AMLO

"Las redes socio digitales ayudaron a cambiar a México en 2018": Esteinou Madrid

El profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) señala a Proceso que es fundamental interpretarlo desde el marco de las ciencias sociales “y no desde el estómago de las ‘filias’ y las ‘fobias’ de la militancia ideológica-político del investigador.
martes, 30 de noviembre de 2021 · 18:53

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El sociólogo y especialista en comunicación Javier Esteinou Madrid analiza en su nuevo libro México 2018: ¿Por qué cambió el país? (Crisis sistémica, elecciones, estrategia de comunicación política y cambio de gobierno), el fenómeno político, social y cultural que se gestó en México en las elecciones del 1 de julio del 2018 que le dio el triunfo a Andrés Manuel López Obrador y al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

También investigador y profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) señala a Proceso que es fundamental interpretarlo desde el marco de las ciencias sociales “y no desde el estómago de las ‘filias’ y las ‘fobias’ de la militancia ideológica-político del investigador, pues ello nublaría la comprensión del ‘hecho social’ y solo produciría justificaciones propagandísticas según sea la afiliación partidista”.

Específica que la misión de las ciencias sociales “es explicar lo más objetivamente posible las causas que producen los fenómenos de la sociedad y no adaptar su comprensión a modo, en función a los intereses individuales o gremiales del analista, de las instituciones o de los financiadores del análisis”. 

“La ciencia debe estar al servicio de la elaboración de conocimientos objetivos sobre los ‘hechos sociales’ y no para la justificación o protección de beneficios políticos”.   

Para ello, consultó decenas de libros, cientos de artículos especializados, documentos institucionales, páginas Web, conferencias, bases de datos, videos, e información hemerográfica de los principales periódicos nacionales de los últimos diez años, entre otras fuentes de información.

Este volumen, de 621 páginas y editado por GEDISA, será presentado en el Área Internacional de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Jalisco, el 3 de diciembre, a las 16:00 horas.

El estudio señala que la gente votó contra Enrique Peña Nieto, el PRI, el establishment, los poderes fácticos y en especial contra la famosa mafia del poder denunciada por AMLO.

“El agudo cansancio psíquico de la ciudadanía ante la aglomeración de los grandes males estructurales sin resolver durante casi un tercio de siglo por el gobierno del Partido Revolucionario Institucional y otras administraciones del Partido Acción Nacional, permitió inclinar mayoritariamente la balanza de las predilecciones de más de la mitad de la población para respaldar con su voto a López Obrador, quien personificó simbólicamente la rebeldía antisistema durante los últimos doce años y ofreció la refundación del país anunciando imaginariamente un nuevo horizonte utópico de prosperidad para los ‘olvidados de la historia’”.

A diferencia de las elecciones nacionales del 2012 --dice-- donde la capacidad persuasiva de la prensa, radio y televisión, privada y oficial, fueron herramientas fundamentales para lograr imponer a un presidente “a modo” neoliberal y conservador en la percepción masiva de los auditorios; el proceso de comicios de 2018 ilustró que la capacidad de creación de consenso en la población por parte del aparato mediático convencional, ya no fue suficientemente determinante para crear e imponer audiovisualmente a un candidato presidencial sistémico y a otras figuras a cargos de representación popular con base a las ambiciones dominantes. Es decir, la televisión ya no fue un instrumento capaz de construir un telepresidente y su tele hegemonía, como sí sucedió en los comicios anteriores.

El autor de múltiples libros y ensayos sobre comunicación enfatiza:

“El uso sistemático del discurso de odio que pretendió satanizar a López Obrador para invalidarlo políticamente, no se logró consolidar, pues gran parte de los electores no mordió el señuelo promocional, debido a que tuvo como contrapeso las descarnadas condiciones de vida existencia que encaraban en su vida cotidiana y la acción de otro modelo de comunicación alternativo que brotó a través de las redes digitales. Esto permitió generar un fresco contra proyecto de sentido defensivo que actuó como anticuerpo ideológico frente a la ‘guerra sucia’ informativa ejercida por el gran aparato mediático y otros órganos de presión del Estado.”

El además miembro de la Academia Mexicana de las Ciencias especifica que la victoria de Morena “no representó exclusivamente el triunfo de la reciente democracia mexicana, sino también significó un impulso muy grande, una oxigenación para los movimientos de las izquierdas en América Latina, que se encontraban de picada en la ‘era del giro a la izquierda’ continental”.

--¿Por qué ya no fue posible que la televisión impulsara a un presidente? --se le pregunta.

--Frente al progreso contundente y sistemático de AMLO en las preferencias del referéndum reflejado en las encuestas, la lección fue que el PRI, el gran capital y la élite política después de intentar consumar algunos sabotajes sin gran éxito, al final decidieron no ejercer más su habitual mecanismo fraudulento con la maquinaria del Estado para abortar las elecciones, como lo practicaron en 2006 y 2012; sino pactaron discrecionalmente realizar una transición política pacífica, ganando algunos indultos para evitar el juicio político y otros castigos para la clase gobernante cleptocrática que abandonaba el poder.

“Por ello, a diferencia de otros momentos de comicios cuando las televisoras y otros medios tradicionales de difusión colectivos colaboraron a imponer a candidatos a la presidencia de la República y otros cargos de representación política, en el 2018 la cúpula del poder comprendió que los poderes fácticos mediáticos, particularmente la televisión, habían perdido fuerza ideológica hegemónica en la opinión pública para posicionar privilegiadamente la imagen de un candidato político a modo, pues el debate político se desplazó en proporción muy relevante del sistema convencional de información dominante de los medios abiertos a las redes sociales, especialmente capitaneado por la dinámica digital interactiva de la generación de los millennials.”

Continúa:

“En consecuencia, ante la pérdida de fuerza proselitista el sector hegemónico nacional consideró más conveniente acordar una transición política menos violenta para el país, y con ello, obtener un ‘pasaporte político’ de protección para no ser posteriormente enjuiciado cuando ganara la izquierda morenista”.

El internet

--¿Qué papel jugaron en esas elecciones las redes sociales?

--La gran didáctica que dejaron las elecciones de 2018, fue que la victoria de Andrés Manuel López Obrador y del frente político de Morena, no únicamente se debió a la acumulación de un fuerte descontento social contra el modelo establecido, a la suma de errores cometidos durante el referéndum por sus contrincantes, a la pronunciada descomposición de la política, y a la eficaz campaña propagandística que realizó en los medios masivos de comunicación abiertos, particularmente en la televisión, etcétera; sino se logró fundamentalmente por la intervención activa de las versátiles redes socio digitales que se convirtieron en una variable definitiva que contribuyó a consolidar su victoria histórica.

“Mientras los partidos políticos habituales recurrieron esencialmente a un prototipo mediático de difusión política convencional, López Obrador y el Movimiento de Regeneración Nacional, sin abandonar el aprovechamiento de los canales tradicionales de transmisión masiva, utilizaron un modelo de comunicación política digital vía internet y las redes virtuales que cambiaron el destino de las elecciones federales en México.

Detalla:

“La principal lección comunicativa que aportó la renovación de poderes republicanos en México fue entender que las redes sociales del ciberespacio se convirtieron en un factor estratégico que modificaron medularmente la dinámica usual de los comicios y de la vida política del país. Esto debido a que su inserción material permitió la acción virtual de muchos otros actores plurales que vivían marginados para actuar en el ‘espacio de la opinión pública’ y mediante el acceso a las nuevas tecnologías de información digitales irrumpieron directa y constantemente sobre el ciberespacio político con base a la irradiación de sus narrativas nucleares, modificando sustantivamente el derrotero de la contienda y las dinámicas de gobernanza”.

Relata que los ciudadanos construyeron paralelamente un nuevo modelo de comunicación interactivo:

“El debate político se trasladó en una proporción muy relevante del tradicional espacio mediático abierto al campo del ciberespacio personalizado, especialmente en la población juvenil, donde los bots, las cuentas falsas, las fake news y la posverdad desempeñaron un rol fundamental para atacar o defender a los diversos candidatos.

“En el ámbito virtual surgió un enorme regimiento de jóvenes internautas, especialmente de millennials y centennials, que de manera espontánea y gratuita ofrecieron su apoyo para respaldar la causa del frente Juntos Haremos Historia. A través de las redes socio digitales se generó un flujo constante de apoyo ideológico virtual con todo tipo de mensajes creativos, persuasivos y originales que destacaron las virtudes de AMLO como una nueva opción política, su programa alternativo de nación basado en la nueva mutación idílica que ofrecía para el futuro de la República”.

Al instante detalla que mientras los contrincantes de López Obrador creaban un spot para televisión tardando muchas semanas en producirlo y difundirlo, inmediatamente cientos de simpatizantes morenistas elaboraban espontáneamente diversas respuestas sobre el mismo, publicando desde su smartphone o tablet, múltiples memes o contenidos atractivos en Facebook,  Twitter e Instagram, que neutralizaron la eficacia del mensaje audiovisual de sus contrincantes en el ciberespacio.

Asegura que  el  voto millennial actuó como un factor determinante para el éxito de López Obrador:

“Su figura se expuso en el espacio público durante dos décadas como la de ningún otro líder, dirigente, caracterizado por ser un político antiestablishment, logrando que se convirtiera en el personaje del referéndum más identificable y atractivo para los primos votantes que se encontraban resentidos con la estructura política vigente que les cancelaba su porvenir.

“Esto debido a que una amplia mayoría de millennials nacieron bajo el modelo político-económico-cultural del capitalismo salvaje que fue identificado por AMLO como la principal raíz de la crisis nacional que afectó a las nuevas generaciones y su discurso radical antineoliberal simpatizó mucho a la juventud conquistando efusivamente su preferencia”.

La mayor sorpresa sociocultural –relata-- que se derivó de la dinámica electoral fue que además del apoyo demostrado por sectores campesinos, obreros, trabajadores, indígenas, marginados, etcétera, con los que contó López Obrador en el terreno físico (voto fiel); para alcanzar su victoria, fue indispensable el respaldo político de un gran núcleo de los jóvenes millennials, de una pequeña franja de centennials y del sector de los baby boomers.

Así, el voto crucial proporcionado para favorecer el triunfo del candidato del Movimiento de Regeneración Nacional, provino de una mezcla de generaciones fundamentalmente juveniles, compuesta por un pequeño fragmento de 3.53% constituido por jóvenes cercanos a los 18 años que acababan de ser mayores de edad, votando por primera vez, (centennials); el 46.5% conformado por un núcleo mayoritario de jóvenes de 18 a 29 años (millennials); el 45.9% por personas de 30 a 49 años (generación X); y el 41.9% por ciudadanos de 50 y más años (baby boomers)”.

Esteinou Madrid anexa:

“En este aspecto, es imprescindible destacar que el grupo más grande del padrón electoral fue la población que osciló de los 18 a los 28 años junto con el de los 25 a los 34 años que representó en conjunto más del 40% del total del catastro de sufragantes, siendo dicho sector quién definió la tendencia del voto en 2018.

“Aunque López Obrador ya tenía acumulado un importante voto duro (fiel) de sus seguidores tradicionales, no podía haber ganado la contienda electoral de 2018, especialmente con el gran diferencial que alcanzó de 37 puntos frente al PRI (José Antonio Meade) y de 31 puntos frente al PAN (Ricardo Anaya), solo con dicho apoyo de su base ferviente; sino que para definir su éxito fue indispensable el respaldo de los millennials y centennials como nuevas poblaciones concurrentes y muy volátiles que se inclinaron por elegir un cambio radical de la estructura política, definiendo su victoria”.

Sobre la conferencia que cada mañana ofrece el presidente López Obrador el especialista menciona que se convirtió en un fenómeno comunicativo único, sin precedente a nivel nacional y mundial, “porque en ninguna otra parte del mundo existe este modelo de vinculación discursiva, ideológica y semántica diaria de la figura presidencial con la población mediante tales características”.

El telepresidente

Manifiesta que con la instrumentación de esta táctica informativa se generó una mega presencia cotidiana del Poder Ejecutivo en el espacio de la opinión pública, “produciendo el fenómeno del ‘tele presidente’ que ocasionó que el mensaje del Poder Ejecutivo y de otros gobernantes de la administración pública, estuvieran presentes todos los días en la percepción de los ciudadanos”.

Subraya:

“Diariamente la nación es conducida mentalmente desde la pantalla y las frecuencias de la ‘conferencia mañanera’. Se esté o no de acuerdo, guste o no, lo que se señala ahí, se adopta como la línea política número uno de lo que se tiene que hacer en la agenda de la República.

“De esta forma, gradualmente este espacio informativo dejó de ser un instrumento de información para los auditorios sobre los asuntos públicos y se convirtió en un arma de propaganda política para defender a la 4T. Uno de los ejemplos más claros fue la introducción de un segmento denominado ¿Quién es quién en las mentiras?”.

Para él, a través de esta dinámica se fortaleció notablemente la imagen pública de la presidencia de la República reforzando el poder unipersonal del Ejecutivo sobre los intereses y necesidades de vida de los ciudadanos, conformando una presencia autocrática de la presidencia, porque lo que no se decide o apoya en este espacio de comunicación matutino, difícilmente se aprueba posteriormente en otras áreas de la gobernabilidad estatal.

--¿Cómo precibe el desempeñó de la televisión pública y privada  en estos tres años de gobierno?

--El modelo de comunicación establecido a lo largo del gobierno de la Cuarta Transformación Histórica de México no se ha caracterizado por impulsar el diálogo nacional para construir el nuevo país que requiere la República, sino se ha distinguido por impulsar la propaganda a favor del nuevo régimen con objeto de fortalecer su imagen y enfrentar las críticas de los medios disidentes.

“Para ello, ha concentrado su vértice comunicativo en la fuerza de la conferencia matutina, su segmento ‘Quién es quién en las mentiras’ y la reducción del gasto de publicidad gubernamental en 50% pero continuó manejándolo de manera muy discrecional para favorecer a algunos medios y castigar a otros.

“Sin embargo, el gobierno de la ‘Esperanza del Cambio’ evitó modificar la perjudicial contrarreforma sobre los derechos de las audiencias heredada del gobierno de Peña Nieto. Desconoció crear una nueva Ley de Comunicación Social que había prometido prolongando la ‘Ley Chayote’ y solo la retomó hasta que la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo obligó jurídicamente a que lo hiciera. Canceló la creación de una ley especifica para los medios de información públicos requerida desde hace varias décadas.

“Devolvió una parte importante de los tiempos de comunicación de Estado a los monopolios comunicativos en lugar de utilizarlo para la comunicación ciudadana. Otorgó más medios de comunicación a las iglesias debilitando al Estado laico. Implementó un sistema de comunicación a modo frente a la epidemia del Coronavirus-19 para favorecer políticamente la imagen gubernamental y no para notificar verazmente a la población. No protegió contundentemente a los periodistas críticos. Debilitó el presupuesto a los medios de servicio público como el caso Radio Educación y otros, etcétera”.

Y concluye:

“El modelo de comunicación del nuevo gobierno aposto por practicar la propaganda gubernamental y no el diálogo nacional ciudadano para construir un futuro superior”.

Comentarios