Turismo y descuido en Notre Dame

miércoles, 17 de abril de 2019 · 13:18
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Consternado, el arquitecto Sergio Zaldívar apenas da crédito al incendio ocurrido este 15 de abril en la Catedral de Notre Dame, en París, Francia, considerada obra maestra del arte gótico. “Lo que pasó es terrible”, dice, y no oculta su enojo porque ante la monumental afectación a este patrimonio universal, las primeras declaraciones, como la del rector-arcipreste de Notre Dame, Patrick Chauvet, destacan que se salvó la corona de espinas de Jesús de Nazaret que los soldados romanos le pusieron. Se trata de una reliquia que, junto con otras --entre ellas un fragmento de la Cruz del Calvario y uno de los clavos de la crucifixión--, adquirió en Constantinopla el rey Luis IX de Francia, cuya capa también se dijo que se salvó, y supuestamente llevadas desde Siria y Constantinopla. Originalmente serían albergadas sen la Sainte-Chapelle, pero se llevaron a Notre Dame. A decir de Zaldívar la famosa reliquia y la capa “son una mentira del tamaño del mundo, son estupideces, no tienen ninguna importancia, más que para quienes quieran solazarse en ellas”, y no puede ocultar la indignación ante lo que considera el auténtico valor: “¡Se quemó el patrimonio de la catedral! No hemos podido ver cuánto, pero por la dimensión de las llamas, podemos pensar en el coro de los reyes, las esculturas, pinturas, los vitrales y rosetones seguramente volaron… Y dicen que prácticamente se ha salvado toda la estructura, pero es muy relativo, habrá que ver cómo están las piedras recalentadas de la bóveda y parece que una bóveda sí se cayó”. Y lamenta el manejo de la información oficial acerca del incendió que ocurrió en el contexto de un proyecto de restauración. De hecho, una de las primeras hipótesis es que partió de los andamios del techo montados para la intervención: “Parece que hay una intención evidente, rápida, política, de tratar de responsabilizar no sé a quién, al Espíritu Santo, cuando debió ser un descuido pavoroso. Si hay gentes trabajando no debe haber descuidos. Ojalá no vayan a querer vincularlo después al terrorismo”. Responsable del magno proyecto de rectificación geométrica de la Catedral Metropolitana en la Ciudad de México en los años 80, que logró revertir en casi un metro el hundimiento diferencial del monumento virreinal, Zaldívar manifiesta también su molestia por el acento que se pone en las afectaciones al turismo, cuando se trata de un patrimonio cultural (inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura). Recuerda cuando durante los sismos de 2017, el entonces secretario de Turismo, Enrique de la Madrid Cordero, frente al patrimonio destruido, ponderó las afectaciones al turismo, “sabiendo que es el gran negocio, y se olvidan de que es un patrimonio que hay que proteger y no prostituir con las rentas del turismo nada más así”. Al respecto, toca temas que están en el ambiente: el proyecto del Tren Maya que podría afectar el patrimonio arqueológico de la península de Yucatán, si sólo tiene como fin desarrollar el turismo; y que se siga permitiendo que miles de personas suban a las pirámides, como en Teotihuacán, durante la llegada de la primavera. Piensa que en todo el mundo debería de haber ya sitios restringidos: “Como las Cuevas de Altamira, fijar cuántos visitantes se van a permitir al día y no estar abiertos a que el turismo venga a depredar”. Notre Dame, subraya, debe ser el ejemplo del cual todos deben aprender. Enfatiza el gran acervo creado desde los siglos XI al XIII por manos artesanas anónimas, que “son maravillas y no sabemos aún que haya pasado ahí adentro, pero creo que debemos de andar con mucha prudencia, orientar a la comunidad sobre el daño cultural causado por factores perfectamente predecibles: “Una intervención no puede tener ese tipo de descuidos y las iglesias están en peligro. Yo quitaría cualquier resto de cables eléctricos que no funcionan, nada de velas o veladoras, hay que ser más restrictivos en esas cuestiones, y sobre todo dejarse de iluminaciones y fiestas nocturnas para atraer turismo en centros que deben ser protegidos”. Y al recordar la larga historia de más de 850 años de este monumento emblemático, pide poner atención en la catedral de la ciudad de Reims, también un ícono del gótico, cuya historia se remonta ocho siglos atrás. El presidente francés Emmanuel Macrón ha señalado que Notre Dame será reconstruida, lo cierto es que no volverá a ser la misma.

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