"En casa en el Zoo", incomunicación y desasosiego

viernes, 5 de agosto de 2016 · 11:28
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- En casa en el zoo es el conjunto de dos obras escritas por Edward Albee que contiene Historia del zoológico (1958), que se ha convertido en un clásico, y Vida hogareña (2004). La historia se integra al proponer que el Peter de Historia del zoológico, que pelea con Jerry por la banca del parque en la que él rutinariamente se sienta a leer, viene de estar con su mujer conversando y enfrentando las necesidades de ella respecto a su “vida hogareña”. A pesar de que fueron escritas en diferentes tiempos, Historia del zoológico es fácilmente catalogada como atemporal, a diferencia de Vida hogareña, que, por los temas que trata, se ubica en un presente más inmediato. Edward Albee retoma y recrea el teatro del absurdo y el teatro de la crueldad de sus contemporáneos, para mostrarnos la incomunicación entre las personas, el anhelo de sacar el animal que llevamos dentro y ese desasosiego que se puede vivir en un momento límite. En casa en el zoo, interpretado por Itari Martha, Bruno Bichir y Odiseo Bichir bajo la dirección de Víctor Weinstock, es una puesta en escena visualmente atractiva, con actuaciones que logran proyectar a personajes complejos y una dirección clara en las intenciones ocultas, las metáforas y los sentidos y sinsentidos de los protagonistas. El matrimonio de Vida hogareña refleja la lucha entre la cotidianidad y el anhelo de romper con ella. Albee toca el alma femenina y expresa su sensación permanente de que algo falta en su vida. La pareja, interpretada por Itari Martha y Odiseo Bichir, puede comunicarse, contarse sus cosas y al mismo tiempo reproducir esas conversaciones triviales que llegan al absurdo. Ella juega con decirle que está pensando en la posibilidad de rebanarse los senos asociándolo con el cáncer de mama, y él le confiesa problemas con su prepucio. Ambos piensan y sienten juntos. Ella, en ese afán de hacer algo diferente, se medio atreve a manifestarse más salvaje y él la sigue, sólo por amor, y la absurdidad se expresa en esos intentos de salvarse y salvar su forma de vida. La propuesta llega a ser tan natural, que casi toca con el hiperrealismo, provocando un efecto sorprendente. Odiseo Bichir mantiene esa tranquilidad del personaje, ese sosiego y conformismo; no pretende ser más que el personaje. La interpretación de Itari Martha, con la frescura que la caracteriza, logra desprenderse de sus formas recurrentes y construye uno de sus mejores personajes, complejo y simple a la vez, inquieto y establecido, juguetón y triste. Es tan entrañable que emociona. Peter, editor de libros, ha terminado la conversación con su mujer en Vida hogareña y le dice que irá al parque a leer, para dar pie a la siguiente obra. La transición escenográfica, de una sala a un parque, es lenta y engorrosa, a pesar de que la escenografía sobria de Patricia Gutiérrez maneja pocos elementos y se sostiene con dos mamparas verdes colocadas como esquina de la sala, en la primera parte, y vueltas muro frente al cual dos bancas recrean el parque, en la segunda parte. Peter, el personaje que interpreta Odiseo Bichir, se mantiene ecuánime, mientras Jerry tiene una necesidad irrefrenable de hablar. El Jerry de Bruno Bichir es frenético, estridente y locuaz, cuya excitación y nerviosismo oculta ese desasosiego ante la vida que el personaje enfrenta. El autor, a través de la metáfora de su relación con un perro comunica su imposibilidad de relacionarse con las personas y la amargura se expresa al describir a los vecinos con los que vive. Aunque hay momentos en que por la velocidad o volumen no se le escucha, el actor sostiene la obra y la resolución final es impactante y sorpresiva. En casa en el zoo, que se está presentando en el Foro Shakespeare, es una propuesta escénica redonda y de gran calidad que nos invita a sumergirnos en una realidad cotidiana y al mismo tiempo de una profundidad contundente.

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