Carlos Reygadas exalta la importancia del Foprocine y el Fidecine

domingo, 24 de mayo de 2020 · 22:29
CIUDAD DE MÉXICO. - El Premio a Mejor Director en el Festival de Cannes del 2012 por Post tenebras lux, Carlos Reygadas destaca que “son fundamentales” el Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (Foprocine) y el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine) con sus objetivos diferentes. Los dos órganos han estado en peligro de desaparecer en plena pandemia. El pasado 2 de abril se conoció el decreto del presidente Andrés López Obrador (fue publicado en el Diario Oficial de la Federación) para la extinción de los fideicomisos públicos, y la Secretaría de Cultura (SC) presentó ante Hacienda y la Función Pública una solicitud de excepción para Foprocine, y para el 17 de abril, la misma SC informó en un boletín que el Foprocine se mantenía, pero se fusionará con Fidecine. Luego, el pasado 20 de mayo, en la sesión virtual de la Cámara de Diputados se presentó una iniciativa para anular los artículos 33, 34, 35, 36, 37 y 38 en la Ley Federal de Cinematografía (que corresponde al Fidecine), firmada por Mario Delgado, coordinador de Morena en esa instancia legisladora, pero el 21 del mismo mes, tras una invitación a Delgado por parte del también morenista Sergio Mayer Bretón, presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara Baja, para dialogar en torno a Fidecine con la comunidad fílmica, el primero desechó la propuesta. A Reygadas --igual realizador de obras destacadas como JapónLuz silenciosa (Premio del Jurado en el Festival de Cannes del 2007), y Donde nace la vida-- se le pregunta, ¿qué opina de la fusión de el Foprocine con el Fidecine cuyas finalidades son distintas? En sentido más amplio ¿qué opina de que pueda suspenderse el sistema de ayudas públicas al cine?, y responde: “Todos los Estados exitosos saben que la coproducción cultural es un tema estratégico y no un asunto de política. No es casualidad que los países con mayor prestigio en el mundo --al margen de nuestros gustos personales—han tenido las cinematografías más influyentes: Estados Unidos, Francia, Japón, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el Reino Unido, Italia antes y China hoy..., y las apoyan todos con fondos ad hoc, a excepción de Estados Unidos que funciona con su peculiar sistema simbiótico de intereses industria/gobierno”. Continúa: “Plantear esta temática como un asunto de prioridades es improductivo pues las necesidades humanas están interrelacionadas, y aunque comer, tener techo, salud y educación son las bases incuestionables de la sociedad, ¿qué sería del ser humano sin escuchar música, disfrutar del ocio en paz y expresarse en libertad, por ejemplo? No cabe duda de que lo básico perdería valor y la vida algo de sentido… La realización del ser humano requiere de un pensamiento integral y complejo: no somos aves de corral”. Rememora: “Antaño hubo mecenazgos de otra índole, cultural, social y religiosa; cuando la productividad no lo dominaba todo. Así se construyó la cultura de los pueblos del mundo. Hoy el Estado debe tomar parte de ese papel de coadyuvante de la ciudadanía, bajo riesgo de que lo que nos defina sea por entero lo que nos venden. Por esto pienso que un fondo como Foprocine, que está destinado al cine de autor, es fundamental para una sociedad que garantiza diversidad a sus miembros, cuida a las minorías como parte de su totalidad social y contribuye a la construcción de la imagen de un país, la que impacta directamente en su economía”. Sigue con el otro instrumento de apoyo: “El Fidecine, en cambio, es un fondo para cine con vocación comercial. Podríamos preguntarnos si el Estado debe participar en negocios particulares y suponer que, si uno de los fondos sobrara, sería este. Pero no es así: más allá de la acción cultural del Estado puede convenir inyectar una cierta cantidad de dinero en un sector económico si lo que este produce a cambio es mayor de lo invertido, generando puestos de trabajo, una industria activa y productos de consumo gravable. Esto es acción económica elemental: ¡keynesianismo puro, que hasta los gobiernos más conservadores aplican, no se diga los progresistas!”. Reygadas, nacido en la Ciudad de México en 1971, resalta: “Estas instituciones de acción estatal, con sus funciones específicas cada una, son fundamentales para una nación exitosa y diversa. Quién sea que las creo es irrelevante: la realidad es que fue uno de los gobiernos a nuestro servicio, nada más… Desapareciendo estas instituciones no seremos más ricos, tan sólo perderemos potencia cultural, incluida nuestra imagen, la que nos hace el séptimo destino mundial en turismo con todo y el infierno que nos abrasa aquí dentro. Es decir, a cambio de un poco de dinero en la caja chica, dejaremos de hacer una de las cosas para las que somos buenos y que beneficia a la nación entera”. --Tras esta emergencia sanitaria, ¿cómo cree que se pueda sacar adelante al cine nacional? --Enmendando las instituciones públicas que funcionan, sin desmantelarlas, y garantizando la libertad creativa que reconoce y explicita nuestra Constitución”. En tanto, el 15 de abril se publicó en la Gaceta Parlamentaria de la Cámara de Diputados la iniciativa para reformar los artículos 37 y 38 de la Ley Federal de Cinematografía para incluir al Foprocine en dicha legislación y que sea independiente de Fidecine. La firma Sergio Mayer Bretón y la avalan todos los miembros restantes de la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara Baja.

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