Celebra Molotov dos décadas de vida en el Palacio de los Deportes

sábado, 10 de septiembre de 2016 · 16:45
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- La siguiente crónica fue solicitada para nuestros lectores al periodista César Muñoz Valdés. Con altas dosis de rock la banda Molotov celebró sus 20 años de existencia en el Palacio de los Deportes la noche de ayer, en una fiesta donde el público se les entregó por más de dos horas y media a su sonido estridente y estilo irreverente, así como a su crítica social y política. Ismael Tito Fuentes, Micky Huidobro, Paco Ayala y Randy Ebright arribaron cerca de las 21:00 horas al escenario bajo el domo de cobre, listos para festejar sus dos décadas con un recinto a reventar, donde todos estaban listos para dar un recorrido por su discografía. Que no te haga bobo Jacobo fue la rola con la que arrancaron la pachanga que rápidamente encendió la llama de los espectadores, quienes estaban dispuestos a dar lo mejor por su banda favorita y así lo demostraron cuando después vino Amateur. Le siguió la irreverente Chinga tu madre, siendo la primera con la cual se desató el sangoloteo en slam sobre distintos puntos de la plancha principal del foro para hacer temblar al también llamado Palacio de los Rebotes. Las miles de almas congregadas en ningún momento pararon de gritar, bailar, brincar y vibrar desde las alturas y entre butacas, hasta el espacio general a pie, entre el calor y la cercanía de la gente, disfrutando de una larga lista de éxitos de Molotov, además de una muestra de su reciente discografía Agua Maldita, de la cual se escucharon Fuga y Lagunas Mentales. También se pudo sentir Voto Latino, Blame Me, Yo Fo, DDT y Perro Negro, que entre cada una los integrantes aprovechaban para bromear e interactuar con el auditorio, hasta pedir incluso que le devolvieran una cartera y un celular perdidos a alguno de los fans asistentes. Aunque desde sus orígenes se les reconoce a los de Molotov por ser una banda contestataria, fueron casi nulas las consignas durante el concierto; sin embargo, al llegar Frijolero, se la dedicaron al tan denostado candidato presidencial de los republicanos en Estados Unidos, Donald Trump, desatando así rechiflas y mentadas, mientras la iluminación se pintaba de verde, blanco y rojo, los colores de la bandera de México, para orgullo de la audiencia. La fiesta prosiguió con Cerdo, Marciano, La verga y Rap Soda Bohemia, con la cual agradecieron y homenajearon al desaparecido vocalista Freddie Mercury, del grupo inglés Queen, en una extravagante versión; así como al también fallecido chunchaquero tabasqueño Chico Che, con su Quén Pon-Ponk (Quén Pompó), infantil juego de onomatopeyas que significa “quién compró”, y de las cuales en medio de chascarrillos aludieron al sonado escándalo del jefe máximo nacional: "¿Quén pompó la Casa Blanca?" Luego de casi dos horas de juerga, parecía que todo terminaría con Queremos Pastel y  Rastaman-dita, al tiempo que desaparecieron unos minutos en su aparente despedida. En tanto, un público ansioso aventaba por los aires vasos de plástico con los residuos de cerveza que les quedaba; pero la fiesta aún no concluía pues se escuchó al fondo: “¡Son unos desmadrosos!” y se subieron los Molotov nuevamente a escena. Pasaban las 23:00 horas cuando llegó la recta final con Changüich a la Chichona, Mátate Teté y la más querida por sus fans: Puto, que fue cantada al unísono, dejando satisfecho a los presentes y a los Molotov, quienes se retiraron bañándose entre ellos con bebidas espumosas (sin saber si era champán o sidra), demostrando que a 20 años, su mecha sigue encendiendo a los rockeros.

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