: “Entonces no se entendía que ya no alcanzaba el apoyo que seguíamos recibiendo de 10 años atrás para mantener el proyecto y llevar adelante toda una comunidad de trabajo con un espectáculo de primerísima. Pero cuando hay oídos sordos o ignorantes es hablar con la pared. Entonces yo me dije: ‘No, el Ballet Teatro del Espacio físicamente tuvo que descansar, pero lo escrito no se va ir, no va a ser efímero’. Así que me dediqué a buscar desde el primer programa hasta el último programa de la existencia del Ballet, o sea, 43 años, el material. Entonces registré un primer programa, un segundo, un tercero, y le hago así porque fueron los años, los meses, los días, las horas y la felicidad de la vida construyendo un arte. “Compartiendo en ese arte en secundarias, primarias, para el público en los mejores teatros, en plazas también, y en espacios internacionales fuera del país. La gente que participó en todas las obras del BTE ahí está, no se fue, el que bailó hace años que era un joven de 20 ó 18 años, ahí está. Está su nombre ahí para la historia, para el investigador, entonces queda presente.” Destaca: “Yo dije: ‘Me salgo con la mía, me pongo firme y hago un desafío, no se olvida, ahí estamos y en letras. El libro ahí está. ‘¡Qué maravilla saber sí existí!’ Estupendo que se pueda ver que en 1970 se estrenó tal obra en Francia, no es un invento, porque pongo la información y las fotos, una crítica que alguien escribió entonces, en fin. Es algo muy completo.” Subraya contenta: “Ese fue el desafío: el decir ‘ahora nos quedamos, pero de otra manera’.” --¿Fue difícil hacer el libro, darle un contexto y añadirle fotos? --Fue algo de mucho amor y también un poco de tristezas y nostalgias porque al ir revisando programas, hubo muchos recuerdos de gente que ya murió, pero también rememoré de bailarín que se casaban y nacían su bebes e iban a los ensayos, en fin, toda una historia de vida natural, porque hubo niños ahí que había que querer y había que cuidar. “Se hizo una gran trabajo para el libro con el INBA. Entonces muchas veces criticamos a este Instituto, como cuando no nos apoyó, pero yo pensé que el mejor camino para editar estos tres volúmenes era Bellas Artes y me acerqué, y la directora María Cristina García Cepeda, aceptó.” --Fueron muchos años de trabajo, ¿verdad? --Se revisó y revisó. Fueron unos seis o siete años de trabajo, pero también fue un trabajo de amor y desafío decir: ‘existimos y seguiremos existiendo, pero de otra manera’. --De todos los recuerdos y programas que incluyó, ¿qué es lo que más le produjo nostalgia? --Creo que nunca le debimos aceptar el retiro, pero ya estaban agotados todos los caminos y el propio cansancio del maestro Luis Conde, de estar luchado siempre para dar, para dar, para apoyar, una persona que nos cayó del cielo y muchas veces, ustedes lo saben, casi era ir como limosnero a una antesala para que le entiendan a uno, alguien que no entiende. Por eso creo que no venía la idea de los diputados, “por qué ayudar a estos que bailen, las muchachitas que bailen, su vals de 15 años, o la fiesta de su comunión” hasta ahí llega porque hay incultura. Esto me decía cada día “qué bueno que seguimos este camino” de la participación con la sociedad, para la sociedad, sirviéndonos de ella, alimentándonos y regresando esta alimentación con el espectáculo que tenía una calidad, porque nos preocupábamos de la problemática social, económica, en fin. No es que saliéramos a dar un discurso, sino que a través de la creación y del contenido de la obra había esta cercanía que la gente decía “no sé exactamente qué, pero sentí y vuelvo” le decía a su amiga o a su amigo “hay que ir” de ahí se hizo un público, se multiplicó un público. -- Sí, fueron muchos los bailarines que destacaron ahí, se hicieron internacionales… -- También dejamos huella porque hay maestros del ballet en todas partes, hay coreógrafos, a nivel internacional también hay gente que estuvo con nosotros y que fue formada por nosotros, otros no, que llegaron ya como coreógrafos que invitamos, como la maestra Anna Sokolow que ya era una mujer muy famosa en el mundo, en el mundo de la danza, pero que cuando la invitábamos siempre contenta venía a trabajar con nosotros. Una historia de vida, una historia de años, una historia de meses, una historia de horas y lo mejor que pude hacer en mi vida fue apasionarme y enamorarme de algo, decir “esto quiero hacer” y eso que quiero hacer. Fue muy satisfactorio, para mi salud maravilloso por esta confusión que tiene uno de adolescente, que a veces tiene uno muy bien ubicada su cabecita y clara, en mi caso fue maravilloso encontrar el terreno que para mí era fértil, que ahí yo podía crecer y desarrollarme. "Entonces a través de este libro fui regresando, avanzando porque me encontraba frente a la historia, viendo la historia, viéndola con el programa y el programa trae tantos detalles de bailarines. Cuando llegó jovencito y cómo le fue, este compañero que murió de esta manera, el otro, recordando la vida fue ese libro. Tiene un valor porque es una historia verídica, pero como me gustaría haberme ahí distraído y decir 'con este programa yo me acuerdo…' pero ya era lo anecdótico que en este tipo de desafío no cabía porque entonces iba a haber fantasía y el libro no es fantasía, el libro es un hecho con amor y si en el fondo un desafío a la naturaleza que tenemos. No vamos a tener el premio Cervantes ni nada de eso, pero el premio es que nos ha dado la vida para compartir con tanta gente, tanto dentro de la misma compañía como con el público, que ayer leía una carta que, si yo necesitaría premios, reconocimientos con esa carta me doy por los mejores honores. Porque la carta, esta muchacha que me escribe ya es abuela, pero me escribe cuando la conocí joven que tomó clase conmigo y que yo no solamente le enseñe danza, le enseñe a entender la vida y que sus hijos y sus nietos han seguido lo que ella aprendió de mí de la vida, y sigue 'yo me acuerdo cuando usted esto, cuando usted lo otro y después seguí ya lejos cuando esto'” . -- ¿Cuándo le mandó esa carta? -- Me la mandó, hace poco me hicieron un reconocimiento u homenaje, algo por el estilo de ahí de palabra la Universidad en el teatro de la danza Covarrubias, me hicieron un reconocimiento, un homenaje le llamaron ellos, y ahí estaba una muchacha bailarina, maestra de algunos grupos que se presentaban, joven bailarina y se acerca y me dice “maestra la quiero mucho y la saludo con mucha emoción. Traigo una cartita de mi mamá, se la voy a dar.” “Ah, sí que gusto.” “Es que mi mamá fue su alumna” y me dio la cartita, la guardé y le dije “pues dame el teléfono de tu mamá para que después…” Yo pensé “querida maestra…” o algo así, cuando voy viendo la carta por los dos lados con una letra finita, finísima, muy ordenados sus pensamientos, su recorrido, yo dije “el homenaje está aquí.” -- ¿Pero básicamente que dejó para la historia de la danza contemporánea? -- Dejo porque ahora mucha gente habla y algunos bailarines hablan y dicen “queremos ser como fue el Ballet Teatro del Espacio o el Ballet Nacional. Tiene también el deseo o el gusto, o la ambición de ser así, pero justamente nosotros logramos crecer pero también partimos de la falta de recursos, no había el sistema de creadores, no había becas. -- Renovar las técnicas también dancísticas… -- Ahora hay mucho, tanta gente que viene y que va, hay mucha información están los medios del internet, entonces dejamos una buena huella porque no hay joven, creo yo, o quisiera que no hubiera quien desconociera la existencia de este camino que vivió el ballet, que vivieron otros que hicieron brecha porque no existía, como digo, el sistema de creadores que ahora es una fuente para tantos jóvenes, tanto para bailarines maestros, o que quieren estudiar en el extranjero, en fin. Creo que lo que abrimos fueron mejores posibilidades para presentarse, para crecer para desarrollar su vocación. Ojalá no desconocieran, a veces cuando los niños tienen papas ricos no saben que costo caminar a pie, y nosotros creo que podemos dejar una huella de que supimos caminar a pie y que es creer en el arte y servir a la sociedad con eso que hemos escogido. -- ¿Y en cuanto técnicas dancísticas? -- Técnicas. Nosotros nos alimentamos del ballet clásico, de la técnica clásica del ballet clásico y que la sigan tomando porque es una técnica muy estructurada, que la sepan dar y la sepan tomar tanto el que da como el que la recibe, si no hay este amor del que hablábamos antes, del que habla esta mujer que me escribe, ninguna técnica funcionara pero si hay este conocimiento de para qué sirve la técnica, para formar, para transmitir esta la técnica clásica y yo sigo siendo muy fiel a la técnica Graham, de la maestra Martha Graham de Nueva York, que es una técnica muy estructurada, que lleva años de trabajo para comprenderla, para hacer los músculos, para formarlos y entender como está la columna, donde está la columna y como la trabajamos, como la usamos pero no para deteriorarla, sino para que nos permita el desarrollo muscular que se requiere para la expresión dancística. -- Para muchos artistas fue una tremenda pérdida que haya terminado el Ballet Teatro del Espacio. ¿No fue ninguna autoridad a ofrecer rehacerlo o que ha pasado con todo esto? -- Sí, recién este contratiempo fuerte, diría yo tragedia, pero no hay que ser tan dramático, el drama esta en el foro, pero bueno, nos ofrecieron ser directores de un centro de formación para Jóvenes bailarines y dijimos “pero no nos pueden quitar a nuestro hijos, a nuestro centro, a nuestra casa, ni el nombre para ir a vivir allá en frente con algo que no.” Ya lo que empezamos, lo empezamos hace 60 años, hace 50, los que dirigíamos ahora los bailarines con 40 años de edad, o 49, o 39. Entonces este ofrecimiento era como dar un cariñito muy barato y luego tampoco se puede empezar una obra con esta visión de algo sumamente con responsabilidad y para ir adelante a una edad en donde ya se caminó mucho, ya se corrió mucho, ya se viajó mucho y ya no esta el cuerpo para empezar. -- Ha habido problemas desde corrupción, violencia, cada vez más. ¿Qué opina?, ¿eso cómo le afecta? Y ¿cómo llevarlo al escenario? -- A veces me afecta tanto que querría seguir en el escenario, que es una voz fuerte y presente, pero el teatro que teníamos, la escuela que teníamos no está, entonces tendría que rodearme de alguien para dar ese grito de que entendemos, pero si entendemos cómo entender mejor y qué hacer para que hubiera menos masacres, menos muertes que se pudieran evitar porque nos vamos entendiendo, quién tiene la razón, por qué la tienen, o por qué no. No siempre pude decir uno que como sé tengo la razón eternamente, si no escucho, no leo y no sé. -- Lo que no ha hecho el gobierno con la gente, como con los maestros... -- Ahora, yo sé que siempre tuve que estudiar más, que prepararme más y saber más para llevar esta responsabilidad, yo me di cuenta que uno no sabe nada, que tiene que trabajar y luchar para saber un poco más para poder dar, porque entonces como doy, si no tengo. Entonces la lucha de los maestros, como me gustaría platicar con ellos para poder decir por qué si, o por qué no, por qué esto esta creciendo a este nivel. Igual sentarme con Peña Nieto y “a ver, qué pasa, cómo entendemos desde…” cuando no caminamos a pie no entendemos, es muy difícil entender, muy difícil y por otro lado si quiero que me den todo, si rompo los vidrios de la casa de enfrente para que me entiendan qué necesito, probablemente no es el primer paso, probablemente llegara a eso. "Pero si sabemos que hubo una guerra, hace tiempo, la Guerra Mundial, si queremos muertos, si queremos sufrimiento, lo que pasó, que es infame, no lo queremos repetir porque si se están muriendo los jóvenes (43), los de ahora, los de antier. A dónde vamos como sociedad, esa es la pregunta, que hago yo. Yo soy capaz un día de estos y decir “hago mi huelga de hambre porque yo no quiero ya ver más muertos, prefiero yo irme, pero ponerme de pie” ponerme de pies ahí y decir “me quedo, a ver cómo nos va” tanto este contra este. Pero como podemos encontrarnos, al fin somos una sociedad bajo el mismo techo que se llama México". -- Como usted dice tampoco hay que dramatizar de esta desaparición del Teatro del Espacio, pero ¿todavía le revuelve algo que fue injusto? ¿Algo que no se haya podido, que se podía hacer algo y no lo hayan podido hacer las autoridades? Los políticos sobre todo, los artistas, incluso, a veces creemos que no se unió suficiente. -- Seguramente que eso pasó pero hubo algunos que sí gritaron un poco, hablaron un poco. Pero ahorita, de acuerdo con la presencia del libro y lo que vamos a tener en Bellas Artes yo digo “lo que pasó, pasó.” Con mucho gusto yo querría que platicáramos otra vez para ver por qué tuvo que parar, por qué se aceptó, qué gobernantes hemos tenido para aceptar lo que ellos dicen, por qué no pusimos las cosas en su lugar, para decir “no, no acepto, porque usted no es el dueño” y el problema aquí en nuestro país es que el poder es dueño. Si dice el señor Peña Nieto “hacia acá”, a dónde va la gente, a donde va Vicente y no, no podemos ser manipulados. Están ahí por la capacidad que tienen para que cada individuo crezca en su medio, están ahí, tienen el poder de manejar y dirigir el poder del dinero, pero lo toman muy mal inmediatamente, lo toman para avión, para sus medios y el camión que se esta desconchinflado es para la población, pero yo voy en mi carro, con mi chofer y todo. Es entender cómo hablar, si es necesario gritar, como dar un grito de basta, con quién y en qué momento puedo yo ayudar a eso. -- Y menos para la cultura, para la educación, siempre... -- No hay, claro que no hay, pero estamos viendo que si hay, entonces hay que tener la voz viva y con lo que sabemos ayudar y apoyar. En este documento histórico editado por INBA-Conaculta, Memoria, se muestra el trabajo de recopilación e investigación en el que la maestra Gladiola Orozco codirectora del Ballet Teatro del Espacio trabajó por cuatro años, una vez que la compañía cerró sus puertas. Es el epílogo que culmina dignamente una trayectoria ejemplar y única dentro de la danza contemporánea de nuestro país. La historia del Ballet Teatro del Espacio y sus antecedentes, el compromiso que asumió con la comunidad mexicana, principalmente en lo escénico pero también en lo social a través de su diálogo con la sociedad a la que deseaba más igualitaria, menos materialista, más culta y participativa. Ballet Teatro del Espacio fue una compañía de danza contemporánea dirigida conjuntamente por Gladiola Orozco y Michel Descombey, y cuyo propósito fundamental fue realizar un arte contemporáneo abierto a las diferentes corrientes artísticas y técnicas de nuestro tiempo, forjando a través del trabajo colectivo, un espíritu de comunidad artística y humana. Se presentó con regularidad en provincia y en la Ciudad de México, donde realizó una temporada anual en el Teatro de Bellas Artes y participó en los más destacados festivales nacionales e internacionales que se celebran en el país.

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