CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Cerrado para realizar estudios y trabajos de reestructuración, restauración y limpieza, la Columna de la Independencia, edificada para las fiestas del Centenario de la Independencia en el régimen de Porfirio Díaz, no es escenario de los festejos patrios de este 2019. Conocido como “el Ángel”, aunque es en realidad una Victoria alada, el monumento fue resignificado por el movimiento que lucha contra los feminicidios y la violencia hacia las mujeres, durante la marcha del pasado 16 de agosto, cuando el basamento y el primer cuerpo de la columna fueron pintado con diferentes escritos y frases de protesta. Ahora será restaurado pues sufrió daños en su estructura durante los sismos de 2017, con un presupuesto de entre 11 y 13 millones de pesos, informó a los medios el secretario de Cultura de la Ciudad de México, José Alfonso Suárez del Real. El miércoles 11 se colocaron los andamios para la primera etapa de las obras. El colectivo Restauradoras con Glitter pidió, tras la marcha de agosto, que antes de cualquier intervención se les permitiera el ingreso para poder documentar y guardar el registro de las pintas. La directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Lucina Jiménez, les dijo extraoficialmente que contaban con 2 días, con horarios restringidos para dicha labor, y finalmente se les extendió el plazo a dos días más. Las restauradoras han insistido en que no se oponen a la restauración estructural, por los daños de los sismos, pero piden que las pintas permanezcan al menos un año para que se dé respuesta a las demandas del movimiento contra la violencia hacia las mujeres, como ha ocurrido en otros monumentos internacionales y ponen como ejemplo el Arco del Triunfo, de París, Francia, que en 2015 quedó temporalmente como un memorial a las víctimas de los ataques terroristas. Hasta el momento no han recibido respuesta, pero expresan que estarán atentas y no “quitaremos el dedo del renglón hasta ver que los índices de la violencia disminuyen significativamente”.