Underworld, bailando con los muertos en Radiobosque

domingo, 3 de noviembre de 2019 · 21:14
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- El dúo británico de música electrónica conformado por Karl Hyde y Rick Smith regresó a México, en una breve gira de lanzamiento de su nuevo disco Drift Series 1, esta vez para un nuevo festival que busca hacerse espacio entre la creciente oferta de carteles especializados del país. Sucedió en las instalaciones del Deportivo Tepoz, en Santiago Cuautlalpan, Estado de México. a más de 40 kilómetros de la Ciudad de México, en Tepotzotlán, Estado de México. Radiobosque combinó un cartel llamativo e interesante para la música electrónica: Underworld --siempre un headliner en festivales europeos, que hace dos años encabezaron el cartel del Festival Ceremonia de 2017--, la banda británica Hot Chip, The Blaze, WhoMadeWho, Roderic y Monolik. Con un ligero retraso de 20 minutos arrancó el escenario principal con los estadunidenses de Y La Bamba, un sonido folk indie que relajaba a quienes iban entrando al foro. Les siguieron los neoyorkinos de Mr Twin Sister, quienes ya contaban con mayor público, y durante 50 minutos fueron apuntalando la calidad del audio del escenario principal. Para cuando la noche cayó la amenaza de lluvia se había disipado en el bosque. Llegó Ryhe, el proyecto de rhythm and blues de Mike Milosh, quien tuvo un segmento muy relajado; algunas instalaciones visuales comenzaron a activarse, la luz de la tarde se iba por completo… Lower Dens aprovechó esa calma para un set de pop electrónico y el festival ya lucía lleno. Otra de las atracciones era el Mayan Warrior, una instalación móvil que fue aclamada en el festival Burning Man y que en Radiobosque lucía dormido, listo para desplegarse cuando cayera la noche. Su sistema de sonido era notablemente refinado, la calidad auditiva fue aclamada en cada conversación, el diseño de iluminación hacía dudar a los asistentes si permanecían en el escenario principal, o preferían bailar y deleitarse visualmente un rato. [caption id="attachment_605719" align="alignnone" width="1620"]Mayan Warrior en el Festival Radiobosque. Foto: Carlos Enciso Mayan Warrior en el Festival Radiobosque. Foto: Carlos Enciso[/caption] Pasadas las ocho llegaba un acto ya marcado entre los principales: The Blaze; con un DJ set y proyección cinematográfica llevó el volumen del escenario principal a nuevos niveles, a los cuales ya no volvería. Dejaron a los aglomerados fans listos para lo que para muchos, fue la presentación del festival. Eran las 21:35 hrs cuando las luces se apagaron, con un intro sonoro que mezclaba audios de noticieros mexicanos y extranjeros, anunciando ya un discurso social. El termómetro marcaba 12 grados centígrados en una estación de primeros auxilios y la bruma de humedad y cigarrillos recibió a Hot Chip, quienes iniciando con “Huarache Lights” y “One Life Stand”, tenían al público en la palma por un sonido contundente sin jamás dejando la intensidad del arranque. A diferencia de los actos anteriores intercambiaron muchos saludos, agradecimientos y un tímido: “¡Qué cool es estar en día de muertos en México!”.  [caption id="attachment_605720" align="alignnone" width="1620"]Alexis Taylor. Foto: Carlos Enciso Alexis Taylor. Foto: Carlos Enciso[/caption] [caption id="attachment_605721" align="alignnone" width="1620"]Foto: Carlos Enciso Foto: Carlos Enciso[/caption] Con “Melody of Love” y “Hungry Child” fueron preparando su gran final, “I Feel Better” tenía a todo el escenario principal bailando y a sus pies. Al salir del escenario volvieron a mostrar esa misma gratitud y conexión con su público. Para muchos, ese fue el acto que se llevó el festival. Tras una pausa de 20 minutos, toda la configuración de instrumentos y consolas de Underworld ya se apoderaba del templete en un aforo lleno, una excitación palpable, cual sólo las leyendas que tras décadas siguen siendo headliners indiscutibles alrededor del mundo.  A las 23:10 horas salieron Karl Hyde y Rick Smith no solo entusiasmados, sino con sus rostros de maquillaje calaveresco llevando su sencillez y clase el nivel de comunión con el público a lo más alto, un par de saludos y un:  “México, ¿do you wanna dance with me?”, de Hyde que encendió el acto principal del festival. “Two Months Off” y “Dark & Long (Dark Train)” fueron el arranque con un Karl Hyde bailando como en un rave londinense en los 80’s; hicieron un repaso por todos sus discos This Must Be Drum Street, Always Loved a Film y Border Country. Una lista de rolas idéntica al presentada en Colombia hace un par de días, durante una visita fugaz antes de seguir con su gira por Europa. [caption id="attachment_605722" align="alignnone" width="1620"]Karl Hyde. Foto: Carlos Enciso Karl Hyde. Foto: Carlos Enciso[/caption] King of Snake fue un punto muy alto de la presentación; algunos de los asistentes que estaban en el escenario secundario se sumaron al final Underworld. El puente que une al gran cierre es la clásica “Born Slippy”, una versión larga, digna de un dúo creativo legendario. Al terminar, agradecieron a los asistentes la energía, deseándonos un grandioso Día de Muertos. Muchos emprendieron la excursión de salida cuando Whomadewho recogió a todos los que quedaban, su sonido híbrido recogían hasta el oído más lejano en el páramo, sonidos análogos y amplificadores de guitarra procesados iban poco a poco dando el cierre al festival. Algunos actos menores y más íntimos se mezclaron en un par de carpas acondicionadas de foros y lounge. Win Butler (vocalista y líder de Arcade Fire) llegó con su proyecto DJ Windows 98 y tomó a la mayoría de los aventurados de la madrugada. Aunque muchos francamente solo buscaban la selfie y el buen rato en un lugar resguardados del frío. [caption id="attachment_605723" align="alignnone" width="1620"]Rick Smith. Foto: Carlos Enciso Rick Smith. Foto: Carlos Enciso[/caption] Al abandonar el festival, entre los asistentes agotados reina el buen humor y en las charlas se escuchan buenos comentarios, no hay quejas por la distancia, el lugar, el clima, "quizás con mejores accesos mejoraría mucho más" es una frase constante, todos abandonan el lugar entre la penumbra de un lugar que no está habituado a recibir a miles de personas en unas cuantas horas. La oferta de festivales especializados se marca como una tendencia mundial, en México aún falta ver si toma fortaleza o si solo han sido un cúmulo de experimentos arriesgados.  El arte visual en el bosque Una de las experiencias más importantes de los nuevos festivales de música electrónica han sido las alianzas con colectivos de diseño y tecnología, con el fin de aportar a los asistentes momentos que separen los escenarios y aprovechen los espacios por los que la gente se traslada. En el bosque de esta ocasión había instalaciones de Cocolab, un enorme laberinto de ramas y luces led programadas con música y que entre el frío, la iluminación y hasta la complejidad para salir de él. [caption id="attachment_605726" align="alignnone" width="1620"] Foto: Carlos Enciso[/caption] El Camino era otra instalación que en una vereda del bosque creaba figuras e ilusiones con iluminación colgante y un piso lleno de cempasuchitl. Las ofrendas e iluminaciones en la vegetación eran otras piezas que complementaban la temática. Falta ver si se concreta una segunda edición, pero es sin duda una opción muy atractiva en los calendarios otoñales cada vez más apretados. [caption id="attachment_605725" align="alignnone" width="1080"]Foto: Carlos Enciso Foto: Carlos Enciso[/caption] [caption id="attachment_605724" align="alignnone" width="1620"]Foto: Carlos Enciso Foto: Carlos Enciso[/caption]

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