María Cristina García Cepeda es la nueva secretaria de Cultura

miércoles, 4 de enero de 2017 · 19:46
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La promotora cultural y hasta hoy directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Cristina García Cepeda (Ciudad de México, 1946), fue designada este día por Enrique Peña Nieto como la nueva titular de la Secretaría de Cultura, en sustitución de Rafael Tovar y de Teresa, quien falleció el pasado 10 de diciembre. El nombramiento de la también exsecretaria ejecutiva del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) y excoordinadora ejecutiva del fideicomiso del Auditorio Nacional –que en varias ocasiones se perfiló para dirigir el sector cultural del país (en el 2000 y 2012)– se dio durante la designación de Luis Videgaray Caso como secretario de Relaciones Exteriores, en reemplazo de Claudia Ruiz Massieu, cuyo nombre sonaba también como posible relevo en Cultura. Conocida entre la comunidad artística y cultural como Maraki, García Cepeda ha desempeñado diversos cargos en la administración pública de la cultura, entre ellos directora de Relaciones Públicas del Banco Nacional de Fomento Cooperativo, antecedente del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart), en sus inicios. Entre 1977 y 1982, ocupó el cargo de subdirectora de Difusión y Relaciones Públicas del INBA y enseguida el de directora de los Centros Mexicanos del Libro en el Extranjero en el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe). De 1983 a 1985 fue directora de la Unidad de Divulgación Cultural de la Subsecretaría de Cultura en la Secretaría de Educación Pública (SEP). Al fundarse en 1988 el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (ahora SC) con el diplomático e intelectual Víctor Flores Olea, fue designada como directora general del Festival Internacional Cervantino (FIC), puesto que ocupó hasta 1990. En 1991 asumió la secretaría ejecutiva del Fonca, donde estuvo hasta 1994. A partir de ese año y hasta el 2000 fue secretaria técnica del Conaculta, ya con Rafael Tovar al frente del organismo. Cuando llegó el relevó de la administración panista al Conaculta, García Cepeda fue designada al frente del Fideicomiso para el Uso y Aprovechamiento del Auditorio Nacional, aunque su nombre había sido mencionado entre los candidatos a ocupar la presidencia del Conaculta, el puesto se le concedió a Sari Bermúdez. Fue operadora cultural en el equipo de campaña con rumbo a la Presidencia de Enrique Peña Nieto, por lo cual volvió a perfilarse la posibilidad de llegar a dirigir el hasta entonces máximo organismo de la cultura en México, pero finalmente se reeligió a Tovar y de Teresa. Haber estado en el equipo de transición, dijo en su momento, fue un “privilegio” que le permitió ver los retos que deben enfrentar las instituciones culturales en el siglo XXI, entre ellos aprovechar las nuevas tecnologías y plataformas para multiplicar el impacto de las actividades de promoción y difusión artística y cultural. Al regresó del equipo de Tovar al frente de la cultura fue llamada a ocupar la dirección del INBA. A diferencia de los titulares del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que han cambiado dos veces en este sexenio y por ahora se encuentra sin director, la promotora cultural se mantuvo al frente del INBA. Polémicas y pendientes Cuando tomó posesión del instituto el 11 de diciembre de 2012, García Cepeda declaró: “La mejor cara para poner a México en el lugar que merece es la cara del arte y la cultura, y en ese sentido me comprometo a poner todo mi esfuerzo para, a través del arte y la cultura, lograr la cohesión social y el diálogo entre todos los mexicanos”. La promotora se desempeñó en el INBA no sin polémicas ni cuestionamientos. Uno de los más recientes fue por la renta del Palacio de Bellas Artes para la grabación de un disco del cantante Manuel Mijares. Su política en materia de artes visuales y exposiciones ha sido también cuestionada frecuentemente por la crítica de arte del semanario Proceso, Blanca González Rosas. Se va del INBA ahora sin haber resuelto un añejo problema que es la defensa y conservación del patrimonio cultural construido durante el siglo XX. Las limitaciones jurídicas del instituto han permitido que quede a merced de los intereses económicos y políticos de las empresas inmobiliarias y los jefes delegacionales. Y prácticamente no hay momento en el que no se esté perdiendo una antigua casa en las tradicionales colonias Roma, Guerrero, Condesa, San Rafael, o Santa María la Ribera, por citar unos casos. García Cepeda asume la SC, la cual, a su escaso año de existencia carga ya con muchos pendientes: tendrá que nombrar pronto al titular del INAH, revisar el reglamento interno cuya publicación dejó insatisfechos a muchos sectores, manifestar cuál será la posición de la secretaría frente a la eventual renegociación del Tratado de Libre Comercio, dar seguimiento y prácticamente poner en marcha la nueva estructura de esta instancia, cuyo cambio de Conaculta a secretaría se ha demorado y nombrar o ratificar a los titulares de las dependencias, entre otras acciones. Tendrá también que definir pronto cuál es el proyecto cultural que en su administración habrá de llevarse a cabo. Varios analistas de la cultura anticiparon en días pasados, ante la ola de nombres que se perfilaban como candidatos, que, si era elegida ella, podría representar la continuidad del proyecto de Tovar y de Teresa, que para algunos significa el pasado, cuando los temas de la agenda política en materia de cultura exigen una renovación.

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