The Drums, surf rock eléctrico en el Plaza Condesa
CIUDAD DE MÉXICO (apro). - Días después de su presentación en el Festival Tecate Comuna, The Drums, banda procedente de Nueva York, ofreció la noche de ayer un concierto con lleno total en El Plaza Condesa.
El espectáculo de hora y media contempló un repertorio de 17 canciones, que provocó que los asistentes perdieran la noción del tiempo y, por consiguiente, no pararan de brincar un solo segundo.
Con fusiones de ritmos que incluyen surf, rock alternativo e indie pop, el setlist de la banda --liderada por Jonathan Pierce--, estuvo conformado por una mezcla de tracks de sus cinco discos: The Drums (2010), Portamento (2011), Encyclopedia (2014), Abysmal Thoughts (2017) y el más reciente, Brutalism (2019).
Las nueve de la noche se acercaban y en la calle Juan Escutia, donde se ubica El Plaza Condesa, comerciantes ofrecían diversos productos entre playeras, pulseras, tazas y gorras, lo mismo decenas de revendedores buscaban hacer negocio ante un sold out anunciado previamente, ofreciendo boletos hasta en el doble de precio de taquilla.
[caption id="attachment_603569" align="aligncenter" width="879"] Sold Out en el concierto de The Drums. Foto: Carlos Enciso[/caption]
Para las 21 horas el recinto ofreció su máxima capacidad, mientras en el escenario los instrumentos aguardaban, de lado izquierdo el bajo, a la derecha la guitarra y la batería en el centro.
A la hora acordada para el show una lona con la imagen del vocalista Jonathan Pierce se desplegó detrás del escenario para formar parte de la escenografía, y en ese momento se escucharon los gritos de:
“¡Jonny, Jonny, Jonny!”.
Exactamente a las 21:09, el multiforo de la alcaldía Cuauhtémoc quedó en oscuridad total, y los primeros acordes de “Days” provocaron saltos y euforia entre los presentes. Todos aquellos que hasta ese momento se cubrían del frío se deshicieron de sus chamarras para comenzar el baile al ritmo del sur-rock de la agrupación.
El vocalista mandó besos al público durante la primera canción, hecho que provocó gritos sin parar.
La producción con luces en tonos rojos y violetas se movían programadas al ritmo de las notas musicales provenientes del guitarrista; la segunda canción de la noche llegó con “Best Friend”, y al termino se escuchó un “¡Gracias, México!” por parte de Pierce.
Desde ese momento, las siluetas presentes en el público perdieron el control y no dejaron de bailar durante todo el concierto. La banda continuó con “Heart Basel”, canción en la que muchos de los asistentes sacaron su celular para capturar unos segundos de ella.
Luego siguió “Body Chemistry” y “Mirror”, Pierce, con atuendo en color negro y franjas en color naranja se movía de un lado a otro del escenario, cantando y bailando con pasos excéntricos que eran seguidos por los fanáticos.
[caption id="attachment_603570" align="aligncenter" width="883"] Jonathan Pierce, líder y vocalista de The Drums./ Foto: Carlos Enciso[/caption]
Acto seguido llegó el turno de “Brutalism” y luego “I Can’t Pretend”, tras ello el concierto se detuvo unos segundos. El instante más emotivo de la noche fue cuando Jonathan Pierce se paró frente al escenario y se refirió en inglés al público:
“Si no fuera por México y todo el amor que hay aquí, yo no estaría haciendo música” --y en seguida se escucharon los aplausos ensordecedores de los asistentes--, “Si alguno de ustedes tiene miedo de ser quien es porque tiene miedo de ser juzgado, recuerden que pueden encontrar una familia, la cual ustedes pueden elegir”.
[caption id="attachment_603571" align="aligncenter" width="880"] Jonathan cantándole al público. Foto: Carlos Enciso.[/caption]
Fue momento de seguir con “Loner”, para después dar entrada a “Let´s Go Surfing”, los decibeles subieron y el Plaza Condesa se convirtió en una pista gigante, donde personas bailaban de izquierda a derecha siguiendo el ritmo del rasgueo del bajo que a toda velocidad provocaba que el público no dejara de mover los pies de forma involuntaria.
Sin dar un descanso a los asistentes continuaron con los acordes de “Money”, y la audiencia era un coro universal que cantaba sin equivocaciones; siguieron “Book of Stories” y “626 Bedford Avenue”.
Llegó el turno de “How It Ended”, en donde todo se volvió una mezcla homogénea entre la banda y los presentes en la estrofa principal de la melodía que dice:
I don't know how it ended / No sé cómo acabó
I don't know where you ran to/ No sé hacia dónde huiste
I'll always be right here/ Yo siempre estaré aquí.
Después de “Down By The Water”, cuando el reloj marcaba las 22:14 horas, la banda originaria de Brooklyn bajó del escenario sin dar explicaciones. Los gritos de la audiencia en espera del encore se dejaron escuchar, y cinco minutos más tarde los músicos volvieron al escenario, tomaron sus instrumentos, e interpretaron “Meet Me In Mexico”.
La noche estaba a punto de extinguirse cuando se escuchó “Book Of Revelation”, fue la penúltima interpretación, la presentación de la banda originaria de New York culminó con “Blood Under My Belt”; antes de terminar la canción Pierce llamó a su fotógrafo personal, el cual subió al escenario y tomó una imagen en la que todos los asistentes alzaron las manos para poder ser parte de la captura.
A las 22:32, The Drums bajó del escenario sin despedirse y todo quedó en silencio, las luces del recinto se encendieron y el público abandonó el foro poco a poco.
La agrupación se presentará de nuevo este viernes como parte de la programación del Festival Coordenada, en la ciudad de Guadalajara, para luego continuar con su gira el 5 de noviembre en Fresno, California, Estados Unidos, y después viajar a China donde realizarán tres presentaciones.