Subastador francés considera 'ridícula” queja de México y vende 120 piezas prehispánicas por 1.2 mde

miércoles, 18 de septiembre de 2019 · 15:44
PARÍS (apro).- La queja interpuesta por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) a través de la Fiscalía General de la República (FGR) para pedir al Ministerio de Justicia francés su intervención para cancelar la subasta de más de un centenar de piezas prehispánicas precolombinas, no hizo mella. El miércoles, la Casa de subastas Millon puso a la venta en el ostentoso Hôtel Drouot en Paris más de 120 piezas milenarias por las que obtuvo 1.2 millones de euros.
“Que chistoso, cuanto más sube el precio, menos se pierde la audacia”, bromeó Alexandre Millon, subastador de la Casa de subastas Millon. “39 mil euros para esta mascara… Hay barreras psicológicas como esas que se resisten. ¿nadie propone más?” dijo, mientras mostraba una máscara teotihuacana de entre 450 y 650 DC que al final se vendió por 48 mil euros.
Y así, más de 120 piezas milenarias prehispánicas fueron subastadas por la Casa Millon, por un total de 1.2 millón de euros (más de 25 millones de pesos). De las piezas 95 son de arte precolombino de México principalmente de Teotihuacán, Guerrero, Oaxaca y las regiones Olmeca y Maya, y pertenecían a la colección privada de Manichak y Jean Aurance, una pareja parisina de “artistas” burgueses, quienes adquirieron una seria de obras saqueadas y traficadas en los años 60. Entre estas había una estatua de Coatlicue “única representante de su género”, probablemente robada en la Ciudad de México, también una estatua de Chalchiuhtlicue y distintas obras de la cultura Maya, entre ellas una vasija donde se representa el dios Chaac y una estatua de un sacerdote maya. Varias de las piezas fueron saqueadas de México, mientras que otras podrían ser falsificaciones. La casa de subasta no quiso doblegarse El gobierno de México, reprobó la venta de las piezas y pidió a Millon que cancelara la venta “como primer paso hacia la restitución de los bienes culturales auténticos de México”. Sin embargo, Millon no quiso dar un paso atrás y denunció un golpe político por parte del embajador Juan Manuel Gómez–Robledo: “Si el embajador reivindica piezas que considera él mismo como falsas, es muy triste para México”, lamentó.
“Ese lote número 47 es una obra teotihuacana del Estado de Guerrero... o de otro estado, no me acuerdo», bromeó Serge Reynes, experto en obras quien anunciaba las piezas. “Oiga, ¿hoy está usted cansado?”, fingió Alexandre Millon, tratando de instalar el buen humor en la sala de subasta.
De 600 a 300 mil euros gastados por obras milenárias Al ser anunciado el lote 71, se presentó la pieza más valiosa de la colección privada: una estatua de Chalchiuhtlicue de la época imperial Maya fechada entre 1350 y 1521 DC, y con un precio estimado entre 40 y 60 mil euros (entre 856 mil y un millón 284 mil pesos). La subasta empezó en 40 mil y subió desde la primera apuesta a 100 mil; “260, 270, 280, ¡ándele vamos por más!”, se extasió el Sr Millon. En la sala, una señora atada a su celular repetía las apuestas de un posible adquiriente por teléfono, subiendo la propuesta a 285 mil euros. Después de cinco minutos de apuestas, la estatua se fue por 290 mil euros, (seis millones 209 mil 434 pesos), bajo los aplausos de la asamblea. “¡Regálense lo mejor! ¡Se lo merecen!”, no dejó de cantar el Sr. Millon. Una cabecita olmeca fue adquirida por una señora de unos cincuenta años. Apenas se había caído el martillo del subastador la señora se levantó, se apuró, sacó unos boletos de cientos de euros y se llevó la estatua. Sin mirar detrás de sus hombros, salió por las puertas. Se había adquirido una parte del arte mexicano milenario por tan solo 700 euros. Una queja “ridícula” según Millon A pesar de las denuncias del gobierno mexicano, el Sr. Millon declaro haber llevado a cabo la venta “en total respeto a los criterios de la UNESCO” y consideró “ridícula” la queja de México.
“No nos pertenece juzgar la legitimidad de las reivindicaciones o juzgar la moral o de la historia. Tenemos la obligación de juzgar por el prisma de la legalidad”, argumentó.
En París, el embajador Gómez-Robledo recordó que “la comercialización de piezas arqueológicas genera condiciones favorables para el recrudecimiento de los saqueos de tales ejemplares por parte del crimen organizado, a través de excavaciones arqueológicas ilícitas”, y que “es un factor propenso a la falsificación, banalizando bienes que tienen un valor inestimable para los pueblos indígenas, que representan más de 15 millones de personas en mi país”. En total, son 95 obras del arte arqueológico prehispánico de la zona de México que se fueron en colecciones privadas, por más de 25 millones de pesos.  

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