La magia de la simpleza que conmovió al Cervantino con el espectáculo de Acrobuffos

domingo, 28 de octubre de 2018 · 13:21
GUANAJUATO, Gto, (proceso.com.mx).- Después de ver la edición pasada el espectáculo multidisciplinario La rana lo sabía de la compañía de James Thierrée en el Festival Cervantino, iba a ser difícil superar ese sueño lúdico y estético, sin embargo Air Play de Acrobuffos lo igualó y superó en cierta medida. Creado a partir de la premisa de la “fascinación que el aire ha generado a través de los siglos”, el dúo artístico Acrobuffos, integrado por Seth Bloom y Christina Gelsone, creadores, intérpretes y guionistas, logró fascinar a niños y adultos, incluso más a los segundos que a los primeros, a partir de objetos tan simples como globos. ¿A qué niño no le gustan los globos? Pues la noche de hoy con globos de distintos tamaños y colores en tonos rojos y amarillos (inspirados en las pinturas y tonos de Joan Miró), sombrillas, telas ligeras y plumas encandilaron a los asistentes al Auditorio del Estado en Guanajuato, el mismo que se suele reservar para los grandes espectáculos multidisciplinarios en el Cervantino --es el tip por si usted contempla ir el siguiente año al festival, los del Auditorio son una certeza de calidad al 1000%--. El trabajo de esta pareja (que también lo es hablando desde el plano sentimental) se basó en crear un vínculo con el público rompiendo la cuarta pared, interactuando con él sin hostigarlo y buscando inspirar nostalgia, alegría, celebración y sobre todo mucho movimiento a través del aire generado por ventiladores colocados en círculo en medio del escenario y dentro de este globos bailando, entre actos clown. Según se lee en el folleto de mano del espectáculo, escrito por Alegría Martínez, encargada de Difusión y documentación en la Compañía Nacional de Teatro: “Sencillez y creatividad son algunas virtudes del trabajo articulado por estos gimnastas acrobáticos, actores, bufones, clowns de nuestro tiempo cuyo ingenio produce instantes mágicos y transporta al espectador sin necesidad de moverse de su butaca por escenas que se antojan del futuro, donde una tela transparente puede ser una columna danzante, un gigante que cambia de forma mientras se eleva, o una columna de color encendido que danza de la mano de su artífice, para alejarse y volar en giros ascendentes.”

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