'Noche en La Habana” con Ibrahim Ferrer Jr., este viernes 7

viernes, 7 de agosto de 2020 · 00:43
CUIDAD DE MÉXICO (apro).- Con el espectáculo virtual “Una noche en La Habana”, el cantautor Ibrahim Ferrer Jr., hijo del gran veterano de Buena Vista Social Club, Ibrahim Ferrer Planas, transportará a su público hacia el espíritu de la isla de Cuba a través de sones, guarachas, boleros, chachachá, rumba y bachata, este viernes 7 a las 20:30. Ferrer Jr. se presentará con su ensamble para la iniciativa Reactivación del Entretenimiento y la Música en México (REMM), en el Pepsi Center de la Ciudad de México, que busca impulsar a la industria musical por la pandemia. En entrevista con apro, el tigrillo sonero cubano adelanta que su acto intitulado “Una noche en La Habana” permitirá rendir un homenaje dedicado a su talentoso padre, en su 15 aniversario luctuoso (el tigre mayor del son murió 6 de agosto de 2005), además de llevar a sus seguidores por un viaje “bien pensado y sincopado” hacia su amada isla: “¡Para aquellos que no pudieron escuchar a El Buena Vista es el momento!” Pero, además, si no han tenido la gracia de conocer La Habana, será un espectáculo parecido a lo que pasa ahí en sus lugares donde se desarrolla todo tipo de música. La nostalgia siempre existe, no se pierden los orígenes, ir a Cuba siempre llena a cualquiera”. Y citó lo dicho por el poeta Eliseo Alberto acerca del son cubano en preámbulo al libro “Son de Cuba”, de Tomás Casademunt en Trilce Ediciones: “La música es nuestro ombligo, el cordón umbilical que nos emparenta, con más pureza genética que ninguna otra manifestación artística, desde el surgimiento de la nacionalidad hasta el día de hoy, que ya se nos empieza a quedar atrás como un recuerdo. De las costas de África y los puertos de España a las playas azules de la isla, de la colonia a la independencia, del tambor a la guitarra, de la independencia a la república, de la danza al danzonete, de la república a la revolución, de la alegría a la tristeza, la aguja de la música va zurciendo los rotos de la vida para tejernos a todos en un mismo abrigo… En Cuba, hasta los más torpes sueñan con ser músicos y tocar en una plaza.” Del mismo modo, Ferrer Jr. afirma que se siente contento porque el show en streaming (con venta de boletos en el sistema E-ticket) remunerará un estímulo económico para su equipo de trabajo y artistas invitados, lo que conjuntamente proveerá un aliento para sus “fans” en confinamiento: “El músico es como una fábrica, una maquinaria de hacer música, este tiempo de confinamiento nos ha permitido prepararnos más y seguir cantando, buscando los lugares indicados donde podamos trabajar. Agradecemos a REMM, porque virtualmente nos podrán ver en el mundo, ahora es el momento de dar, no importa que la paga sea poca, es un trabajo profesional”. Sin embargo, lamenta la falta de apoyos hacia músicos, artistas, el sector cultural y de los espectáculos, así como para personas vulnerables, lo cual, afirma, generará convulsiones mundiales. “Nosotros somos parte de la cultura, buscaremos la calle si nos la quitan; si esto sigue así en el mundo habrá una explosión social. Los gobiernos deben buscar las posibilidades para la gente que más necesita. No existe enfermedad sin la posibilidad de una cura, tuvimos la porcina y avícola, la peste negra, de todas logramos salir.” Hay que recordar que en septiembre del año pasado Ferrer Jr. debió suspender sus conciertos en el Teatro de la Ciudad por causas de fuerza mayor. Sin hurgar en cuestiones políticas, el artista nacido Santiago de Cuba resalta que, ante la diversidad de pensamientos, prefiere abstenerse de acusar a cualquier gobierno, pues “desde siempre mi política ha sido la música, soy un embajador de la música y la cultura”.

Afrocubanísima sonora

Ibrahim Ferrer Jr. actualmente reside en Buenos Aires, Argentina; no obstante, quedó varado en la Ciudad de México por compromisos laborales, situación que le hizo remover los recuerdos de que él nunca huyó de su país natal: “Yo jamás dejé Cuba por lo político, social o económico. A mí no me agarró eso, a mí me agarró el amor. Nunca tuve problemas, yo era marino y cuando llegué a Buenos Aires, mi sobrina vivía ahí, conocí a una persona y nos casamos”. Su vida retomó la esencia y ahora goza de una carrera musical de 20 años, donde ha honrado las huellas felinas de su patriarca Ibrahim Ferrer Planas (1927-2005). Como sucesor destaca que la estafeta también corre a cargo con el canto de sus hijas, Liz y Yarahy, en el proyecto Black Gold, donde también están mujeres de su familia: Annett Jova Ferrer (percusionista y vocalista) y Norma Ferrer (cantante). “En la familia Ferrer la mayoría son mujeres, mis hijas son mujeres, mis hermanas tienen hijas, todas rompieron el paradigma del varón, todas son revolucionaras, van al frente y me aconsejan, además son la juventud y están arriba de mí, ellas son las que llevan el legado de mi papá, son las que avalan a los Ferrer y somos los que continuamos la tradición que no se ha perdido. La herencia que nos dejó mi padre es de la sencillez, del orgullo de ser cubano, las raíces no se pierden”, exalta. Además de difundir el patrimonio musical del Buena Vista Social Club, Ferrer Jr. concluye que también es importante evolucionar en una sonoridad propia para trascender artísticamente como un estandarte de la cultura cubana: “Llegué a participar en el Buena Vista, también cantaba con mi padre o en los carnavales. Entonces, queremos tener un avance y una identidad, mantener la música tradicional y antigua con lo evolucionado. Hacemos jazz y soul, pero el bolero no se pierde, nunca. En este próximo concierto verán desde los orígenes, con la influencia latinoamericana, y un poquito de sonidos de cada uno de los músicos jóvenes que me acompañan y se expresan libremente, todos graduados de escuelas”. Con 63 años de edad, Ibrahim Ferrer Jr. participó y grabó en el disco y el film “Buena Vista Social Club” de reconocimiento mundial. En 2008 ganó el premio Carlos Gardel como Mejor Álbum Nuevo Artista Tropical por “Al son de un homenaje”. Colaboró con el Buena Vista Social Club como cantante invitado en Buenos Aires en el Luna Park (2012), en Curitiba, Brasil (2013), y durante el “Adiós Tour” también en el Luna Park (2015).

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