Yvonne Domenge (1946-2019), artista generosa, gentil y brava
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- “El mayor mérito de una obra de arte es que te saque de la cotidianidad de tu espíritu”. Con esa frase se recuerda en redes sociales a la artista Yvonne Domenge, tras su deceso a los 73 años de edad el pasado 27 de septiembre.
Si bien la muerte de la escultora e integrante del Sistema Nacional de Creadores y la Academia de Artes de México pasó un tanto inadvertida con el fallecimiento del intérprete José José, fue a través de las mismas redes sociales que algunos jóvenes discípulos se despidieron de la artista, sobre todo recordando su gentileza.
Tal fue el caso de Cristina Sousa-Martínez (@cristinasoumar), en cuyo mensaje se lee:
“Mi carrera como profesional del arte inició en el estudio de #YvonneDomenge. Hay cientos de historias que contar, pero muy pocos caracteres para resumir lo que aprendí con y principalmente de ella. Gracias por permitirme ver al ser humano detrás de la artista. DEP, Maestra.”
También instituciones como la Secretaría de Cultura federal, y su directora Alejandra Frausto, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), la Dirección General de Promoción Cultural y Acervo Patrimonial de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SCHP) –misma que tiene algunas de sus obras como parte de las Colecciones Pago en Especie y Acervo Patrimonial–, el Museo Fernando García Ponce (Macay), el Museo del Chopo, Museo Marco, la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Azcapotzalco (que posee la obra Uróboros en esa escuela), así como el Museo Nacional de San Carlos.
Fue este último en donde se expuso hace dos años la muestra Cadena de creación, integrada por 40 esculturas en diferentes técnicas, dibujos maquetas y joyería, con la cual se formalizó su ingreso a la Academia Mexicana de las Artes, reconocimiento del que refirió en su momento:
“He recibido premios en diversas partes del mundo, el que ahora me otorguen este nombramiento en mí país me tiene verdaderamente feliz. Amo a México. Me siento agradecida con la vida”.
Sobre su obra, la crítica de arte de Proceso, Blanca González Rosas, refirió:
“Fue muy buena escultura, todo su vocabulario se basó en la interpretación de la esfera, su exploración escultórica fue a partir de esa figura a la que supo diseccionar y reinterpretar como forma, se puede pensar fácil, pero no. Si algo hay que destacar es su exposición en Chicago, en el Millenium Park, porque que haya sido una mexicana con una exposición temporal ahí, no cualquiera. Hizo mucha obra monumental, y en realidad hay muy pocos artistas mexicanos, están Sebastián, Jorge Marín, Rivelino, pero ella sin duda es muy importante por la solidez del trabajo en torno a la esfera, dentro del mundo de la escultura definitivamente es protagonista.
“Era una mujer brava para los negocios pero también muy amable, tenía un punto interesante y creo que el ejemplo es el trabajo de escultura que realizó con gente de Colonia Buenos Aires (en la Ciudad de México) donde hizo un proyecto de trabajo con lo que consideró ‘artesanos de piezas automovilísticas’ (léase la columna Realidades y utopías de la Buenos Aires https://www.proceso.com.mx/185892/realidades-y-utopias-de-la-buenos-aires) que saben hacer piezas hechizas de coches. Era generosa y cercana con las personas más humildes”.
Las obras de Domenge han sido expuestas en México, Inglaterra, Francia (ha sido hasta ahora la única mexicana en exponer en el Museo Louvre de París), Estados Unidos y China.
Fue a propósito de una exposición en este último país, con motivo de los Juegos Olímpicos de Beijing (2008) que Proceso entrevistó a Domenge, pues fue la primera mexicana en obtener una presea al ganar el Olympic Landscape Sculpture Designs Contest (Concurso Olímpico de Escultura de Diseño de Paisaje) con la obra Lily, figura que representó un lirio de 1.50 metros de diámetro hecho en acero al carbón. Ahí la artista se destacó entre 2450 concursantes del todo el mundo.
Entre su prolífica carrera se encuentran más de 50 exposiciones individuales y 165 colectivas en México y otros países.