El CCC en 45 años, metáfora de la resistencia

domingo, 9 de agosto de 2020 · 21:19
El Centro de Capacitación Cinematográfica, como plantel, no sólo ha formado a varias generaciones de cineastas destacados, sino que en cantidad de minutos filma más historias al año que cualquier otra casa productora. No obstante, ha sufrido embates incomprensibles, como el de Vicente Fox, que quiso eliminarlo. Su titular Alfredo Loaeza habla de mantener su conexión con la comunidad en este año fatídico, y evalúa su historia al lado de los directores Natalia Beristáin, Jorge Michel Grau y Jorge Fons. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Reconocido a nivel internacional, el Centro de Capacitación Cinematográfica  (CCC) cumple 45 años en este 2020 difícil para la humanidad por el covid-19, y su director Alfredo Loaeza resalta: “Pero la escuela siempre ha resuelto las vicisitudes con su espíritu de comunidad y su conciencia de la importancia que juega en la cultura nacional.” El CCC fue fundado el 15 de julio de 1975. El documentalista Carlos Velo recibió la primera titularidad, con un consejo directivo presidido hasta su muerte en 1983 por el destacado cineasta Luis Buñuel. Por teléfono explica Loaeza, sonidista, asistente de dirección y gerente de locaciones: “surgió la necesidad de contar con un centro que habilitara los oficios del cine: dirección, guion, fotografía, edición, sonido, producción, en fin. No fue concebida como una escuela de intelectuales o cinéfilos o académicos. “Que Carlos Velo fuera el primer director fue determinante para perfilar la misión y la esencia con un enfoque humanista, que cree en el cine de autor y posee una altísima especialización. Cada una de las personas que entran pasan por distintas especialidades y las ejecutan.” Después de Velo, el responsable del CCC (organismo de la Secretaría de Cultura federal) fue el realizador Alfredo Joskowicz, quien con su experiencia como alumno en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM, ahora Escuela Nacional de Artes Cinematográficas, “logró aterrizar un plan de estudios”. Les siguieron Eduardo Maldonado, Gustavo Montiel, Ángeles Castro, Henner Hofmann y Marco Julio Linares. Hacia 2005, el centro recibió el Premio a la Excelencia Académica en el Festival de Escuelas de Cine de Tel Aviv, Israel. Ha obtenido más de 700 galardones y reconocimientos nacionales e internacionales, y es parte de la Asociación Internacional de Escuelas de Cine y Televisión y de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos. Loaeza (DF, 1977) evalúa la escuela tras cuatro décadas y media: “sería falsamente optimista si dijera: ‘no, ¡pues todo está increíble!’. Es una época en la cual estamos enfocados a usar la imaginación para seguir realizando cine. “Es muy significativo que ocurra el 45 aniversario en estas condiciones, porque nos mueve a encontrar maneras de conectar con nuestra comunidad en todos los ámbitos: en lo educativo y en la producción cinematográfica, porque la cantidad de minutos de historias que se producen en el CCC al año, es más que en cualquier casa productora.”

Sus personalidades

El reconocido Carlos Carrera, egresado del plantel, recibió la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1994 por su cortometraje El héroe, y Elisa Miller se convirtió en la primera mujer mexicana cineasta en obtener la misma en 2006, por su cortometraje del CCC Ver llover. Dos estudiantes han recibido el Foreign Student Academy Award (Premio Estudiantil Extranjero) de la Academy of Motion Picture Arts and Sciences de Estados Unidos: Javier Bourges, con El último fin de año, y Rodrigo Plá, con El ojo en la nuca. En 2015, La parka, de Gabriel Serra, fue nominado al Oscar en cortometraje documental. Ahora otro corto, Crescendo, de Percival Argüero Mendoza, es semifinalista del Oscar Estudiantil. En la lista de alumnos del CCC aparecen el cinefotógrafo Rodrigo Prieto, nominado al Oscar varias veces, la última por El irlandés, de Martin Scorsese. El diseñador de arte Felipe Fernández del Paso, ganador de un Oscar por la película Frida. Y el cinefotógrafo Gabriel Beristain, quien obtuvo el  Oso de Berlín en 1986 por Caravaggio. Entre 2011 y 2012, la ópera prima El lugar más pequeño, de Tatiana Huezo, recibió cerca de 50 reconocimientos alrededor del mundo. El coronavirus no paró las clases de los 196 alumnos del CCC; fueron impartidas por Zoom, y este mes de agosto comenzará el siguiente semestre. “Están pospuestos los rodajes –cuenta Alfredo Loaeza–, aunque ya hay protocolos de salud. El Comité de Seguridad de la Producción Audiovisual, que varios profesionales del cine conformaron, y del cual es parte el CCC, ha creado un manual, producto de los profesionales más destacados de la industria audiovisual. “Lo sensato es esperar a que existan las condiciones. El semáforo es nuestro referente principal. En septiembre podríamos coordinar días presenciales y días virtuales, y en los dos últimos meses del año se verá el avance de los dos rodajes que se pausaron.”

Ópera Prima

El CCC creó el proyecto Ópera Prima en 1988, con el apoyo del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), que permite el debut de egresados, en un concurso de selección dentro de la escuela, con la producción de un primer largometraje de ficción. Y desde 1997, este programa se efectúa con el Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad  (Foprocine). Hacia 2009 se abrió Ópera Prima Documental. A marzo de 2020 se han producido un total de 35 películas, 25 de ficción y 10 de documental. Entre las de ficción destacan:
  1. El secreto de Romelia (1988), de Busi Cortés.
  2. La mujer de Benjamín (1991), de Carlos Carrera.
  3. La orilla de la tierra (1994), de Ignacio Ortiz.
  4. Por si no te vuelvo a ver (1997), de Juan Pablo Villaseñor.
  5. Somos lo que hay (2010), de Jorge Michel Grau.
Se encuentra en postproducción Masacre en Teques, de Rodrigo Hernández, y se paró el rodaje de Vergüenza, de Miguel Salgado. Del rubro Ópera Prima Documental surgió El lugar más pequeño (2011), La revolución de los alcatraces (2012), de Luciana Kaplan, y Tiempo suspendido (2015), de Natalia Brushtein, entre otras. Se halla en postproducción La frontera invisible, de Mariana Flores, y se paró el rodaje de Juntas somos fuertes, de Tania Claudia Castillo. Oblatos, el vuelo que surcó la noche, del CCC, dirigido por Acelo Ruiz Villanueva, está nominado a Mejor Largometraje Documental en la 62 entrega del Ariel –que será virtual el próximo 20 de septiembre–. Cabe destacar que 14 de las 46 producciones nominadas para esta estatuilla son dirigidas por egresados del centro. El CCC ha enfrentado obstáculos muy difíciles, y Loaeza, también productor, comenta: “ya sean con crisis económicas o políticas o por una pandemia, rápidamente nos adaptarnos a las circunstancias.” A decir suyo, el momento más complicado fue en noviembre de 2003, cuando Vicente Fox como presidente planteó, con el argumento de escasez de recursos presupuestarios, en el artículo segundo transitorio del Proyecto de Presupuesto de Egresos 2004, que el Ejecutivo Federal iniciara el proceso de desincorporación entre las modalidades de “disolución, liquidación, extinción, fusión o enajenación” del Imcine, los Estudios Churubusco y el CCC (Proceso 1411). Exclama: “¡me parecía incomprensible! Entonces yo era estudiante del CCC. Alumnos de la escuela, la comunidad cinematográfica y muy particularmente la Asociación Internacional de Escuelas de Cine y Televisión salieron en defensa del centro, y se detuvo.” Termina el autor de 10 cortos, como Locaido, el héroe: “con los recortes de ahora tampoco voy a azuzar un fuego cuando el mundo enfrenta una pandemia muy fuerte. Para hacer cine hay que estar, mínimo, vivos.” En www.filminlatino.mx, el plantel ofrece una selección especial de largometrajes y cortometrajes que han cumplido de 10 hasta 40 años. Y para recordar a Andrea Gentille (fallecida el pasado 18 de julio), estudiante y luego subdirectora de producción ahí, se incluye su documental La neta, no hay futuro en el canal de YouTube del centro.

Natalia Beristáin

La directora de los largometrajes No quiero dormir sola (2012) y Los adioses (2017), Natalia Beristáin (DF, 1981), estudió en el CCC y platica por WhatsApp: “Las únicas dos opciones eran el CCC y el CUEC. Efectué el examen dos veces, la primera vez sólo lo hice al CCC y no me aceptaron. Fue un patadón al ego juvenil, pero me aseguró las ganas de que quería estudiar cine. “Al año siguiente regresé y apliqué a las dos escuelas. La verdad es que ahí si fue un bolado, y aunque yo seguía avanzando en el proceso del CUEC, terminé en el CCC. Ahí los astros se alinearon. Además, caí en una generación donde la mitad éramos mujeres, y eso ha marcado, sin duda, el camino que he tomado como cineasta.” La hija de los actores Julieta Egurrola y Arturo Beristáin creó en 2009 su compañía productora Chamaca Films, que ha producido series, películas y cortometrajes mexicanos. Dirigió junto a Hiromi Kamata la serie Historia de un crimen: Colosio, de Netflix, y algunos episodios de El presidente, de Amazon Prime. Sus recuerdos en el CCC, dice, son luminosos: “es un momento de mi vida que recuerdo con muchísima calidez, con muchísimo trabajo, con estar metida en la escuela 12 horas al día. Son años que rememoro profundamente productivos y formadores. “Es un lugar al que he regresado a dar clases. Lo que ahí sucede en cuanto a la formación me importa mucho, en fin. Siento que uno no deja de ser cececera.” También repasa cuando Vicente Fox presentó su iniciativa para desaparecer la escuela: “Me acuerdo que 10 estudiantes, de generaciones distintas, nos prendimos muchísimo y nos movimos. Organizamos una conferencia de prensa, llegaron muchos medios, y al día siguiente logramos convocar a buena parte de la comunidad cinematográfica, sobre todo actores y actrices. “Fuera de la Cámara hubo un plantón, nos dejaron entrar y se habló del problema. Los presupuestos y la visión que desde los gobiernos se tienen sobre estos espacios, no están a la altura de lo que son.” Para Beristáin, es “mega simbólico” el cumpleaños 45: “hay como un lado de resistencia ante la adversidad ahí muy clara.”

Jorge Michel Grau

Somos lo que hay, de Jorge Michel Grau, cumple 10 años. Es la número 17 del proyecto Ópera Prima. El British Film Institute (BFI) la incluyó entre las mejores 10 películas de horror del presente siglo. Además, es uno de los primeros largometrajes mexicanos con una versión hecha en Estados Unidos, y tiene la extraordinaria particularidad de que tanto la original, como la producción norteamericana fueron selección del Festival de Cannes: es la historia de caníbales modernos en plena Ciudad de México, que enfrentan el problema de alimentarse cuando el jefe de la familia muere. Grau (DF, 1973) narra por teléfono: “yo quería estudiar cine. Me incliné por el CCC debido a consejos, y porque al investigar me llamó la atención que todo mundo participaba en los cortometrajes de otras generaciones. Al final iba a dirigir por lo menos tres cortometrajes. “Y afortunadamente pude entrar. Ver procesos y acercamientos con miradas muy distintas me enriqueció mucho. Y de pronto empecé a tener maestros a los que admiraba y me gustaba mucho su obra.” El además realizador de la película 7:19 sigue: “como estudiante accedes a ese concurso de Ópera Prima con el solo hecho de haberte titulado con un corto como tesis y haber participado en alguna otra ópera prima de otro estudiante. “Es un camino para debutar, posee sus limitaciones de presupuesto, pero ofrece otras tantas que te enriquecen, como la libertad absoluta de temática, la libertad absoluta de discurso y la propuesta estética.” Finaliza: “una particularidad de la escuela es que se sabe adaptar a la tormenta para nunca parar de filmar en grupo, en equipo. Siempre hay políticas públicas donde el CCC no necesariamente está en el radar. Lamentablemente no es un problema contra el centro, sino contra los procesos artísticos en este país. Se debe defender a toda costa la producción cultural de México como identidad, memoria y cohesión del tejido social. Que en este tiempo el CCC cumpla 45 años es como una metáfora a la resistencia.”

Jorge Fons

Entre los maestros del CCC se encuentran Carlos Bolado, Simón Bross, Carlos Carrera, Felipe Cazals, Nicolás Echevarría, José Luis García Agraz, Beatriz Novaro, Ignacio Ortiz, Jorge Fons y Marina Stavenhagen, entre otros. Fons (nacido en Tuxpan, Veracruz, en 1939) escribe por correo electrónico para Proceso que la labor del CCC ha sido extraordinaria: “Ahí se han podido formar muchísimos jóvenes realizadores, guionistas, fotógrafos, sonidistas, productores que ahora enriquecen las filas de la industria nacional.” Al realizador de Los albañiles, Rojo amanecer y El callejón de los milagros se le pregunta por qué ofrece clases en el CCC: "Para estar en contacto con los jóvenes que aspiran a convertirse en cineastas. Saber cómo piensan, qué quieren, qué se traen, y poner en la mesa lo que uno sabe, lo que uno ha visto, lo que uno ha experimentado, para que ellos tomen lo que quieran, puedan y deban, lo que les sirva para lo que van a hacer.” Expone su experiencia como maestro: “Ha sido muy interesante. El profesor en el aula aprende mucho más de lo que enseña. El saber o la experiencia que uno aporta tuvo pleno sentido y valor en el momento de los hechos, en el ayer. “En el presente, lo más valioso es la fuerza de la infinita aspiración de hacer todo, de cambiar todo, de transformar todo. Y eso lo traen ellos. Los alumnos. Y si no lo traen, habemus un problema al que hay que entrarle.” –¿Cree que ha sido valorado el CCC por los gobiernos? –En nuestro país, la relación entre el gobierno y la educación ha sido pérfida y triste. Han hecho muy poco y bastante mal. La consecuencia es que somos un pueblo que no sabe pensar. Y eso no les ha importado o, más bien, les ha alegrado beneficiarse con ello. Calibra los 45 años de esta institución formadora de cineastas: “que se ponga el tapaboca, que guarde la sana distancia, que continúe las clases por internet, que le cantemos las Mañanitas, que digamos ¡salud! y que cumpla 100 más.” Este reportaje forma parte del número 2283 de la edición impresa de Proceso, publicado el 2 de agosto de 2020, y cuya versión digitalizada puedes adquirir aquí 

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