Maldita Vecindad y Aristegui por una prensa libre en el Zócalo

sábado, 10 de noviembre de 2018 · 11:42
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- El espíritu rocker y contestatario de la Maldita Vecindad y Los Hijos del 5º Patio permanece intacto a través del tiempo. 33 años de resistencia, protesta política y social son el tatuaje encarnado en esta agrupación mexicana de ska, que se presentó anoche en el Zócalo capitalino con amplia aceptación, como parte de la Semana de las Juventudes ante 100 mil fans que se unieron en círculos de paz y baile. Desde un llamado a la hermandad latinoamericana para apoyar a los migrantes que incursionan por nuestro país rumbo a Estados Unidos; al esclarecimiento de casos como los estudiantes normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, así como el respeto por una prensa libre, fueron los clamores de su líder Roco alias Pachukote. Precisamente en la cumbre del espectáculo el vocalista pidió escuchar un emotivo y aclamado mensaje por parte de la periodista Carmen Aristegui, a quien se le vio en las pantallas agradeciendo el apoyo de los rockeros ante la censura que ella padeció por su trabajo informativo en la radio. [caption id="attachment_559054" align="alignnone" width="702"]Aristegui envió un agradecimiento a la Maldita Vecindad. Foto: Carlos Enciso Aristegui envió un agradecimiento a la Maldita Vecindad. Foto: Carlos Enciso[/caption] “Gracias a ellos (La Maldita Vecindad) también, porque en su momento nos enviaron un mensaje de solidaridad, que mucho agradezco”, declaró Aristegui en transmisión directa, explicando que la censura y mordaza periodística se debió por haber dado a conocer el caso de la llamada “Casa Blanca” durante el presente sexenio terminal del presidente Enrique Peña Nieto. Las rechiflas de respaldo zumbaron en la plancha tras dedicarle “Don Palabras”. Así se enmarcó la velada con la conciencia y crítica que expandía incesantemente Roco, quien apareció desde las 21:45 gritando “¡México-Tenochtitlan!” sobre el escenario, junto a sus inseparables camaradas Eulalio Cervantes Sax, Enrique El Pato Montes y Aldo Acuña. “Solín” emprendía el aguerrido concierto de casi dos horas con un intenso slam que no paró en toda la Plaza de la Constitución, mientras en escena se veía a un faquir tragando afiladas espadas. Haciendo honor a su disco El Circo de 1991, a la par el público disfrutó de coreografías con malabaristas, bailarines, arlequines y arte circense con llamaradas de fuego. Todos los músicos vestidos con elegantes trajes de pachuco relucieron para irradiar un ambiente de libertad donde seguidores de nuevas y viejas generaciones disfrutaron por igual de la presentación. [caption id="attachment_559055" align="alignnone" width="702"]Miles aclamaron a los creadores de "Pachuco" y "Kumbala". Foto: Carlos Enciso Miles aclamaron a los creadores de "Pachuco" y "Kumbala". Foto: Carlos Enciso[/caption] Continuaron con “Quinto patio ska” y “Pata de perro” en la que Roco Pachukote  suplicó comprensión por los migrantes: “Este canto va elevado para que siempre podamos compartir con amor y con los brazos abiertos a todos nuestros hermanos del continente del mundo entero. Todos somos uno, un solo mundo, un solo corazón”. A su vez reprochaba la política yanqui y clamaba por la caravana migrante: “¡Bienvenidos, hermanos!”. Les ofrendaba “El Sur del Sur”, y su tributo a José José interpretando “Lo pasado, pasado”. Después se escuchó “Un gran circo” y las multitudes que rugían “¡México, México, México!” de calada energía, con “No les creo Nada” y “2 de octubre”. Llegaba “Un poco de sangre” brindada a los estudiantes normalistas de Ayotzinapa y para la valentía de Carmen Aristegui, así como por la prensa libre con “Don Palabras”. La fiesta se extendía en las calles de la explanada del centro viéndose a la gente contenta, sonriente, bailando, cantando y adorando a una de las bandas representativas de la historia del rock mexicano. Con “Pachuco” parecía que culminaba la festividad pero regalaron dos más: “El cocodrilo” y (¡claro!) “Kumbala”, con la cual cerraron en medio de romanticismo y son al mezclarla con “La Boa” de Carlos Lico, en honor a la tabasqueña Sonora Santanera. Con esta alegría guapachosa finiquitaron la gigantesca pachanga. Roco Pachukote y los músicos denominados “malditos”, absolutamente agradecidos por la recepción masiva, dijeron adiós a una fanaticada huyendo para alcanzar el Metro, antes de que los vagones pararan de circular, cuando el reloj pasaba de las 23:30 horas. El Festival Semana de las Juventudes sabatino fue calentado previamente por Lost Acapulco e Instituto Mexicano del Sonido. Para hoy sábado se tendrán como estelares a los estadunidenses Pixies.

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