Abren capítulo mexicano de la Galería Nacional alemana

viernes, 27 de abril de 2018 · 22:53
BERLÍN, (apro).- Durante la primera mitad del siglo pasado, renombrados artistas alemanes como Josef y Anni Albers o el austriaco-alemán Wolfgang Paalen viajaron a México. Ahí coincidieron con artistas locales y de otras partes del mundo, a quienes atraía la colorida y bulliciosa nación. El impulso e influencia que el denominado arte popular, y posteriormente el surrealismo mexicano generó en ellos, cambiaría su forma de ver y hacer arte. Justo esta sinergia de encuentros e impactos mutuos entre distintas visiones, la europea y mexicana, y las consecuencias que ello tuvo en el arte en general forman parte de la exposición Hello World. Revision einer Sammlung que, a partir de este fin de semana, se exhibe en el Museo Contemporáneo Hamburger Bahnhof de Berlín. Se trata de una magna exhibición que tiene como objetivo hurgar en las conexiones artísticas internacionales de la colección permanente de la Galería Nacional alemana desde finales del siglo XIX hasta nuestros días y mostrarlas por primera vez. Dividida en 13 capítulos, dedica una sección completa a México con el título “Existencias entretejidas. Arte popular, surrealismo y arquitectura emocional”, que ahonda justamente en el impulso que el arte popular mexicano ejerció en artistas europeos de la vanguardia en el primer tercio del siglo pasado. “Esta exposición está basada en la colección de la Galería Nacional y parte de una autocrítica que hacemos como institución en la que nos cuestionamos por qué nuestra colección es tan poco global; por qué las narrativas de nuestras obras se limitan al contexto europeo o norteamericano y nunca persiguieron los lazos que se armaron con otras partes del mundo y otros movimientos artísticos”, explica en entrevista con Apro Melanie Roumiguiere, coordinadora de exposiciones del Hamburger Bahnhof/NationalGalerie. Convencida de que el pensamiento artístico mexicano fue “fundamental” para el desarrollo posterior del arte de aquellos que recibieron su influencia, Roumiguiere se dedicó durante los últimos tres años a indagar las redes artísticas que existieron y a esbozar lo que es el capítulo dedicado a México de esta exposición. “Tenemos, por ejemplo, los trabajos de Josef y Anni Albers, que fueron artistas muy importantes y poco se sabe lo que pasó con ellos y los conocimientos e impulsos con los que volvieron luego de sus viajes a México. “También, como otro punto de inicio, tenemos la obra de Wolfgang Paalen, que es un artista muy conocido e importante en México, pero que en Europa casi no se conoce porque, a pesar de ser parte del movimiento surrealista alemán, cuando decide irse y quedarse allá desapareció del canon que se representa acá”, señala. Tanto los Albers --él, diseñador, fotógrafo y poeta, y ella, diseñadora, tejedora y pintora-- como Paalen, pintor e intelectual, fueron artistas que abandonaron la Alemania nazi para establecerse definitivamente en el continente americano y que tuvieron una relación especial con México. Arte popular Fue así y a partir de estas figuras que forman parte de la colección de la Nationalgalerie alemana que Roumiguiere configuró el capítulo dedicado a México: Por un lado, un primer subcapítulo dedicado al arte popular mexicano y las redes de artistas e intelectuales en su contexto. Los visitantes del Museo Hamburger Bahnhof podrán ver obra de Gerardo Murillo Dr. Atl, José María Velasco, Manuel Álvarez Bravo, Tina Modotti y Josef y Anni Albers, entre otros, además de reproducciones de publicaciones clave que contribuyeron a la difusión y promoción de la cultura popular mexicana entre los grupos artísticos e intelectuales de la década de los veinte en el país, como la revista Mexican Folksways, editada en la Ciudad de México por la estadunidense Frances Toor. Además, se exhibirán objetos prehispánicos, cuatro cerámicas de Colima, provenientes del Museo Etnológico de Berlín, y piezas contemporáneas de Oaxaca, poniendo sobre la mesa de discusión la relevancia de lo popular en el arte en general. “Me parece que el arte popular mexicano fue el instrumento clave que facilitó el intercambio entre diferentes personajes de diferentes contextos, generando un movimiento muy importante en México en los años veinte”, dice la curadora. Surrealismo y arte fantástico El año 1940 y la Exposición Internacional de Surrealismo, organizada en la Galería de Arte Mexicano de Inés Amor de la capital mexicana por el artista francés André Breton y el alemán Wolfgang Paalen, fue un parteaguas, pues -- a decir de Roumiguiere-- fue un segundo momento en el que se creó una red de encuentro entre artistas europeos y mexicanos o que eran de otros sitios pero que vivían en México. Abunda en la importancia que para ella tiene el momento: “Esta exposición histórica fue una plataforma a partir de la cual los artistas se desprenden de la preponderancia tan fuerte que tenía el muralismo en ese momento y se crea un espacio para una forma de pensamiento artístico más allá no sólo del muralismo sino de la implicación política tan fuerte que éste tenía”. Al lado del surrealismo, la curadora también pone énfasis en obras del llamado arte fantástico, inspirado en el libro de la investigadora Ida Rodríguez Prampollini, cuyos representantes “desarrollaron una forma artística muy individual e independiente de lo político como primer argumento de su obra artística y lo nutrieron en cambio de un pensamiento surrealista, transformando su trabajo en lo que se denominó arte fantástico”. En este subcapítulo la curadora logró traer a la exposición obras de Diego Rivera, Frida Kahlo, Leonora Carrington, Juan Soriano, Juan O’Gorman, Antonio Ruiz El Corcito, Gunther Gerzso, Pedro Friedeberg y Paalen. La idea de Roumiguiere fue proyectar en esta sección de la exposición el ambiente y trabajo artístico de aquella definitoria Exposición Internacional de Surrealismo. Para ello también se expondrá el catálogo original de la exhibición, digitalizado, y material fotográfico del evento. Arquitectura emocional Finalmente, el capítulo mexicano de “Existencias entretejidas” concluye con la denominada Arquitectura emocional, representada por su impulsor Mathias Goeritz, quien emigró a México en 1949. “El arte de Goeritz marca el espacio público en la Ciudad de México hasta hoy, y hasta el último momento medió entre el mundo del arte y la arquitectura; entre México y movimientos artísticos en Europa, especialmente en Alemania. Fue un personaje entre dos mundos que siempre buscó el punto en común para desarrollar y esos impulsos mutuos los transformó en un idioma único”, reseña la curadora. Algunas de las obras emblemáticas de Goeritz son el diseño de las Torres de Satélite y el circuito escultórico urbano de la Ruta de la Amistad en el Periférico de la Ciudad de México. Con el capítulo dedicado a México y su pensamiento artístico, la exposición Hello World. Revision einer Sammlung, que estará hasta el 26 de agosto de este año, busca también hacer visibles y darles el lugar que se merecen a artistas que fueron olvidados de este lado del mundo al haber emigrado. “Lo veo como un homenaje al pensamiento artístico mexicano que convergió en distinto niveles y que fue fundamental para el desarrollo posterior del arte moderno”, concluye convencida Roumiguiere.

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