CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Aparece el poemario de Felipe Carral y Carral Infancia (Samsara Editorial, 120 páginas), en cuyo prólogo “El vuelo de las palabras” a cargo de Malena Mijares, directora de Divulgación de las Humanidades de la UNAM, leemos:
“Hay aquí una obra llena de sorpresas, un honesto y por momentos desgarrado testimonio de vida. El recorrido es penoso, y merece la pena señalar la valentía con la que Felipe abre las ventanas más íntimas y se sirve de las palabras transmitir sentimientos y temores profundos…”
Pero no todo es desolación en este poemario, añade Mijares:
“El amor es la gran compañía durante el viaje y lo que lo llena de sentido y de luz (…) La música en la poesía es parte de una voluntad de estilo, de un amor por la métrica y un compromiso con la palabra. En este libro hay que agradecer los guiños, los poemas que se convierten en estancias lúdicas y constituyen faros de aliento en medio de la agitada navegación (…) La poesía de Felipe Carral es poderosa: se lee, se entona, se embarca uno con ella en ‘el juego interminable de perseguir el mar’. Así se padecen los miedos del poeta y se navega con él; se goza con sus descubrimientos y se transporta con él y también se agoniza. Este libro nos lleva de la mano en un vuelo de palabras e imágenes habitables, lúcidas, conscientes”.
Infancia incluye una selección de escritos conjuntados a lo largo de 25 años. Esta noche, Felipe Carral y Carral (nacido en México el 17 de octubre de 1966) presenta su poemario en el Club de Industriales, ubicado en Andrés Bello 10, Delegación Miguel Hidalgo, Ciudad de México, acompañado por Malena Mijares. He aquí tres poemas del libro.
TODO
Todo el llanto,
todo el odio del mundo,
toda la tristeza y desencanto,
todo amor, y
todo canto,
toda luz y toda noche,
y toda la tristeza de los mares,
todo azul,
todo encanto,
todas las sorpresas de la infancia,
toda lágrima cedida,
toda muerte.
toda vida,
todo viento que sople por la tierra,
toda el agua,
toda,
toda la tinta morada,
todo verso,
todo escrito,
toda prosa,
todo lo que el loco ha ocultado,
toda tú,
amada mía,
toda,
toda tu sonrisa,
todo cuerpo de pasión,
y de esperanza,
todas las muertes del suicida,
todas las canciones,
toda melodía,
todo el lodo y toda planta,
todo el sol,
todo el diminuto macrocosmos,
todo yo,
toda mi poesía,
todo sentimiento percibido,
toda vida,
todo el corazón ensangrentado,
todas mis memorias y recuerdos,
todo bosque,
todo lo que piensa la marea,
todo el mundo,
y otra vez,
toda la tristeza de la tierra,
toda la alegría de mi llanto,
todo,
absolutamente todo lo
creado y por crear,
todo,
simplemente: todo.
NADA
Nada,
nada de amor
ni llanto
nada de luz,
nada,
nada de agua,
nada de fuentes
ni peñascos,
nada de luna,
nada de noche,
nada,
nada del dolor más dulce
nada de morir,
nada de vida,
nada de luz
nada de canto,
nada para sentir
nada,
nada de sangre en los brazos
nada de sal,
nada de tinta,
nada de mar
ni canto,
nada de lágrimas
nada,
nada de besar el llanto,
nada de querer volar,
nada de aves
nada de viento,
nada que temer,
nada,
nada de vivir
ni dar la vida,
nada para soñar
nada dormida,
nada azul
nada violeta
nada verde,
nada sangre de dolor
de llanto y muerte,
nada de nada,
nada por favor,
nada.
***
Luz desprendida
regada con las risas
con los pasos no, con el correr sin fin,
con la alegría desatada
con la infancia vibrante,
el mundo enfrente
toda la vida
todos los recuerdos
todo el amor
las vivencias puras
la invencible alma que con su juventud, o milenios,
arrebata la oscuridad de su tristeza
y la llena,
la alumbra de paz,
de estrella
de felicidad absoluta.
Ni la muerte se atreve.
nada.
Aquí reina la infancia
los juegos
el imperio de paz.
(Desde Pablo…)