El Cigala en México, con su disco 'Indestructible”

lunes, 6 de marzo de 2017 · 22:39
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Diego El Cigala ofrecerá dos conciertos en México en el Auditorio Nacional, el 9 de marzo, y en el Centro Cultural Tijuana, el 14 de marzo, con las melodías de Indestructible, considerado el mejor disco del 2016 por el diario El País, donde rinde un homenaje a la salsa. “Este álbum ha tenido muy buena repercusión en el mundo porque nunca se había creado algo así. Nunca se le había cantado a la salsa con tono flamenco. Entonces el éxito está asegurado, sobre todo cuando tocas una salsa de los años 70 u 80. Además, ese género latino siempre ha sido escuchado”, expresa el músico en entrevista telefónica. La canción que le da nombre al disco, Indestructible, es el tema que popularizó el percusionista y compositor puertorriqueño Ray Barreto en la década de los 70. Con esta letra El Cigala inició su proyecto para luego integrar otros éxitos salseros como Periódico de Ayer y Juanito Alimaña, que interpretaba Hécto Lavoe (Puerto Rico); El ratón y Conversación en tiempo de bolero, que cantaba Cheo Feliciano, y Cómo fue que inmortalizó Beny Moré, entre otras piezas. El Cigala es un artista español reconocido por su capacidad de fusionar géneros y culturas, desarrollando la música flamenca y explorando “con respeto” los terrenos del jazz latino, el bolero y el tango. El cantante deseó vivir en primera persona la experiencia, sumergiéndose en los orígenes y desarrollo de la salsa. De sus encuentros con géneros de música caribeña, Diego extrae grandes tesoros musicales, descubriendo cada vez más las raíces que hermanan la música de los dos lados del atlántico. –¿A qué le atribuye que la salsa y el jazz latino continúen vigentes? 2Porque transmiten sentimientos profundos. Los ritmos latinos van dentro del mundo del jazz y el blues. Además ahí encontramos el amor, el desamor, la tristeza, la alegría y la identidad propia del latino ahí está. México es muy romántico. –Cómo fue es uno de los boleros más queridos por los latinoamericanos, ¿qué opina de esta composición? –Me trae muchos recuerdos porque lo tocaba mucho Bebo Valdés, con quien grabé el disco Lágrimas negras. Han pasado 15 años y la melodía se integró a Indestructible. Es emocionante. –Pero ahora a Cómo fue le ha puesto usted un sello que ya no se olvida… –Sí, luego se escuchan los temas originales, pero también se queda en la mente lo que logre. Se tarda uno mucho en dejar una huella o crear un sello propio. Hay que trabajar mucho. –¿Cómo no destruir una canción que ya existe en el inconsciente de todos? –El flamenco se puede compaginar con el jazz latino, tango, el bolero, en fin, con muchos géneros, pero siempre dentro de un orden, dentro de lo que son los cánones del flamenco. –¿Qué público escucha más sus canciones? –La gente que más se emociona, no hay edad, desde niños, jóvenes y adultos. –¿Qué experiencia te ha brindado este disco? –Queda un homenaje a mi esposa Amparo Fernández, quien falleció en 2015. Era el trabajo que quería ella y que laboramos junto durante varios años, hasta que enfermó de cáncer. Fue el fruto de muchas búsquedas y muchas noches de labor. Y también es un homenaje a la salsa. He tenido con este álbum muchas emociones, muchos recuerdos bonitos y también dolorosos. Deja un sello muy profundo en mi carrera. “He recorrido más de 20 países, sobre todo Estados Unidos, luego por España. Nos quedaba México, Colombia, Ecuador y Costa Rica. Después es difícil dejar un disco que te gusta, pero el tiempo me marca cuándo ya debo uno cortar con ese proyecto. Y luego el tiempo te pide dedicarte a otros géneros, no sé”. La gira El Cigala estará el 9 marzo en el Auditorio Nacional. La entrada es a las 20:30 horas. El 14 del mes actuará en el Centro Cultural Tijuana. Luego va a Colombia: el 25 estará en Medellín, el 31 en Cartagena de Indias, el 1 de abril en Manizales y el 4 de abril en Cali. Después, el 9 de abril se presentará en Nueva York y el 9 de mayo en Bucarest, Rumania. Nacido el 27 de diciembre de 1968, en Madrid, como Ramón Jiménez Salazar, su reconversión en Diego vendría por una disputa familiar en la misma pila bautismal y lo de El Cigala gracias a los hermanos Losada. Su talento es herencia familiar y, a pesar de que su madre Aurora y hermana del gran maestro Rafael Farina no se dedicase profesionalmente al canto, “los que la escucharon tienen bien guardado su eco flamenco”. A la vez, su padre, el andaluz José de Córdoba, se ganaba la vida en tablaos como Torres Bermejas, El Corral de la Pacheca y Arco de Cuchilleros. Esta influencia hace que un joven Diego, con apenas 12 años, gane el primer premio del Certamen Flamenco Joven de Getafe y un premio en el concurso de TVE Gente joven, que le ayudaron a colaborar con artistas de la talla de Cristóbal Reyes, Mario Maya o Farruco. A su vez, músicos como Camarón, Gerardo Núñez o Vicente Amigo van reclamando la colaboración del cantaor en los estudios de grabación.

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