MORELIA, Mich. (apro).- La película El ombligo de Guie´dani, de Xavi Sala, muestra como una niña zapoteca, que sale de Juchitán, Oaxaca, para vivir en la Ciudad de México, añora su pueblo y casa. Dicha cinta, que compite en la sección de Largometraje Mexicano en la 16 edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), también retrata el racismo de manera directa. En la historia, la mamá de la niña Guie´dani acepta trabajar de empleada doméstica con una familia adinera en la capital mexicana, y la adolescente debe vivir con su progenitora. La niña escucha las críticas de los integrantes de la casa hacia ella y su mamá porque hablan zapoteco. La chica no se adapta, y empieza a protestar con acciones negativas ya que desea regresar a su hogar natal, pero su familiar le recalca que ahí comen bien. Guie´dani conoce a una niña vecina, también hija de una empleada domestica, y empieza a ser más rebelde. Las actuaciones de Sotera Cruz como Guie´dani y Érika López, residente de Xadani, Oaxaca, como su mamá, sin ser actrices profesionales, destacan y convencen. El director Xavi organizó un casting y las familias de las niñas no les gustaba la idea de que sus hijas salieran de su comunidad. Tardó dos años en encontrar a Cruz y trabajaron mucho para preparar el personaje. La historia es sencilla, pero muestra con claridad como madre e hija, por su necesidad económica, deben transformar su vida y costumbres, incluso para comer, y lo peor, aceptan el maltrato de una familia acomodada. La niña juzga a su mamá, incluso le dice que no quiere ser esclava como ella. Es otra película que le da voz a los marginados.