La muerte del requintista Ta' Máximo

martes, 31 de enero de 2017 · 13:34
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El pasado martes 17 falleció a los 88 años en Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, el requintista Máximo Santiago Sánchez, mejor conocido como Ta’ Máximo o Massimu, último miembro fundador del legendario Trío Xhavizende, conocido éste por su característica forma de interpretar el son y pieza importantísima en la música de la región del Istmo de Tehuantepec. Formado a mitad del siglo pasado como el Trío Coronita por Maurilio López Guerra Mou Deme, Bulmaro Martínez Ta’ Mario Chenu y Máximo Santiago Ta’ Máximo, cambió su nombre a Trío Xhavizende (zapotequización del español: lugar en San Vicente), y se dio a la tarea de continuar con la tradición del son en zapoteco tocando tanto en cantinas, parques, bodas, serenatas o conciertos. El trío fue heredero de la tradición de gente como Chuy Rasgado –cuyas canciones eran parte de su repertorio–, Saúl Martínez y el Trío Los Tecos e impulsores de la música zapoteca de compositores como Taquiu Nigui, Juan Stubi, Demetrio López, Ta’ Rey Baxha, Pedro Baxha, Toño Ul y Cesar López, entre otros. A lo largo de su carrera hicieron varias grabaciones al lado de don Luis Martínez Hinojosa, Mario López, Guajiro y Evelyn, Oscar Chávez, y más recientemente con Gustavo López, uno de los herederos actuales de la tradición istmeña y quien acompaño a Ta’ Máximo en sus últimos momentos, como contó él mismo en su página de Facebook: “Fuimos a verlo José Hinojosa y yo y lo encontramos muy mal en su hamaca rodeado de su hija y otros familiares. Le hablamos y le dijimos que veníamos a saludarlo y tocarle algo, sacamos las guitarras y en cuanto oyó que afinábamos y los primeros acordes se comenzó a mover en su hamaca. “Comenzamos a tocar ‘La Petenera’, que era una de sus canciones preferidas, y casi al finalizar la pieza expiró, se quedó dormido para siempre. Con dificultad José y yo pudimos terminar la canción, con el llanto asomando, un nudo en la garganta, la voz quebrada y un hueco en el alma.” Así se extinguió la vida de un pilar de la música tradicional mexicana, un hombre que aprendió a tocar la guitarra jugando en la peluquería cercana a su casa y dedicó su vida a la música compaginándola con la vida diaria en su andar como pescador, en la siembra o en las salineras. En sus últimos años seguía tocando a dúo con Fernando Salinas Jimmy (o Dximmi), quien se incorporó al trío al fallecer Maurilio López y eran conocidos como el Dúo Xhavizende. Gustavo López, en comentario para esta columna, habló de la importancia del requintista: “Con la muerte de Ta’ Máximo se va cerrando un ciclo glorioso para la música istmeña, una época en que la cultura no se administraba desde un escritorio sino se hacía y nutría en las calles, en las fiestas, en las cantinas, en los velorios, en el día a día; era creada, consumida y recreada por una clase humilde, por una comunidad que logró con el orgullo y la fuerza de su origen ser reconocida y aceptada e impregnó y ha dado identidad a la música regional del Istmo.”

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