Compañías queretanas: Cómicos de la Legua y Corral de Comedias
QUERETARO, QRO (apro).- Esta es una de las pocas ciudades de México que tiene una activa vida teatral. El panorama del centro colonial tremendamente cuidado alberga un montón de espacios en los que las historias se cuentan cada noche.
Los Cómicos de la Legua, de la Universidad Autónoma de Querétaro es considerado el grupo de teatro universitario más antiguo de América Latina. Su primera función fue la noche del 5 de septiembre de 1959 en el atrio de la hermosísima iglesia barroca de Santa Rosa de Viterbo. Presentó Las aceitunas, de Lope de Rueda; El juez de los divorcios, entremés de Miguel de Cervantes; y dos poemas escenificados, El cántico espiritual de San Juan de la Cruz y las Coplas a la muerte de mi padre” de Jorge Manrique.
Su logotipo lo tomó del exterior de la misma iglesia, la cual tiene unas caras ubicadas en los contrafuertes.
De ahí ya no pararon: Puestas de entremeses y pasos de autores del Siglo de Oro español, farsas francesas medievales, e incluso obras del absurdo como La cantante calva de Eugene Ionesco y Esperando a Godot de Samuel Beckett, además de poesía en voz alta. La compañía se presentó en plazas públicas, pueblos y teatros del Estado y el resto de la República.
El grupo fue fundado por Jorge Galván, Carmen Cepeda, Estela Belaunzarán, Gonzalo Pacheco, Hugo Gutiérrez Vega y Paco Rabell, entre otros.
Por las calles de Querétaro, con su enorme barba, se pasea Enrique Rabell, hijo de Paco. Él conversó con Proceso para rememorar aquellas épocas.
Su padre salió de la compañía para fundar una nueva el 19 de diciembre de 1980: Corral de Comedias. Sus obras se han presentado tanto en la hermosa casona que ocupa, como en espacios internacionales (por ejemplo en el Festival de Almagro, de España, la Casa de México de la Universidad de París, y en Madrid y el Vaticano.
Cuenta Enrique que la obra más exitosa en Querétaro fue Se casó Tacho con Tencha la del ocho, basada en “Boda de vecindad” y otras canciones de Chava Flores. El grupo tuvo más de 800 funciones durante los 16 años que duró en cartelera.
“Nos hemos presentado en penitenciarías, lienzos charros… en fin, todo tipo de espacios. Y hemos hecho política, comedia, comedia musical, farsa… también algunas tragedias, pero a la gente no le gusta ir a llorar al teatro”.
Aunque él no pertenece ya al Corral de Comedias, la compañía sigue en activo y es administrada por parte de la familia Rabell.
A su vez, Cómicos de la Legua cumple 60 años de existencia en septiembre, y las autoridades están trabajando para nombrarla Patrimonio Cultural e Inmaterial del Estado.