'La lavandería”: El capitalismo salvaje y la ambición

jueves, 31 de octubre de 2019 · 19:08
CIUDAD DE MÉXICO (apro). - La lavandería (The Laundromat, EU-2019) de Steven Soderbergh es una película particular donde la ficción se mezcla con elementos informativos para entregar una denuncia como producto final. En su faceta de ficción, la cinta cuenta la historia de una mujer llamada Ellen Martin (Meryl Streep), quien pierde a su marido en un accidente ocurrido durante un paseo en un barco turístico. En un principio, todo parece indicar que Ellen recibirá una cuantiosa cifra como compensación por la muerte de su esposo; sin embargo, descubrirá que la empresa que los maneja se aseguró con una compañía --que a su vez estaba asegurada por otra compañía cuya casa matriz se encuentra en una isla llamada Nieves-- que resulta ser un paraíso fiscal. Lo anterior es sólo un pretexto para contarnos cómo funcionan las compañías fantasmas en paraísos fiscales. Y es aquí en donde entra el segundo elemento de la cinta, en donde dos personajes nos cuentan a detalle cómo es que funcionan dichas empresas. Se trata de: Mossack (Gary Oldman) y Fonseca (Antonio Banderas), los dueños del despacho de abogados Mossack Fonseca, ubicado en Panamá, dedicado a crear compañías en paraísos fiscales para clientes que deseaban privacidad en sus negocios (Panamá Papers). Dichas compañías las cuales funcionaban como una especie de caparazón que, al momento de una rendición de cuentas de cualquier índole, ayudaban a que el asunto se convirtiera en un callejón sin salida. Los personajes se la pasan justificando su papel en el escándalo de los Panamá Papers ya que, de entrada, ellos no hacían nada malo pues su trabajo era legal (lo cual es verdad), sino que era la gente y su codicia los que llegaban a arruinar todo el asunto. Así pues, la historia de Ellen no es propiamente lo importante, sino sólo un ejemplo de los problemas que las empresas de este tipo acarrean debido a la falta de regulación. El trabajo de Mossack Fonseca permitió, según se comenta en la cinta, desde fraudes como el que padece Ellen Martin, pasando por el ocultamiento de bienes en una sociedad conyugal, hasta llegar a actos de corrupción empresarial, lavado de dinero del narco y financiamiento de campañas políticas con dinero de “dudosa” procedencia. La película, a pesar de los elementos narrativos que contiene, funciona más como un producto audiovisual informativo y como una herramienta de denuncia, que como una ficción que busca contar una historia. La lavandería es inquietante, y es que Soderbergh consigue hacernos ver que lo que ocurrió con los Panamá Papers no es algo lejano a nosotros, y que, si bien hay grandes empresarios inmersos en el asunto, al final la problemática terminará por afectarnos a todos, de manera global, de alguna u otra manera. La lavandería está disponible en Netflix. https://www.youtube.com/watch?v=wuBRcfe4bSo

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