'La caridad”, un retrato de la soledad y la monotonía

viernes, 20 de enero de 2017 · 22:14
CIUDAD DE MÉXCO (apro).- La monotonía en el matrimonio, la soledad y la pérdida son los temas que se abordan en La caridad, la segunda película del mexicano Marcelino Islas (Martha, 2010), protagonizada por Jaime Garza y Verónica Langer. La historia fílmica se proyecta desde este viernes 20 en la Ciudad de México: Cineteca Nacional, Cine Tonalá y la Casa del Cine. También estará en exhibición en el interior del país, como Yucatán, Michoacán, Puebla, Tlaxcala y Baja California. Se trata de Angélica y José Luis, quienes están casados desde hace treinta años. Toda su vida como pareja la han vivido en la misma casa, primero con su hijo Daniel, y ahora solos. La rutina de su vida se ve amenazada cuando José Luis pierde la pierna en un accidente automovilístico. En la búsqueda por reconfigurar su vida, descubren que su relación estaba fracturada previamente. Intentando ocultar su descubrimiento, prefieren guardar silencio. José Luis se refugia en la fantasía sexual de la joven enfermera que lo atiende, mientras que Angélica intenta llamar la atención de su marido, pero nada. También intervienen los actores Adriana Paz y Héctor Holten.

La Caridad Trailer from Marcelino Islas Hernández on Vimeo.

“Después de mi primer filme, me tomó muchísimo tiempo volver a animarme a rodar porque quería que fuera una película igual que la primera, donde realicé un acercamiento a la vida de mi mamá, y en La caridad es el tópico del matrimonio. Tengo 32 años de edad, y casi 13 años de casado, y de repente tienes ganas de escapar, de ser alguien más”, relata en entrevista el joven realizador. Manifiesta que intentó encontrar un sentido en ese valor: la caridad: “De al final quedarte con alguien o conformarte con lo que eres. Lo de la pierna lo escribí sin pensar mucho, sólo para fines dramáticos. Al terminar el guión, llegó la hora de enfrentarnos a la realidad, de encontrar a un actor que pudiera representar al personaje sin pierna, por lo que nos dimos a la tarea de buscar en el Instituto Nacional de Rehabilitación, y empezamos a trabajar con un no actor de Cancún, y sí nos estaba funcionando en los ensayos. “Pero a dos meses de empezar a filmar nos llamó Ana Silvia Garza, la hermana de Jaime, y nos dijo: ‘Mi hermano es actor y está amputado’. Entonces Emilio Santorio, mi asistente de dirección, fue a verlo y me llamó: ‘Oye, es que es Jaime Garza’. Fue una gran sorpresa saber que Jaime estaba en esas condiciones. Lo visitamos y ensayamos. Jaime tenía una profunda tristeza en la mirada que nos llevó a remplazarlo por el no actor, y al final fue una buena decisión, porque Jaime lo hace increíble.” --Cuando el actor leyó el guión, ¿qué le expuso? “Me expresó, ‘Quiero hacerlo’, porque Jaime tenía muchas ganas de regresar a la actuación. Él tiene una carrera de más de 30 años. Quería ese personaje para demostrarse que podía”. Con esta producción menciona el cineasta que llegó a la conclusión “de que a lo largo de la vida, muchas veces vamos perdiendo muchas cosas, y al final sólo queda reconocer quiénes somos, cuánto hemos perdido y aceptar nuestras pérdidas”. La caridad , que ha recorrido varios festivales internacionales, le llevó siete meses terminarla. Se estrena con 17 copias a nivel nacional: “Sale con muy pocas copias. Entre la situación de que la cartelera comercial está dominada por el cine extranjero. Espero que el público le dé más oportunidad al cine nacional”. Finaliza contento: “A nivel personal, con La caridad me quedé con muchísimo aprendizaje. El cine se puede convertir en un acto de sanación, que puede aplicarse de muchas formas, como con Jaime, por ejemplo.”

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