CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Los asistentes al concierto de Silvana Estrada en el Teatro de la Ciudad, lleno en su totalidad, estarán de acuerdo: el de anoche se trató de un show que ha de marcar el despegue artístico de la veracruzana, pues no sólo logró llevar la intimidad de las presentaciones a las que está acostumbrada a un espacio único como el Esperanza Iris, sino mostrar en un performance especial los temas del que serán su primer disco: Marchita.
Ya desde una hora previo al show, jóvenes y adultos preguntaban la posibilidad de obtener entradas, pero estaba agotado, incluso los revendedores se acercaban discretamente a los asistentes para saber si sobraban boletos, pero nada.
Así, entre las primeras gotas de la lluvia que avizoraban una llovizna, a las 19 horas en punto, inició el concierto con el chileno Benjamín Walker, quien con guitarra en mano y cinco canciones se apropió del teatro.
“Disculpen si mis letra los deprime --atinó a decir-- pero ahora mismo es temporada de invierno en Chile, y a nosotros los chilenos nos deprime mucho el frío, pero ahora viene Silvana y les levanta el ánimo”, expresó el músico que también se presenta hoy en el Foro del Tejedor a las 17 horas.
Tras casi media hora después llegó el momento esperado, y una vez que se prendieron y apagaron las luces del escenario salió Estrada, descalza, ataviada con un vestido largo de un tono rojo encendido, y el pelo suelto y quebrado cayendo sobre sus hombros.
[caption id="attachment_584887" align="alignnone" width="6063"] Estrada. Foto: Cortesía Carla Danieli.[/caption]
La recibieron aplausos exorbitantes de seguidores y los gritos de “Te amo” y “Chingona”, esta última, “Chingona”, fue la que más veces se repitió a lo largo del concierto, quizá para describir la breve pero hasta ahora gran historia de la cantante que dejó la casa muy joven decidida a estudiar música, luego la escuela por irse a una aventura musical logrando cantar con el jazzista Charlie Hunter, o simplemente quizá el hecho de que sin disco de por medio ya llenó un Esperanza Iris.
Luego de un breve intro a capella, la cantante tomó la guitarra e interpretó el tema “Un día cualquiera”, en donde la siguió el piano (Roberto Verástegui), en “Qué problema” se sumó la batería (José Andrés Márquez), en “Detesto en mí” el contrabajo (Luri Molina) y para “La Corriente” el saxofón (Diego Franco), haciendo en cada tema un eco musical especial conforme se añadían los instrumentos.
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Para la tan esperada “Carta”, el más reciente sencillo del que será su primer disco que se titulará Marchita, la cantante agradeció el apoyo del público tras una dinámica realizada a partir de ese tema, y a sus padres y hermano que estuvieron presentes, y a quien también les pidió disculpas por traerlos del campo a la contaminada pero bella Ciudad de México.
Siguió Te guardo una de las más conocidas (con 7.4 millones de visualizaciones en YouTube) y coreadas por el público; y para “El agua y la miel2 se hizo acompañar por la dibujante Jimena Estíbaliz, quien a través de acuarelas que hacia al momento dio vida a las letras y la música de la veracruzana, dibujos cuyo proceso se proyectaban en pantalla, la sincronía entre las artes logró captar la atención del público.
Tras “Casa”, llegó “Marchita” que da título al que será su primer disco, “Brindo” y luego un inesperado “Cielito lindo” a dueto con Benjamín Walker en una versión de folclor, después “Se me ocurre” y “Al norte” una de las más conocidas a través de redes sociales.
[caption id="attachment_584888" align="alignnone" width="6510"] Música y performance. Foto: Cortesía Carla Danieli.[/caption]
“Milagro y desastre”, “Ser de ti” y “Sabré olvidar” marcaron los últimos minutos de la velada, y tras regresar a la cantante con aplausos la despedida corrió a cargo de “Tonada de ordeño”, en donde la cantante hizo de la voz el elemento base manipulando un pequeño sintetizador a partir de diversos sonidos.
Si bien es innegable el manejo de escenario y voz que tiene Silvana Estrada, quizá el único detalle que saltó a lo largo de la noche fue la dicción, nada que no se pueda solucionar.
Así tras un concierto marcado por el trabajo de una mayor producción con cerca de dos horas y media de espectáculo, la cantante selló el que seguramente será un antes y después en su carrera musical.