"Herbolaria y Medicina de la Selva Alta Mazateca"

viernes, 12 de abril de 2019 · 21:21
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El Colectivo So’nde xhuen, de San José Tenango, Oaxaca, publica el colorido libro Herbolaria y Medicina de la Selva Alta Mazateca (Xka xki xi tjín ya ngíñá jehá sónng’a ‘Nde Nacínní), en colaboración con Agua de Rayo, A.C. (Plataforma de Creación Etnográfica), primera impresión de 127 páginas PACMyC, Seculta, Gobierno de Oaxaca. Los autores exponen en la contraportada: “Somos el colectivo So’nde xhuen conformado por la familia Apolonio Hernández, el abuelo Apolonio y otros vecinos. Habitamos en la localidad mazateca de Cerro Agua Camarón, un territorio selvático de montañas empinadas, suelos rocosos, y cuevas profundas. Este libro compila conocimientos sobre la herbolaria y medicina tradicional. Aquí les compartimos 84 plantas y 9 animales para atender o prevenir distintos padecimientos, algunos comunes y otros más raros. “Pensamos que los conocimientos botánicos tradicionales de nuestros pueblos son el legado vivo de nuestros ancestros que deben pervivir y seguir transmitiéndose. Deseamos que las nuevas generaciones se interesen cada vez más por estos conocimientos y que este libro los incite a profundizar más en el fascinante mundo de las plantas que nos rodean aquí en la Sierra Mazateca.” Ofrecemos a continuación el prólogo y las notas de la editora Litay Ortega para nuestros lectores (traducción a la lengua mazateca por el profesor Gabriel Carrera García). Prólogo y notas de la editora Este libro recopila los conocimientos sobre herbolaria y medicina tradicional del grupo So’nde Xhuen de la comunidad Cerro Agua Camarón en el municipio mazateco de San José Tenango, Oaxaca. Este grupo está conformado por la familia Apolonio Hernández, Epifanio Apolonio y vecinos de Sitio Caballero, Agua Iglesia y Patio Viejo. Cerro Agua Camarón es una localidad muy pequeña del municipio mazateco de San José Tenango, enclavada en lo alto de un cerro que congrega a tres familias. Únicamente se puede acceder a dicha comunidad caminando por veredas empedradas. En Cerro Agua Camarón así como en las comunidades aledañas se habla casi exclusivamente la lengua mazateca. El español se usa en la escuela y en los negocios ocasionalmente. La comunidad se halla rodeada de cerros cubiertos de un bosque tropical sub-perennifolio, es decir de un bosque de verdor perenne cuyo clima es cálido y extremadamente húmedo. Existen numerosos manantiales que proporcionan agua potable, algunos muy pequeños que se secan en los meses áridos y otros en los que nunca escasea el agua. En los montes aledaños habitan tigrillos, armadillos, tucanes, jabalíes, caracoles, tepescuincles, lagartijas, cacomixtles, temazates, serpientes, lechuzas, ceretes, zorrillos y muchos otros animales silvestres. Algunos son comestibles. Hay que precisar que en estas comunidades solo se practica la caza ocasional. La gente suele ir al monte a cazar 1 o 2 animales y casi siempre para consumo exclusivamente familiar. Una de las actividades más relevantes cultural y económicamente es la siembra de frijol, platanar, malangar, flor de cempasúchil, quelite, chayote, xochicahui y guaxmole según la elección de cada familia. Abundan los árboles frutales de mamey, guayaba, naranja, limón, nanchee, guanábana, aguacate, chinene, café y guajinicuil. Em los solares o traspatios, las mujeres siembran hierbasanta, estafiate, hierbabuena, epazote, tabaco, llorasangre, orégano, tronadora de huesos y muchas otras plantas comestibles y medicinales. En los patios se crían pollos, guajolotes, cochinos y en ocasiones patos. Perviven el xayá y el chaon, prácticas de reciprocidad vecinales en las que se intercambia mano de obra, primas de cosechas y comidas entre vecinos, amigos y familiares para llevar a cabo los trabajos de la construcción y del campo (rozar, cultivar, cosechar). Por otro lado, se realizan las faenas o xábasen a escala comunitaria para construir o darles mantenimiento a escuelas, iglesias, panteones, brechas y veredas. En ambas participan hombres y mujeres. En el ámbito de la salud pública, las clínicas más cercanas no cuentan con personal médico de planta, y la mayoría de las veces carecen de fármacos. Por esta y por otras razones más profundas, sigue arraigada la cultura de curarse con hierbas medicinales del solar o del monte. En caso de haber sido mordida por una serpiente, es importante que a la persona afectada se le proporcione lo más pronto posible un remedio herbolario que disminuya o frene el efecto del veneno pues el antídoto únicamente se aplica en el hospital de Huautla y se halla muy lejos de la comunidad (en tiempo de traslado efectivo entre 3 o 4 horas). Hay que destacar que existen en estas comunidades personas muy longevas que superan los 90 e incluso los 100 años y son testimonio de la calidad de los alimentos, del aire, del agua y por supuesto también de la efectividad de los remedios naturales. Felipe de 54 años y Juana de 45 años llevan 20 años trabajando como médicos naturistas en la región. Atienden a las personas en su casa, venden preparados de hierbas en la plaza de Tenango y también los llevan a domicilio a Llano de Árnica, Agua Golondrina, Cerro de la Cruz, Puerto Buenavista, campana u otras localidades. Epifanio Apolonio de 82 años es curandero o chjota shiné desde hace décadas y también receta hierbas a las personas que acuden con él. Los remedios que a continuación vamos a exponer son fruto de la experiencia compartida de Felipe, Juana y Epifanio: la mayoría se los han transmitido sus padres y abuelos, muchos se los han compartido amigos, vecinos, médicos naturistas y otros los han aprendido en talleres comunitarios. Todos los remedios listados han sido probados con personas de Tenango y han dado resultados favorables. Les recomendamos no excedan las dosis indicadas. Lo importante es atender los malestares a tiempo para que no se conviertan en padecimientos crónicos. Las descripciones de las plantas se elaboraron a partir de las continuas observaciones de Felipe, Juana y los niños. Proporcionan información práctica para que la gente localice e identifique las plantas y las siembre en sus solares o patios. Las definiciones de las enfermedades las escribieron Juana y Felipe basándose en la experiencia de haber criado a sus 12 hijos. Los orígenes de las enfermedades los formularon ambos según su propia cosmovisión, a veces en acuerdo y otras veces en franca contraposición a ciertas concepciones hegemónicas de la medicina alopática. Es importante precisar nuevamente que sus conocimientos médicos y herbolarios se han ido reconfigurando conforme han tenido intercambios enriquecedores con personas provenientes de distintas disciplinas o regiones. Todos los nombres de las plantas y de las enfermedades figuran tanto en español como en mazateco. La identificación científica de las plantas la realizamos Felipe y la que escribe, hojeando manuales de herbolaria y consultando plataformas virtuales como la Biblioteca digital de la medicina tradicional mexicana y Naturalista en donde pudimos corroborar algunas identificaciones con biólogos que genuinamente nos prestaron su ayuda. También acudimos al Herbario Nacional a identificar tres ejemplares precisos. Algunas plantas podrían no corresponder con el individuo propuesto si bien la mayoría de las familias están corroboradas. La intención de haber buscado los nombres científicos es que los interesados puedan seguir indagando más sobre cada planta y puedan descubrir sus propiedades farmacológicas o químicas. Cuando estimamos que era enriquecedor, añadimos informaciones históricas o farmacológicas de algunas plantas. Todos los dibujos fueron realizados por los hijos de Juana y Felipe: Judith, de 14, Juana de 12, David de 11. Mateo de 9, María Sabina de 8, Emmanuel de 6 y Dionisio de 4 años. El mapa de fauna fue elaborado por Mateo, David y Emmanuel. Las fotografías de las plantas así como la edición del libro fueron realizadas por su servidora siempre en activa colaboración con la familia. Li, editora.  

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