'Lady Macbeth": La antiheroína vengadora

viernes, 6 de abril de 2018 · 18:17
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Poco le falta a Lady Macbeth (Inglaterra-2016) para ser una historia de terror; de hecho, sólo le falta el elemento sobrenatural, pero bien dicen que hay que cuidarse más de los vivos que de los muertos. Dirigida por William Oldroyd, la cinta se desarrolla en la Inglaterra rural de 1865, en donde una mujer llamada Katherine (Florence Pugh) se encuentra atrapada en un terrible matrimonio con un tal Alexander (Paul Hilton), quien no siente mucho amor, deseo ni respeto por ella. Ambos viven en la finca del padre de Alexander, un hombre viejo y muy severo llamado Boris (Christopher Fairbank), quien obliga a Katherine a estar prácticamente dentro de la casa todo el tiempo. Las cosas cambian cuando ambos varones deben salir de la finca a diferentes lados por una cuestión de negocios. Es en este momento que Katherine comienza a sentirse atraída por un trabajador del lugar llamado Sebastian, con quien empieza una aventura amorosa. Ana (Naomi Ackie), mujer de color y una empleada doméstica se da cuenta de la situación y avisa al párroco local, lo que marca el principio de una serie de infortunios para aquellos que rodean a Katherine. Lo espeluznante no sólo es el yugo que Alexander y Boris ejercen sobre Katherine, sino la manera en que ésta va reaccionando frente a los acontecimientos. El director envuelve a los personajes en un incómodo silencio que uno, como espectador, no sabe bien cómo interpretar… ¿Es un silencio que anuncia la paz o el horror por venir? En medio de ese silencio, la protagonista va realizando acciones fríamente calculadas, en su mayoría, para intentar salirse con la suya. Katherine no es guiada por la prudencia ni por el “calladita te ves más bonita”, ni por cualquier otra característica atribuible al sexo femenino, excepto cuando le conviene. Es guiada por su deseo, el cual la motivará a realizar acciones deleznables que son ejecutadas con gran determinación, pero con la suficiente prudencia (por contradictorio que parezca) para que los resultados se vuelvan a su favor. Así pues, una mujer que en un inicio parecía una chica indefensa, quizá con un dejo de espíritu rebelde, se va convirtiendo, poco a poco, en la peor pesadilla de todo aquél que se cruza en su camino; no por nada el título de la película hace referencia al personaje shakesperiano que incita a su marido a cometer regicidio para que ambos puedan quedarse con el trono, con la diferencia que ella no necesita a ningún hombre para liberarse de sus cadenas y obtener lo que desea. Lady Macbeth nos cae como balde de agua fría por su crudeza, pero al mismo tiempo resultará cautivadora. Eso sí, hay que tener paciencia pues su narrativa se cuece a fuego lento.

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