Tomás Urtusástegui, In memoriam

sábado, 11 de abril de 2020 · 13:26
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).– Cuando una vida es bien vivida alcanza hasta para dos. Tomás Urtusástegui es el claro ejemplo de alguien que no perdió ni un minuto de su preciado tiempo. Empezó su vida laboral como médico cirujano egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, y terminó como uno de los más prolíficos y reconocidos dramaturgos. Comenzó a escribir en 1993, a los 50 años, luego de su retiro. Y desde entonces no paró. Se inscribió al taller impartido por Hugo Argüelles y luego al de Vicente Leñero. Hizo tanto que hasta para mencionarlo hay que tomar aire. En 37 años escribió más de 400 obras de teatro (la mitad de ellas estrenadas), con adaptaciones, historias originales, monólogos y pastorelas; en televisión hizo guiones para los programas de Silvia Pinal, cuentos para el inolvidable Enrique Alonso Cachirulo, programas educativos y televiteatro; colaboró en el periódico unomásuno y en las revistas Escénica y Primera llamada; hizo el guion del cortometraje (inspirado en su obra) Carretera del Norte, dirigido por Rubén Rojo Aura; programas de radio para el IMER y Radio Educación; prólogos de distintos libros, y hasta un Manual de dramaturgia. Sus obras, entre ellas Huele a gas, Cupo limitado, Sangre de mi sangre y Carretera del Norte se han presentado en Argentina; Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Holanda, Honduras, Perú, ganó el premio Juan Ruiz de Alarcón y la presea Nezahualóyotl al mérito de la Sociedad General de Escritores de México; dio clases en ésta, en Televisa, el Instituto Politécnico Nacional y en la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión; y fue presidente de la Asociación Internacional de Críticos de Teatro de la Unesco. La noche del 8 de abril, a sus 87 años, la vida le puso un alto a su alborotada pluma. Pocos dramaturgos fueron tan dadivosos al momento de ceder los derechos de sus obras a compañías escolares e independientes. Tampoco dejó de acordarse de la crítica teatral, cuando hizo un escrito de agradecimiento a Benjamín Bernal por sus críticas, iniciando con un fragmento que pinta todo el asunto: “El teatro es quizás el arte más efímero que existe. Una escultura se conserva siglos enteros, lo mismo una pintura, un libro. El teatro vivo, el único verdadero, el que se hace sobre un escenario, dura muy poco tiempo y desaparece para siempre. Si no existiera la crítica o la crónica no nos enteraríamos de su existencia. (…) Críticos y cronistas están en vías de extinción, como muchos seres de la naturaleza. Muchos estados no cuentan con uno solo de ellos. Los periódicos han ido suprimiendo todo lo cultural y sobre todo la crítica. No existe una sola escuela para preparar nuevos escritores que se interesen en analizar las puestas. Ningún crítico, que yo sepa, vive de su trabajo en México.” Hoy la comunidad teatral se ensombreció, llenando sus redes sociales de mensajes y fotos en agradecimiento al maestro de maestros Tomas Urtusástegui. Sus hijos Óscar, Adrián y Karol anunciaron que al término de la contingencia (como consignó Niza Rivera en la agencia Apro), se llevará a cabo el merecido homenaje en el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura. https://www.proceso.com.mx/625219/habra-homenaje-al-dramaturgo-tomas-urtusastegui

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